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Analfabetismo y sus implicaciones sociales 4 Capítulo 2.- Dimensiones del analfabetismo

Enviado por   •  12 de Mayo de 2018  •  2.966 Palabras (12 Páginas)  •  409 Visitas

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La alfabetización no es un fin en sí mismo; no es una meta última y, por lo tanto, no debe ser vista única y exclusivamente como un camino para adquirir las competencias elementales de saber leer y escribir.

La alfabetización debe servir, sobre todo, para que las personas participen de mejor manera, en condiciones de igualdad, en el mundo social; para contribuir a evitar la marginación y la exclusión; para que no existan estigmas que impidan a las personas conocer mundos distintos a los que habitan, plenos de nuevos significados, información y culturas diferentes y enriquecedoras. Es importante, también en virtud de que con la lectura y la escritura nos relacionamos y reconocemos con otros seres humanos, para que nos comuniquemos y ubiquemos en la sociedad porque, no hay duda, la lengua escrita ejerce poderosa influencia en la vida social.

Pocas cosas son tan distintivas del humano como el lenguaje hablado y escrito. Se trata, sin duda, de una expresión que traduce el alma y el pensamiento. En razón de que manejamos el lenguaje, sabemos, sentimos, interactuamos, conocemos y comunicamos; se habla para que se escuche, se escribe para que se lea. En la palabra está el secreto de nuestra especie; se trata de un auténtico código de la cultura. El lenguaje escrito representa una forma de adueñarse del mundo, de darle sentido al pensamiento, de expresar las emociones: amor, ira, tristeza, resentimiento o alegría, entre muchas otras, al igual que los anhelos y las esperanzas.

El término analfabeto o analfabeta en su acepción original y más simple (según el diccionario de la Real Academia Española) significa: "Que no sabe leer ni escribir". Pero, a medida que ha ido evolucionando la sociedad y que se ha tornado más compleja, el concepto ha requerido una evolución propia con el fin de hacerlo coherente con las necesidades de las personas así definidas. Digamos que ha requerido desarrollarse para incluir habilidades progresivas que permitan a las personas integrarse de mejor manera a la sociedad.

En México, en términos generales, en el Censo de Población y Vivienda se considera como analfabetos” a los que han pasado de la edad escolar y no saben leer ni escribir". En este sentido entenderemos el concepto de analfabetismo.

En esta tónica, se asocia normalmente con la escuela, lugar privilegiado para el aprendizaje, y la alfabetización vendría a ser la etapa inicial o el primer nivel de la escolarización. Con frecuencia se considera que el objetivo más importante de la educación primaria consiste en aprender a leer y a escribir de forma correcta. Lograrlo constituye la base y el fundamento para la educación posterior, aquella que puede ser proporcionada por el sistema educativo, el cual constituye uno de los sistemas sociales más importantes, que se ha originado por el proceso de evolución general de la sociedad y de diferenciación de sus funciones. Se caracteriza por ser potencialmente incluyente de toda la población y no sólo de una minoría privilegiada como antaño ocurría. Por ello, ha sido objeto de atención especial por parte del Estado.

No saber leer ni escribir constituye una de las más grandes desventajas personales y sociales que una persona puede tener. De hecho, se puede decir que esa condición margina, aísla y demerita a los individuos, incluso en su propio medio social.9 Sus implicaciones en la integración social y productiva de las familias son muy importantes, justo por ello la educación es reconocida como un derecho humano desde la Declaración universal de los derechos humanos (1948), porque es una de las condiciones necesarias para establecer relaciones de igualdad con los semejantes.

La condición de analfabetismo impide a quienes la padecen estar plenamente incorporados a la sociedad, pues aísla a los individuos, impide su propia socialización y es probable que limite la de los hijos. Porque es un hecho reconocido que el capital cultural (no sólo económico) de las familias tiene un impacto importante en la educación de sus descendientes. Los alumnos que provienen de familias donde existen libros, la costumbre de la lectura, computadora, acceso a Internet, alimentación adecuada, buenas condiciones de transporte, acceso a diversas actividades culturales o recreativas tendrán muchas posibilidades más de aprender.

Donde hay carencias económicas, sociales o culturales, éstas propenden a persistir a lo largo del tiempo. La pobreza y la marginación tienden a crear mecanismos para autorreproducirse. Difícilmente se sale de esa situación sin ayudas externas a las familias, sin la mano visible y la acción compensadora del Estado. El analfabetismo es un poderoso factor en la perpetuación de la pobreza, la marginación y la exclusión social. En la actualidad, sin niveles adecuados de formación no se tiene acceso al cúmulo de información disponible ni a las actividades mejor remuneradas o a niveles adecuados de capacitación para el trabajo; tampoco se cuenta con el acceso y el disfrute pleno de los bienes culturales y las expresiones del arte.

En el mundo de hoy, cuando se instauran de manera paulatina a escala planetaria la sociedad y la economía del conocimiento, cuando la educación se concibe como un proceso para toda la vida, el analfabetismo incrementa la vulnerabilidad económica, social y cultural de las personas y las familias que padecen ese lastre social.

Capítulo 2.- Dimensiones del alfabetismo

Nuestro país ha tenido avances considerables en materia educativa. De ello no hay duda, pero tampoco la hay en el sentido de que los rezagos son igualmente notables. Basta recordar a los 32 millones de mexicanos que se encuentran en condición de rezago escolar, ya sea por su condición de analfabetos o por no haber concluido los estudios de primaria o secundaria. Los avances registrados han estado ligados a los esfuerzos e iniciativas de muchas personas, entre las que cabe destacar a Justo Sierra y José Vasconcelos, dos ilustres universitarios que hicieron lo necesario para la creación de la Secretaría de Educación Pública hace menos de un siglo (octubre de 1921). Desde entonces, se han dado progresos en la creación y consolidación del sistema educativo actual, así como en la elevación del nivel educativo de los mexicanos. A ello contribuyeron en parte las campañas alfabetizadoras, en particular las encabezadas primero por José Vasconcelos y más tarde por Jaime Torres Bodet.

Sin embargo, debe reconocerse que, a pesar de los logros y los avances en el ámbito educativo, el analfabetismo no ha podido ser desarraigado. Su permanencia indica que no se trata de un asunto simple ni de fácil solución, por el contrario, es un problema

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