Leer implica analizar, interpretar y cuestionar libros sacando la información más relevante e importante

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Por si no fuera suficiente, sumada estas razones, existen para los jóvenes y adolescentes diferentes y muy variados factores de distracción que les imposibilita que la lectura se convierta en un momento placentero y divertido, un gusto para ellos. Estos distractores o factores de distracción son principalmente los medios tecnológicos, l tecnología que cada vez avanza más rápido (Internet, PC, Celulares, Video Juegos, Televisión, Tablet, Ipod) los cuales impactan y llenan la cabeza de los jóvenes con ideas audiovisuales más fáciles y atractivas de entender, que de sentarse a leer un libro que les encargo la maestra, el cual no mes causa el mínimo interés. Estos factores tecnológicos distraen a los adolescentes de tareas escolares, volviéndose en muchos casos hasta adictos a estas sensaciones de satisfacción que sienten al jugar videojuegos, obviamente estos factores de distracción también disminuyen notablemente el gusto por la lectura.

Por otra parte, si los jóvenes solo muestran interés por leer los mensajes escritos en redes sociales como Facebook, Twitter, Instaurar, Messenger y demás aplicaciones de chatear que además de no ser mensajes que incentiven a la creatividad y la actividad intelectual de nuevos lectores, tampoco poseen una adecuada ortografía, redacción y en muchas veces un mensaje concreto. Los jóvenes caen en un círculo vicioso donde la única salida que les ermita de nuevo interesarse por la lectura y formar hábitos, es que le corten la luz o el Internet para intentar satisfacer sus necesidades intelectuales buscando libros o revistas de su agrado para distraerse.

Una de las soluciones posibles a considerar para este problema de falta de una adecuada cultura de lectura en mi generación podría ser incentivando el leer desde los primero años escolares. Tengo el caso de que que en mi colegio y por salón, era premiado el chico que leyes textos en el salón voluntariamente, pero de manera correcta en entonación y signos de puntuación estas actividades eran realizadas por bimestre y el premio era un pequeño diploma calificandote como buen lector, y esto te incentivaba mucho a seguir con la lectura en el salón y continuarla en casa pues de alguna manera pasaban cosas buenas por leer como éstos premios, esto era hasta sexto año.

Hoy en día algo parecido me podría imaginar en los colegios y escuelas, tanto privadas como públicas. Así estoy seguro que se crearía un nuevo y afectivo vínculo con la lectura. Junto con este nuevo vínculo, surgirá, seguramente, una nueva y atractiva forma de expresión de la comunicación. Si se siembra la semilla de la lectura y se cuida, cosecharemos una nueva sociedad. Una sociedad, aun más, creativa, innovadora y competente que otras de mis generaciones, una sociedad donde la tecnología influya positivamente y no desplaze a la lectura con sus libros convencionales.