CÓNDOR A LA LUZ DE LA LUNA
Enviado por Ensa05 • 1 de Marzo de 2018 • 7.892 Palabras (32 Páginas) • 281 Visitas
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GRAL. CHAPARRO.- Es usted muy chistosito.
POLICÍA MILITAR.- Y usted muy gritoncito. Sobre todo cuando lo atacan las pesadillas.
GRAL. CHAPARRO.- ¡Yo no tengo pesadillas!
POLICÍA MILITAR.- ¿O los cargos de conciencia?
GRAL CHAPARRO.- No cargo nada en la conciencia.
POLICÍA MILITAR.- Entonces acuéstese bien, sin apachurrarse el brazo o la pierna.
GRAL. CHAPARRO.- ¿Para qué?
POLICÍA MILITAR.- Para que no parezca que tiene pesadillas, para que no sospeche nadie de que algo carga en la conciencia. Para que no grite mientras duerme, general, para que no grite.
GRAL. CHAPARRO.- Yo no grité.
POLICÍA MILITAR.- Perdón, perdón. Vuelvo a mi puesto a dormir porque seguro que esto es un sueño.
GRAL. CHAPARRO.- La verdad es que... estaba repitiendo los gritos de otro.
POLICÍA MILITAR.- ¿Los gritos de quién?
GRAL. CHAPARRO.- De alguien que... usted no conoce, oficial.
POLICÍA MILITAR.- ¿Un amigo?
GRAL. CHAPARRO.- No, no era mi amigo.
POLICÍA MILITAR.- ¿Un enemigo?
GRAL. CHAPARRO.- Pudiera ser.
POLICÍA MILITAR.- Bueno, tranquilícese general.
GRAL. CHAPARRO.- ¿Es una orden?
POLICÍA MILITAR.- No, es una sugerencia.
GRAL. CHAPARRO.- ¿Cuántos años tiene, oficial?
POLICÍA MILITAR.- Veinticinco, general.
GRAL. CHAPARRO.- Cuando este “amigo” falleció, usted ni había nacido.
POLICÍA MILITAR.- ¿Y cómo murió?
Silencio. El general parece ausente.
POLICÍA MILITAR.-¿Cómo falleció? ¿No lo supo usted?
GRAL. CHAPARRO.- En la tierra.
POLICÍA MILITAR.- ¿En la tierra?
GRAL. CHAPARRO.- Sí, en la tierra. En aquel entonces muchos morían en la tierra, pero también muchos morían en el agua.
Pausa, el Policía militar piensa. De pronto parece recordar, se alegra.
POLICÍA MILITAR..- ¡La guerra sucia!
GRAL. CHAPARRO.- Así le dicen ahora a lo que hicimos por la patria.
POLICÍA MILITAR.- Mucho se dice de ese tiempo. Y mucho se dice de usted en ese tiempo.
GRAL. CHAPARRO.- ¿Qué se dice?
POLICÍA MILITAR.- Ya deje eso, para que no repita lo del “fallecido” antes de que yo naciera.
GRAL. CHAPARRO.- Mire jovencito...
POLICÍA MILITAR.- Mire, señor preso, usted termina la noche en calma. O lo meto al calabozo de castigo.
El general chaparro voltea a ver al guardia con encono, este le sostiene la mirada; el general chaparro reflexiona y, poco a poco, transforma su mueca de encono en una sonrisa que estalla después en franca carcajada.
GRAL. CHAPARRO.- ¿Al calabozo de castigo?
POLICÍA MILITAR.- ¿Lo duda, general?
GRAL. CHAPARRO.- No tienes la menor idea de lo que es un castigo.
POLICÍA MILITAR.- ¿Me va a enseñar, jefe?
GRAL. CHAPARRO.- No tiene caso. Te faltan huevos.
POLICÍA MILITAR.- A qué mi general que mide, pesa y hasta ha de probar los huevos sólo con la mirada.
GRAL. CHAPARRO.- Te los mido y los peso, pero la probada te la haría de embarrada en tu hocico, en otras condiciones.
POLICÍA MILITAR.- Que pena, para usted, que estemos en estas y no en sus otras condiciones, generalito.
GRAL. CHAPARRO.- Generalito tu abuelo, cabrón, respéteme.
POLICÍA MILITAR.- El respeto a las cabronadas ajenas, es la paz. Allá afuera, en la vida, usted es general; acá adentro, en la cárcel, usted es a lo mucho generalito. Sueñe en sus otras condiciones porque quien sabe si las vuelva a tener algún día.
GRAL. CHAPARRO.- Ruégale A Dios que no.
POLICÍA MILITAR.- ¿Usted cree en Dios?
GRAL. CHAPARRO.- Yo fui Dios.
III:
En oscuro las tres voces de los mismos que iniciaron la escena I. Hablan de la misma forma, del susurro a poco menos del volumen normal.
De alguna área del escenario vemos moverse con, brillo fosforescente, una sombra. Es Tierra.
-Tiene que esconderse por aquí.
-Busquen bien.
-Es un chamaco baboso.
-Si nos ayudas a encontrarlo hasta te damos trabajo.
-Lo debes conocer bien. Fueron compañeros.
-Estos empiezan desde chiquitos en la pendejada esa de la guerrita.
-Guerrilla, Barraza, guerrilla.
-Es lo mismo, Barajas.
-Pregúntale a Escobedo.
-¿Es cierto, Escobedo?
-La diferencia entre guerrita y guerrilla es que la primera es de jueguito. Esta no es así. Por eso hay que acabarla de raíz.
-No importa que tengan quince años.
Se encienden las
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