SOCIEDAD DE LA INFROMACIÓN.

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La base del trabajo de Marx sobre las estructuras sociales, y el lugar en el que ese trabajo está más claramente vinculado a las ideas sobre el potencial humano, es su análisis de las mercancías.

El desarrollo de las mercancías va acompañado del proceso que Marx denominó fetichismo, proceso por el que los actores olvidan que es su trabajo el que confiere a las mercancías su valor.

Es necesario señalar que las personas producen no sólo objetos económicos, sino también relaciones sociales y, en última instancia, estructuras sociales. Desde este punto de vista, el fetichismo de las mercancías se puede traducir al concepto más amplio de reificación, que puede considerarse como el proceso por el que se llega a creer que las formas sociales humanamente creadas son naturales, universales y absolutas y, consecuentemente, que esas formas sociales adquieren, de hecho, esas características. El concepto de reificación implica el convencimiento de las personas de que las estructuras sociales están fuera de su control y son inalterables.

En cuanto a el sistema capitalista que emerge de la relación social entre vendedores y compradores de fuerza de trabajo, Marx pensaba que el poder del capital aparecía como un >, así las personas lo reifican al creer que, por naturaleza, el sistema capitalista era externo a ellas. Los trabajadores eran explotados por un sistema y habían olvidado que ellos lo habían producido mediante su trabajo, por lo que no se percataban de que podía cambiar.

Marx también analizó el proceso por el que la propiedad privada se reifica en el capitalismo Por propiedad privada Marx se refería a la propiedad privada del capitalista de los medios de producción, que se derivaba del trabajo de los trabajadores. Por lo tanto > (Marx, 1932/1964:117). Pero los trabajadores pierden de vista y, en última instancia, dejan de controlar este hecho. En lugar de controlar la propiedad privada, es ésta la que le controla a ellos.

La división del trabajo constituye otro componente estructural del capitalismo analizado por Marx, que en particular, le interesaba la tendencia estructural por la cual las personas se ven obligadas a especializarse en tareas cada vez más específicas, lo que les impedía realizarse y expresaran su potencial humano. Pues decía que la división del trabajo separa artificialmente al individuo del conjunto de la comunidad, y lo reduce a una simple herramienta más en el proceso de producción.

En cuanto a las clases sociales, Marx consideraba que estas eran, como mínimo, estructuras externas y coercitivas para las personas. Respecto a la idea de conciencia de clase, Marx aseguraba que en el capitalismo, tanto capitalistas como trabajadores tienen una percepción incorrecta, una falsa conciencia del modo en que funciona el sistema, del papel que desempeñan en él. Pero en la evolución hacia el comunismo existe la posibilidad de que el proletariado desarrolle una comprensión exacta, conciencia de clase de cómo funciona el capitalismo y como le afecta.

Respecto a la ideología, Marx solía hablar de ideologías en el mismo sentido en el que hablaba de las clases y la falsa conciencia, es decir, como meros reflejos de la base material. Las ideologías determinan las acciones de los actores de la clase dominante, quienes, a su vez, influyen en los pensamientos y acciones del proletariado.