Análisis de la pelicula Black.
Enviado por Stella • 24 de Octubre de 2017 • 1.675 Palabras (7 Páginas) • 2.503 Visitas
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Michelle queda abrumada por la decisión que tomó sin pensar en las consecuencias y la soledad que esto genera. Luego de un tiempo, logra conocer el paradero de su profesor, a quien localiza en una institución, poco antes de su acto de grado.
En la graduación, Michelle es invitada a dar el discurso de grado, en el que su madre sirve de su interlocutora en la que ella cuenta la historia de su vida y de cómo finalmente vence sus limitaciones. En el discurso muy emotivo; hace un paseo por lo que fue su vida y el significado en ella de poder salir de la negra oscuridad gracias a su profesor. El color negro que representa la oscuridad de las tinieblas en las que se encontraba, ahora representado en la toga y birrete que los graduandos vestían, a excepción de ella, ya que reservó el momento de mostrarse vestida con la toga y birrete ante su profesor ya anciano y aquejado por un Alzheimer que lo sumía en las sombras, fuera de la luz.
Una vez Michelle en la habitación de la institución en el que vivía el profesor Sahai, vestida de toga y birrete, en un día lluvioso. Presenció cómo su amado profesor la reconoció en un momento de vaga lucidez, comunicándose con ella a través del tacto, y llevándola hacia la ventana para extender su mano hacia afuera y mostrarle el agua expresada en gotas de lluvia que caían, colocando la mano de Michelle en su boca para pronunciar la silaba inicial de “Agua..”, tal y como ocurrió aquella tarde del despertar de Michelle a la luz en la fuente de su casa.
II Análisis
La historia, nos obliga a tratar de entender la vida de Michelle, una joven invidente y sorda, por consiguiente muda, sumida en la total oscuridad sin que haya vivido una progresiva disminución de sus sentidos. Y su profesor, un etílico docente de métodos no convencionales, que se vale de estrategias dirigidas a despertar en Michelle la capacidad de comunicarse con su familia y semejantes, para aprender a sentarse en la mesa, emplear los cubiertos y comunicarse.
La comunicación es la herramienta más básica que tenemos, con ella podemos expresar nuestros conocimientos y experiencias, a través del sonido de nuestra voz, empleando el idioma adecuado, realizando las pausas y las cadencias que la ley de comunicación permite, para poder expresarnos como entes gregarios que somos los seres humanos.
¿Cómo poder comunicarnos si no podemos hablar?
¿Cómo poder entender a nuestros interlocutores cuando no los escuchamos?
¿Cómo poder reconocer a los demás si no los vemos?
El ser humano en su infinito poder por superarse a pesar de las limitaciones, logra poder burlar los cercos que su condición lo alejan del formato comúnmente aceptable de persona normal. Michelle logra graduarse y comunicarse con sus semejantes, obtiene su título y logra cubrir la cantidad de palabras necesarias para acudir a las evaluaciones contra-reloj.
En comparación con quienes pocas limitaciones experimentamos, decimos solo aquello que no nos compromete sentimentalmente, nos abstenemos de decir lo que sentimos por temor a ser juzgados y empleamos aspectos totalmente distintos a una comunicación asertiva y directa; mientras que otros, no lograr el milagro de tratar de exponer una idea, según su limitación.
Pienso que comunicarnos es un valor que damos por sentado tener. No lo valoramos, lo empleamos sin conciencia de la posibilidad que tenemos y muchas veces la usamos para otros fines que no se comprometen con el desarrollo, los valores, el amor y la honestidad.
El verdadero valor es emplear la comunicación para enseñar a nuestros hijos los aspectos más importantes de una vida plena y justa, creando condiciones para que nuestra sociedad sea más unida, justa y humana.
Michelle, puede expresar con sus manos lo que piensa y lo que siente, sin necesidad de ocupar en su comunicación malas palabras, ira o soberbia. Articular palabras con nuestra voz, empleando una sonrisa para expresar lo que deseamos compartir, brindándole la mejor melodía a quien nos escucha, que no es otra cosa que su nombre en nuestra voz, se constituye –creo yo- en el verdadero milagro olvidado, de nuestra humanidad.
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