UNIDAD DE TRABAJO 6. VESTUARIO, PELUQUERIA Y MAQUILLAJE

...

el color del fuego y de la sangre, de la pasión y del sentimiento. El amarillo es la luz, el oro y la intuición, aunque muchos profesionales del teatro tratan de evitarlo pues dicen que trae mala suerte. El azul es el color del cielo y del espíritu, y el verde representa la naturaleza, la vida, la esperanza y el crecimiento. Estas interpretaciones pueden variar ligeramente según el país, la cultura y el momento —el blanco es color de luto en China— pero en general, los colores tienen un valor simbólico universal y expresan las funciones síquicas del hombre; por ello conviene ser muy cuidadosos al utilizarlos en una puesta en escena. No en vano, la labor principal del encargado del vestuario -junto a los de luces y escenografía - es la de desarrollar visualmente toda esa serie de ideas verbales e intelectuales que se quieren sugerir en la obra.

e) Elección del tejido: Con ayuda de los bocetos hay que decidir qué tipo de tejido se adapta mejor a cada pieza del vestuario por su textura, firmeza y por los efectos concretos que se quieran conseguir. De hecho, cada tela tiene características muy peculiares y puede usarse para propósitos y personajes muy concretos. Por poner algunos ejemplos, el tul, la gasa y las sedas con su aspecto ligero, etéreo y flotante son muy adecuados para las hadas y los duendes; el terciopelo y los brocados de brillo lujoso y pliegues rectos y sobrios pueden usarse para reyes y personajes nobles; por el contrario, las lanas o arpilleras más toscas y ásperas, pueden definir perfectamente a personajes de condición social más baja.

Además de estas consideraciones, hay que tener en cuenta el presupuesto que va a destinarse a las telas; de muchos tejidos existe una versión sintética que es más barata y -lo que es más importante- lavable. En este sentido, las tiendas de tapicerías ofrecen calidades y texturas muy interesantes. Por último, no deje de aprovechar material antiguo procedente de manteles de encaje, ropa de cama, trajes de novia o cortinas de terciopelo, y sobre todo, cualquier tipo de adorno - lentejuelas, pedrería, encajes, hilo dorado, etc.- pues todo sirve y puede dar mucho juego en el teatro. En cuanto al número de metros que se necesitan, en la tienda le pueden orientar muy bien si lleva un buen boceto y explica claramente lo que quiere. Para hacerse una idea aproximada, un vestido de época requiere de cinco a seis metros y una chaqueta tres o cuatro metros.

f) Tomar medidas: Es fundamental que el sastre o sastra -persona encargada de la confección de los trajes- disponga de unas fichas con el nombre y las medidas actualizadas de cada actor. Estas deben incluir: altura, cintura, cadera, hombros, contorno de pecho, talle, espalda, brazos, piernas y contorno de cuello y cabeza. El esquema que se propone puede facilitar esta tarea.

g) Confección: En primer lugar hay que dibujar -sobre el papel y después sobre la tela- un patrón con las medidas y las distintas piezas del vestido: delantero, mangas, falda, espalda, etc. A continuación se cortan y se unen las partes hilvanándolas provisionalmente para la primera prueba; una vez se han hecho

los ajustes definitivos sobre el actor, el vestido ya puede coserse y está listo para el ensayo con vestuario. De todos modos hemos de dejar claro que el patronaje es una profesión difícil y que en teatro, como ilusión que es, también puede ser ilusión óptica. Queremos decir con ello que no hace falta que los patrones sean exactos; puede ser suficiente una aproximación, porque es seguro que el efecto visual desde la sala será el mismo que el que daría una pieza perfectamente patronada.

Patrones

Ahora el actor debe acostumbrarse a moverse en escena con su nueva indumentaria y a vestirse y desvestirse con rapidez., sobre todo si hace doblete, en cuyo caso el traje habrá de llevar velcro u otros trucos similares.

Miriñaque

h) A veces es necesario transformar o matizar la constitución física del actor con jorobas, barrigas, hombreras, caderas y pechos postizos. Para ello pueden usarse, por debajo de la ropa, piezas de goma espuma que habrán de ir muy bien sujetas al cuerpo para evitar que se muevan durante la representación. Otras veces estas alteraciones en la silueta vienen dictadas por la moda del momento, como es el caso de los corsés y miriñaques. El corsé prácticamente no se usa ya en teatro porque el talle se puede ajustar perfectamente al cuerpo con pinzas y cremalleras, pero el miriñaque se sigue construyendo como una estructura independiente del vestido, con círculos concéntricos de plástico o de alambre sujetos entre sí desde la cintura hasta los pies.

i) El vestuario de los actores se complementa además con una serie de accesorios, casi imprescindibles, de entre los que cabe destacar calzado, sombreros y joyas. Al igual que los vestidos, éstos pueden encontrarse en establecimientos especializados, anticuarios y tiendas de segunda mano, pero generalmente se suelen confeccionar a juego con el resto de la indumentaria. Para los sombreros y coronas se dibuja un boceto y se trabaja después sobre cartón o fieltro, creando así una estructura muy simple que puede adornarse más tarde con plumas, lazos, trozos de tela o bisutería. Los zapatos apenas se ven sobre el escenario, pero tampoco conviene descuidarlos. No hay que olvidar que el calzado viejo puede adaptarse fácilmente a los requisitos de la obra con hebillas metalizadas, cordones y piezas de cuero o plástico para las botas. En cualquier caso es fundamental que todos estos complementos sean seguros, cómodos y manejables para evitar problemas el día del estreno.

j) Ahora es fundamental la labor del guardarropa, que ha de incluir el mantenimiento, limpieza y reparación de los trajes. Para ello debe proveerse de un buen equipo de guardarropía, siempre a mano antes, durante y después de las representaciones y que consta de: una plancha, abundantes perchas y bolsas de plástico transparente para los vestidos, cepillos para la ropa, quitamanchas, detergente, pegamento, tijeras, cinta adhesiva y material de costura como alfileres, imperdibles, agujas, hilo, botones, corchetes, broches,