Conocí un hombre una vez.
Enviado por poland6525 • 16 de Agosto de 2018 • 892 Palabras (4 Páginas) • 356 Visitas
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- El rey me insistió que si un mazo era nuevo no podría realizar el acto que le prometí, verán ustedes que nos encontramos en la misma situación. Pero si el mazo al ser nuevo, debe suponerse que los cuatro ases estarían, al igual que los otros naipes, organizados de manera consecutiva. “-Y tiene razón mi rey”. ¿Pero no sería aún más asombroso que antes de retirar las cuatro cartas yo, con mi dedo indicie señalara que estas están totalmente separadas?, verá…
- Una se encuentra aquí. Señalando la primera carta boca abajo desde la derecha.
- Porque es obvio, un naipe es el comienzo y el final de toda escalera, por ende otro naipe debería estar… aquí. Señalando la primera carta boca abajo desde la izquierda.
- Joven, por favor de vuelta las cartas. Tal vez debí mezclar mejor.
- la otra aquí. La dio vuelta. Era el as de trébol.
Junto las cartas pero hasta el cantinero que podía observar lo que sucedía en una de sus mesas sabía que faltaba un as más, aunque se ve que otros problemas lo tenían entretenido, como todo cantinero de bar. Es obvio, es parte del truco y seguro que lo hará brincar como hizo brincar aquel siete de corazones. Muy listo.
-El rey soltó a carcajadas y comenzó aplaudir. “Pero por favor rey, el acto no ha terminado aún”. Le pedí que buscara en la caja virgen la carta que sobraba. Sospechaba que faltaba un naipe más.
Jaime menea la vista hacia abajo, donde estaba la caja y podía verse una carta más. En realidad, ya había superado mis expectativas y nos tenía a todos en abstinencia. Jaime saca la carta y esta refleja en él una cara incomoda, la da vuelta y por lastima era un cuatro de picas. El hombre la sostiene.
-“Has perdido, ahora tendrás que servirme como mago personal para toda tu vida”, y tenía razón, pero yo no dije tres ases y un cuatro, yo dije… La mano hizo un eclipse... – Cuatro ases. Uno, dos, tres, cuatro.
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