Lo primero que tengo que comentar es sobre la bitácora pasada, que dicen fue un “telegrama”. No lo creo, pero me pregunto qué falto por exponer en ella que no tuvo la abundancia que tuvieron las bitácoras de los compañeros

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Cuando esto paso me di cuenta que estaba solo de nuevo, era horrible, quería irme de ese asqueroso logar, pero no podía, debía esperar. Trataba de entretenerme y pensar en que todo estaría bien, que algo sucedería y podría irme, pero no era así. Poco a poco desesperaba más y no tuve otra idea más que buscar a mi antigua compañero, lo busque por todo el área, por debajo de las piedras, de los troncos, adentro de los agujeros y en los contactos eléctricos, pero no estaba. De repente, al otro lado del salón estaba mi compañero, nos vimos y me alegro, pero ya no tenía la liga para el cabello que me había regalado. La liga la había puesto en un gancho justo en donde estaba mi compañero así que para que no se molestar conmigo decidí ir por ellas, me fui moviendo lentamente por las paredes del salón mientras ella hacía lo mismo en sentido contrario, no le quitaba la mirada para que no se diera cuenta de que estaba en búsqueda de la liga. Cuando por fin la tuve nos acercamos rápidamente y repetimos las mismas cosas que habíamos hecho en el pasado. Esta vez al acercarnos a la puerta ya no abrimos sino que jugamos con el reflejo de nuestras caras en la perilla y con el seguro que se activa al girarlo. Nuevamente nos aburrimos y solo nos quedamos ahí, sentados, con el deseo de irnos, pero sin hacerlo. Paso un año, cinco años, diez años y luego muchos más. Mi cuerpo estaba atrofiado, ya no me podía mover, me sentía vacío, seco, de tanto esperar, mi compañero estaba cerca y o viendo la puerta, hubo como un rayo de esperanza de creer que podría salir de ese lugar, me comencé a arrastrar con los brazos, mis pies ya no respondían, vi a mi compañero y lo jale, deseaba que escapáramos juntos, habíamos esperado demasiado, sentía la muerte cerca, pensaba que un minuto de libertad haría que valiera la espera de tantos años. Avanzamos un poco y antes de poder lograrlo mi compañero se rindió y yo quería seguir pero él se separaba de mí, no tenía fuera para escapar por que no quería hacerlo, me sentí devastado, mi compañero no quería hacer lo mismo que yo. Él se fue y o me quede solo de nuevo.

Descansamos un momento y vino una improvisación. Con mi compañera debíamos hacer que nuestros personajes se reencontraran, cómo una continuación de lo sucedido.

Otra vez estaba solo en el mismo lugar. Había pasado mucho tiempo, pero extrañamente, ahora tenía una ropa diferente, me recordaba a algo pero no sabía a qué. Mi cuerpo se había recuperado y yo no había perdido la esperanza de escapar, estaba solo y no me podía ir de ese lugar, debía esperar, pero con ganas de huir. Mientras me movía por el lugar para intentar calmarme, escuche un sonido que se me hacía familiar, poco a poco fui viendo algo que ya conocía, lo empecé a tocar, a sentir, y comencé a recordar, a descubrir, y era mi compañero, aquel del que me había separado hace tanto tiempo. Le mostré que ahora también tenía una sudadera como la suya, con cordones y bolsas, le preguntaba por la liga y comenzábamos a hacer las mismas actividades de antes, me divertía por un rato, pero nuevamente sucedía lo mismo, él no tenía ganas de escapar del lugar y otra vez nos separábamos. Me regalaba su liga como muestra de afecto, lo extrañaría y me daría pavor estar solo, pero nunca perdí la esperanza de escapar de ese lugar en el que estaba solo y esperando.

Lo comentarios sobre la improvisación fueron que me falto mostrar más la desesperación del estar solo, creo que tiene que ver a cómo cada quien enfrenta esa situación. Ciertamente estaba desesperado, pero trataba de mantenerme cuerdo pensando en que algún día podría huir de ese lugar, salir por esa puerta, por eso no mostraba tanto la desesperación. Es importante que lo que uno genere en la escena vaya enfocado a la obra Esperando a Godot pero en esta clase sucedió así.