CIENCIA DE LOS MATERIALES.

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La prueba de dureza de un material es de importancia cuando se desea saber la resistencia de dicho material a la penetración, para realizar dichas pruebas existen diversos métodos aunque los más comunes son dos, el primero es la prueba de dureza Rockwell y esta descrito en la norma ASTM E-18. La segunda prueba es la de dureza Brinell, esta es de un uso general y tarda más tiempo en realizarse debido a los datos necesarios. Ambos métodos son empíricos y la ventaja es que son pruebas no destructivas y eso aporta gran ventaja ya que la mayoría de veces se requiere que el material quede intacto o funcional. El impacto que proviene de aplicar una fuerza externa por un tiempo menor a un tercio del periodo natural de la pieza o estructura sobre la cual se aplica la fuerza se puede medir a través de una prueba de impacto, para lo cual existen dos métodos comúnmente utilizados. El primero y más utilizado es la prueba de Charpy y el segundo y utilizado muy pocas veces es la prueba de Izod, en ambas se utilizan barras con geometría especifica. La prueba consiste en golpear el elemento con un péndulo que se deja caer desde una altura determinada y se determina la energía absorbida por la pieza.

El acero puede pasar por procesos de moldeo o recristalizacion a través de cambios bruscos de temperatura, a lo que comúnmente se le denomina Trabajo en Caliente. Entre los métodos que existen para trabajar los metales a altas temperaturas se encuentra el método de laminado en caliente, que consiste en crear una barra de material de forma y dimensiones determinadas, también está el método de forjado que consiste en moldear elementos metálicos con alto punto de fusión, esto se hace a través del impacto que se ocasiona con un martillo repetidas veces. El costo del proceso del trabajo en caliente es un factor decisivo para elegir uno u otro método. Otro proceso para poder moldear el acero es trabajándolo a bajas temperaturas, este método aumenta considerablemente la resistencia a la fluencia del material pero simultáneamente disminuye su ductilidad, mediante este proceso se realiza el laminado y también el estirado de materiales. El estirado consiste en disminuir el área transversal del metal ejerciendo prácticamente esfuerzos de tensión para no eliminar material sino que solo disminuir el mismo.

Los tratamientos térmicos del acero consisten en controlar el tiempo y temperatura en las que cambian las propiedades del material, las propiedades en las que se enfocan los tratamientos con la dureza, tenacidad y la ductilidad. Entre los tratamientos más usuales se encuentra el recosido el cual consiste en calentar el material a temperaturas muy elevadas tomando como referencia la temperatura critica, tratando de que el carbono se disuelva y se propague a través de todo el material, este tipo de tratamiento se utiliza para suavizar el material y para aumentar la ductilidad del mismo. El templado es otro tipo de tratamiento que consiste en dejar enfriar el material después de haber pasado por un proceso de calentamiento, dependiendo de la rapidez del enfriamiento es el tipo de templado obtenido; por ejemplo si el templado se hace a través de aceite se obtiene un templado lento que reduce las grietas que es causada por la dilatación. De igual forma cuando el templado es rápido se obtiene la forma más dura del acero.