Análisis de "Vidas privadas" de Angélica Gorodischer
Enviado por Stella • 13 de Abril de 2018 • 1.750 Palabras (7 Páginas) • 5.158 Visitas
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Esto es lo que parece mostrar Gorodicher en vidas privadas. Examinado los personajes vemos que el narrador, a partir de lo poco que ve y lo mucho que escucha, construye las identidades de la pareja vecina con las representaciones provistas conforme a un modelo político hegemónico que determina los roles Masculino /femenino, hombre / mujer en relación a los respectivos cuerpos. Describe al hombre destacando los atributos físicos que lo constituyen como tal “Era un tipo canoso, de sobretodo oscuro, que llevaba los guantes en la mano izquierda”, “Y lo que pude oír fue que tenía una voz gruesa, bien modulada”. De la supuesta mujer puede oir su voz “chirriante, sosa, aguda, metálica. Una voz de cotorra, de caricatura, de chusma de conventillo” construyendo lo femenino a partir del tono de la voz . A medida que avanza el relato, podemos saber que la convivencia se hace insoportable por la relación tortuosa de amor y odio que mantienen los vecinos: cuerpos que intentan moldearse, formatearse violentamente de acuerdo con lo que social y políticamente se espera de ellos:”¡Estúpida! — ¡Sos una estúpida, mirá lo que hiciste!””Calláte, ¿querés?” “¡Terminála!. Terminála, hacé el favor. Cuándo vamos a tener un día en paz, me querés decir?”. La supuesta mujer reacciona: “Sí, claro, terminála —chilló, para vos sí que es fácil, total, te vas a la calle y yo me quedo aquí como una idiota deslomándome por vos. ¿Y vos qué hacés, eh? Decíme ¿qué hacés?”. Reclamos, gritos, golpes, encuentros amorosos, conductas casi naturalizadas que se repiten constantemente en el proceso de construir posiciones sexuales y genéricas estereotipadas que configuren identidades legitimadas. Sabemos que no lo logran en la relación ya que uno de los cuerpos (que siente y piensa), el del homosexual que trataba de actuar como mujer, se rebela contra los rótulos impuestos por el discurso hegemónico y comete un acto fatal, asesina a su pareja liberándose de la coersión que le imponían culturalmente las clasificaciones en el ámbito de la vida privada. Ese acto fatal implica una reconfiguración en relación a la identidad que implicará, en el futuro, tal vez, la construcción de una sexualidad y género por fuera de lo social y culturalmente establecido.
Es interesante destacar que Gorodischer delinea el narrador sin ninguna marca ya sea corporal o lingüística que permita al lector identificarlo de acuerdo con una sexualidad o género determinados Digamos que hay un cuerpo sexuado que siente, piensa y desea: “Esas cosas se hacen en la intimidad, en la penumbra, en voz baja, lejos de los oídos del prójimo”, “Esos dos asquerosos habían conseguido excitarme.”, “Ella gritó. Fue un grito de amor, no de batalla, y él dijo algo, jadeando. No aguanté más. Me fui al dormitorio, cerré la puerta, me desnudé, fui al baño y me di una ducha fría.”. Construye su identidad en la relación con los otros (la portera, los ocupantes del edifico) manteniéndose a distancia, cuidando su intimidad a costa de la soledad. Podría decirse que hay ambigüedad respecto del género y la sexualidad, lo que puede pensarse como la manifestación de la teoría queer (Butler 2002) en el relato, que implica un nuevo modo de pensar la sexualidad y el género en la frontera del binomio hetero/homo. Lo anterior se refuerza a partir de la escena final del relato ya que el narrador descubre que la supuesta mujer del departamento contiguo y culpable del crimen, está contenida en el cuerpo de un hombre y, al verlo parado y desorientado frente a la puerta de su departamento, no ejerce poder de policía si no que lo deja entrar a su propia casa. Sin clausurar el sentido, la acción del narrador puede leerse como un reconocimiento de las diferencias que luchan por constituirse y encontrar en el discurso, una grieta que les permita manifestarse y, en el futuro, actuar una identidad que pueda nombrarse.
En conclusión, la escritura de Angélica Gorodischer, desde una perspectiva de género, muestra lo que excluye el régimen simbólico hegemónico; en este sentido, el relato visibiliza y pondera la tragedia de esos cuerpos que no importan porque transitan la cultura fuera de las representaciones sociales dominantes. Así mismo es una escritura que cuestiona “el statu quo cultural” (Butler, 1998:21), interpela al lector y abre la posibilidad de pensar en otras configuraciones culturales en la que todos los cuerpos importen.
Bibliografía
- Angenot, M. (2010); El discurso social. Los límites de lo pensable y lo decible. Buenos Aires: Siglo XXI editores.
- Butler, Judith (2002) Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. Traducción de Alicia Bixio Buenos Aires: Paidós.
- Butler, Judith (1998) El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Traducción de María Antonia Muñoz. Barcelona: Paidós
- Equipo Especialización (2016). Modulo Teoría y Crítica cultural. Clase 2. Crítica y cultura (continuación). Especialización en Enseñanza de Escritura y Literatura para la escuela secundaria. Ministerio de Educación y Deportes de la Nación
- Equipo Especialización (2016). Modulo Teoría y Crítica cultural. Clase 4. Identidad y género sexual. Especialización en Enseñanza de Escritura y Literatura para la escuela secundaria. Ministerio de Educación y Deportes de la Nación
- Gorodischer Angélica (1998), “Vidas privadas” en Cómo triunfar en la vida (Buenos Aires: Emecé, .
- -Hall, Stuart (2003): “¿Quién necesita ‘identidad’?”, en Stuart Hall y Paul du Gay, Cuestiones de identidad cultural, Buenos Aires, Amorrortu, pp. 13-39.
- Sanchez Prado, Ignacio (2015), El estado de la cultura, 13 de Mayo 2015, Horizontes, recuperado de: http://horizontal.mx/el-estado-de-la-cultura-10-ignacio-sanchez-prado/#sthash.Hrgif3dg.dpuf.
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