BUSCANDO LAS CAUSAS DEL DETERIORO FAMILIAR
Enviado por mondoro • 24 de Julio de 2018 • 3.954 Palabras (16 Páginas) • 588 Visitas
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No existe, por ejemplo, un padre de familia que sea malo, nos lo dice el mismo Evangelio.”¿Qué padre entre vosotros, si el hijo le pide un pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará, en vez del pez, una serpiente?” (Lc. XI, 1 l), y sin embargo, vemos mamás que abandonan a sus hijos o padres que los golpean. Algunos los llaman padres desnaturalizados o verdaderamente malos, pero ¿no será que actúan así a causa de la ignorancia educativa, porque desconocen qué hacer con ellos o cómo hacer para que el niño actúe de la mejor manera?
En muchos de estos casos -el de los padres golpeadores-las causas pueden ser de diversa índole, pero es la falta de conocimiento de nuevas y mejores formas educativas lo que hace que sea más fácil el golpe correctivo, el cinturonazo disciplinador o el coscorrón aquietante. Es la falta de alternativas válidas en la motivación lo que permite el manejo indiscriminado de premios y castigos o el recurso fácil de mandarlos a ver la tele para que no estén dando lata, convirtiendo a este medio de comunicación en el enemigo número uno del hogar, además de en la niñera más accesible.
Y esto es mucho más grave cuando hablamos de ciertos temas como la educación de la sexualidad, en la que la ignorancia produce dos resultados a cual más negativos.
El primero es el de los padres que prefieren no meterse en estos temas, dejando todo en la escuela o en quien se preste a ello, que nunca faltan candidatos a profesor de sexualidad entre los amigos o las amigas.
El segundo es el de los padres que aceptan todo lo que se les propone en radio, revistas o programas televisivos e intentan una educación que no es otra cosa que simple información genital. La ignorancia impide discernir entre lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo, se acepta todo porque lo dicen los «especialistas».
Como se puede imaginar, los resultados en ambos casos son desastrosos. ¿No son las madres solteras adolescentes fruto de esta falta de educación paterna o exceso de información que no ha podido ser procesada oportunamente a través de los padres de familia porque ignoran lo relativo a la formación de la sexualidad de sus hijos?
Lo mismo puede afirmarse en muchos casos del alcoholismo entre los adolescentes y un sinnúmero de problemas que se presentan en las familias. La causa de éstos se encuentra en esta ignorancia educativa que debe ser eliminada en el quehacer de los padres.
¿Cómo podemos eliminar la ignorancia y con ella las aplicaciones que se presentan en la educación de nuestros hijos?
Principalmente desarrollando en nosotros la autoconciencia, es decir el pleno reconocimiento de nuestras cualidades y nuestras carencias. Haciendo una profunda reflexión personal en la que analicemos cuáles son nuestras motivaciones al ser esposos y padres de familia.
El hecho de buscar estas motivaciones nos abre un panorama muy amplio para iniciar el cambio que nos permita nuevamente aprender a aprender. Mirar en nuestro interior nos permite desarrollar los dos rasgos esenciales del carácter: la integridad y la madurez, ya que son estos dos rasgos los que en principio nos brindan los elementos suficientes para que nos deshagamos de la inercia de vida.
Inercia que es causa de nuestra falta de deseo de aprendizaje. Creemos que ya todo lo sabemos y nadie nos va a enseñar nada o que si no lo sabemos, pues ya no es el momento de aprender, estamos tan atareados que no podemos dedicar tiempo al aprendizaje.
La integridad y la madurez nos muestran el verdadero tamaño de lo que somos y podemos.
La integridad es el valor que nos asignamos a nosotros mismos. Se acrecienta con el autoconocimiento y se refuerza con el cumplimiento de las promesas y compromisos que nos hacemos a nosotros mismos y a quienes nos rodean.
La madurez se encuentra en lograr el equilibrio entre la satisfacción de las necesidades (básicas, endotímicas y trascendentes) del Yo con las mismas necesidades del Tú. Se manifiesta en la comunicación al saber compartir y retroalimentar, es decir cuando sabemos enviar mensajes del Yo al Tú y tenemos la apertura para recibirlos en sentido inverso. La madurez se da cuando podemos defender nuestros puntos de vista y nuestras posturas y comprendemos y aceptamos las de los demás.
Al lograr esto, estaremos abiertos a aceptar todo aquello que nos ayude a crecer como padres de familia, leeremos y estudiaremos sobre temas educativos con la apertura suficiente como para comprender y hacer nuestros nuevos criterios, pero con la valentía necesaria para defender nuestros principios y no comprometer nuestros valores ante un expositor quizás no muy claro y acertado.
Porque no es suficiente con intentar vencer la ignorancia a través del aprendizaje, es necesario que el aprendizaje sea cierto y centrado en los principios correctos, pues de otra manera, si bien habremos vencido la ignorancia, caeremos en la segunda de las causas de esta problemática que hemos venido analizando: la inconsistencia.
INCONSISTENCIA O LA "EDUCACIÓN GELATINA".
Si la ignorancia es el inicio de los problemas educativos, debido a los males que acarrea y que con anterioridad ya hemos comentado, la INCONSISTENCIA produce desviaciones en la educación capaces de deformar también a nuestros hijos.
De poco sirve procurarse información si ésta no corresponde a la realidad o si es manipulada para hacernos creer situaciones que no ayudan a la correcta formación de nuestros hijos. Lo cual provoca una educación carente de bases firmes, sin estructura (sin vértebra, podríamos decir).
Esta falta de estructura en las ideas, no correspondientes con la naturaleza humana, que no coinciden con los principios rectores de la persona, han ido transformando la mentalidad de los padres, quienes llegan a creer válidos y aplicables ciertos principios nocivos sólo porque fueron presentados en algunos medios de comunicación -como ya hemos comentado al habla
aíz de los «consejos» de cualquier comentarista o especialista en algo. Se rompen esquemas válidos y necesarios, esenciales al sano desarrollo del niño, y se cambian por otros con el pretexto de que son nuevos. Como si algo por ser nuevo fuera bueno.
La educación se convierte en una masa amorfa, en una mezcla heterogéneo de ideas poco claras y menos ciertas. Se convierte en lo que metafóricamente llamaríamos «Educación Gelatina».
Por que si vemos la gelatina notaremos que aunque tiende al estado sólido no lo está y tampoco se trata de un líquido pues sus
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