La doble revolucion

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Por otra parte, la revolución industrial fue la que sentó las bases del sistema económico actual, el capitalismo. El capitalismo de antes y ahora no ha cambiado mucho, ambas se autorregulan en función de la oferta y la demanda de los productos y servicios, donde hay circulación de capital, pero la diferencia radica en que hoy en día interviene el Estado para que el mercado no de desequilibre y genere una crisis, como podría ser el caso de los sombreros visto en clase, donde la ofertaba superaba a la demanda y se perdía capital. Asimismo, esta revolución trajo consigo las fábricas, que reemplazaron a la tierra como medio de producción. Allí, se aplicaba un sistema de producción en masa, donde la manufactura se medía horas, minutos y segundos porque era un proceso más continuo que la espera de largos meses de la época de la cosecha. A estas fábricas las trabajaban el proletariado, aquellos que no tenían capital para intercambiar, por lo tanto daban su fuerza de trabajo para obtener dinero a cambio. Otro concepto fue el de una clase media o burguesía industrial (generalmente, dueños de talleres o fabricas), que surgió durante el proceso de industrialización, en el cual algunos, a través del esfuerzo lograron sacarle ganancia y ascender socialmente. A pesar de que no fueron aceptados por los aristócratas por no compartir sus costumbres, modales, su mentalidad del sacrificio etc., la clase media era un sector en crecimiento que luchó por sus intereses a costa de los otros.

Para concluir podemos decir que Hobsbawn afirma que la Doble Revolución jugó un papel protagónico en la concepción del mundo moderno, dejando su huella en la historia de la humanidad. Los sistemas económicos, políticos y hasta las divisiones de clases en una sociedad “igualitaria” fueron resultado de las ambiciones de una clase social que luchó por los intereses de una mayoría, La Burguesía.