Cartas sobre la Danza y sobre los Ballets.
Enviado por monto2435 • 22 de Enero de 2018 • 2.135 Palabras (9 Páginas) • 586 Visitas
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No limitemos esta condición únicamente a los maestros. Los bailarines siempre hemos sentido esa punzada cuando nuestro igual nos corrige o ni siquiera, cuando nos hace una observación.
El ego nos ciega al crecimiento y estanca la búsqueda de más, la constancia y el trabajo.
Pero retornando a Noverre, la copia exacta de sí, que los malos maestros pretenden hacer con los alumnos puede traer generaciones basura para la danza.
Un creador debe tener conocimientos de historia, la fábula, los poemas de antigüedad, conocimiento de todas las épocas, geometría, maquinaria, pintores y maneras de componer y pintar, anatomía, dibujo, música, colorimetría, decoración, arquitectura y perfectamente de la danza, entre otros[5].
Ahora, recordemos que el maestro habla específicamente de los ballets y para él deben tener un argumento conformado por exposición, nudo y desenlace. El éxito sólo dependerá de la buena elección de los anteriores y una distribución apropiada[6].
Debe tener coherencia y del orden en que se hilan las cosas depende el entendimiento y no aburrimiento de la audiencia.
Al leer esto estaba segura de tener un punto en el que difería con el maestro. Al menos en mis parámetros a solas con la danza nunca hay una coherencia entre lo que es y lo que sigue. Pero profundizando, todo lo que he visto en danza e incluso en lo poco que he creado e improvisado lo tiene: un inicio, un desarrollo y un final. Muchas veces orientado al amor o a las relaciones humanas en sí. Supongo que hay muchas más cosas de qué hablar pero seguimos repitiendo los mismos patrones actuales o retomando los clásicos…
“Mientras se sea esclavo de los viejos métodos y las antiguas rúbricas de la ópera, será en vano esperar darle forma nueva.”[7]
Pero esto no quiere decir que el artista creador sea perezoso y carezca de bases y conocimientos de lo precedente. Conocer los errores y aciertos del pasado mejorará y corregirá la construcción del futuro y esto no sólo hablando de materia dancística; es imperante ahondar en otras disciplinas que contribuyan al intelecto e imaginación del artista. Sólo así no caerá en repeticiones, podrá debutar en la originalidad y desarrollar un estilo propio.
“Renunciad a esa imitación servil que insensiblemente lleva al arte nuevamente a su cuna; observad todo lo relativo a vuestro talento; sed originales; cread para vosotros un género nuevo de acuerdo con los estudios que habéis realizado; copiad, pero únicamente a la naturaleza: es un buen modelo y jamás extraviará a quienes la siguen con fidelidad.”[8]
Y es aquí donde surge una incógnita…
¿Es posible crear a partir de lo que no se conoce?
El profesor coreano de administración internacional y afamado escritor de La Estrategia de los Océanos Azules, W. Chan Kim, propone como modelo de negocio destinado a triunfar dejar de competir con empresas similares (océanos rojos) y crear una empresa innovadora que no se parezca a nada de lo que tengamos conocimientos precedentes (océanos azules), por lo cual no hay competencia para dicha creación. Si la propuesta es buena, el éxito del proyecto está garantizado.
Pero estamos hablando de arte, de inspiración, de nuestro cuerpo. Confiamos en la naturaleza porque es sabia, porque es bella, porque no daña a quien no la daña. Y hemos confiado tanto en ella que modificamos la corporalidad a partir de ella, a partir del movimiento de las diferentes especies y elementos móviles o inmóviles que se encuentran a nuestro alrededor. La creación a partir de lo desconocido es mera ilusión, una utopía. La experimentación es la conjunción de nuestros conocimientos en un momento. La imaginación es la proyección combinada de fotos de cosas, o partes, o seres de los que hayamos leído, escuchado o visto.
Por lo tanto la respuesta a la incógnita es “No”.
El maestro Noverre menciona que se debe tener claro el talento propio, y yo agregaría a las habilidades. Esto para ejecutar movimientos dentro de lo estético. En mi experiencia personal, lo que no se practica no se ve bello. Tal vez los virtuosos puedan realizar movimientos perfectos sin necesidad de un precedente y sólo por imitación, pero no siempre es así. El talento tiene un límite para la ejecución de ejercicios elevados que no siempre los cubre en su totalidad y es cuando la práctica entra a la escena.
“Esta furia de imitar lo que no es imitable constituye y constituirá la pérdida de infinito número de bailarines y maestros de ballets. La imitación perfecta exige el mismo gusto, las mismas disposiciones, la misma conformación, la misma inteligencia y los mismos órganos del original que se propone imitar.”[9]
Uno no siempre entenderá el movimiento de la misma manera que el otro lo aprendió. Las sensaciones y experiencias corporales son distintas para cada persona. Los frustrados por no ser igual a Baryshnikov perecerán en desesperación y quizás no verán todo el potencial que poseen gracias a la ceguera causada por ese afán imposible.
La gente gusta de la danza, sea cual sea su tipo, es aceptada. Esto depende, claro está, de los distintos niveles de cultura de los distintos y diversos ámbitos políticos, sociales y culturales de la audiencia, pero en la mayoría de los casos es aplaudida. En un otro texto de mi autoría (Ensayo de Memoria de Sangre de Martha Graham) menciono que incluso la gente puede llegar a jactarse de intelectualidad al ver arte escénico, y esto puede ser cierto, pero su mera mención como pretensión de presunción demerita la intelectualidad aludida.
A veces, la audiencia no tiene conocimiento del buen o mal gusto al que alude el coreógrafo y aplaude sin cesar. Esto es reprochado por Noverre, los aplausos pueden hacer creer al ejecutante que algo está bien hecho cuando en realidad no lo está. Los aplausos deben ser un incentivo para el artista, éste debe continuar su búsqueda de perfección. Si el público gusta de lo que ve, que sea realmente lo mejor que el artista pueda dar…
… y no mediocridades.
Conclusión
Creo firmemente que el arte escénico no debería desaparecer, por más que este sea su destino. Su preservación depende de la pasión con la que, artistas de la talla de Noverre, desarrollen su trabajo y sobre todo que la búsqueda continúe. El mundo actual sólo tomará en serio el trabajo de los bailarines si
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