Consecuencia del consume de bebidas con alcohol en adultos de la tercera edad

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Los que no usan bebidas alcohólicas, a menudo se preguntan por qué una persona que bebe alcohol, continúa con su práctica dañina a pesar de que sabe que perjudica su salud. Esta afición al alcohol es difícil de quebrantar a causa del efecto que este tiene de intoxicar el cerebro. Cuando un anciano/a se halla bajo la influencia del alcohol, esta alegre y sin cuidados. No acepta sus responsabilidades con seriedad. No se siente mortificada ni tiene remordimiento. Olvida sus penas y sus problemas parecen insignificantes. Habiendo experimentado previamente el alivio de las duras realidades de la vida que produce la intoxicación, le resulta fácil recurrir de nuevo, toda vez que se encuentra en dificultades, al agente que lo libera de su responsabilidad y le proporciona un sentido pleno de optimismo. Una vez que ha sido probado se le es muy fácil esconderse de las realidades de la vida. Esta es la razón por la cual el hábito de la bebida alcohólica mina el carácter y priva al adulto mayor de su disposición a aceptar la existencia tal como es.

Algunos estudios han demostrado que a medida que la gente envejece, se vuelve más sensible a los efectos del alcohol. Es decir, la misma cantidad de alcohol puede tener un efecto más fuerte en una persona mayor que en otra más joven.

Algunos riesgos de tipo médico, como la tensión arterial alta, las úlceras y la diabetes, pueden empeorar con el consumo de alcohol.

Algunas medicinas tanto las recetadas como los que se venden sin receta pueden ser peligrosos o aún mortales al mezclarse con el alcohol. Esto constituye un asunto de especial preocupación en la gente de mayor edad, porque la persona promedio de más de 65 años de edad toma al menos dos medicamentos al día.

Por ello para aquellas personas de edad que padecen de alcoholismo, es importante respetar las normas de tratamiento convencionales. Actualmente existen estrategias farmacológicas de tratamiento cada vez más específicas: antidepresivos, ansiolíticos, fármacos de efecto aversivo y fármacos que bloquean el efecto de "recompensa" que ocasiona el alcohol. La utilización de drogas debe hacerse en el contexto más amplio, supervisado por un especialista.

Un recurso muy eficaz al que pueden recurrir quienes se encuentran en la lucha por dejar su adicción son los grupos de autoayuda, entre los cuales se cuenta Alcohólicos Anónimos. Este tipo de grupos procura brindar al paciente un lugar en donde entablar relaciones sociales fuera del bar, con amigos no bebedores, quienes luego sirven de apoyo cuando surge la necesidad de beber y puede producirse una recaída.

En conclusión se puede decir que las personas de la tercera edad que toman alcohol parecen encontrar en ello su mayor satisfacción. El uso del alcohol llega a ser su forma de vida. Su escala de valores resulta alterada, de manera que justifica la conducta que acompaña el uso de intoxicantes. El adulto mayor se siente importante, dueño del mundo, olvida sus enfermedades, pero sobretodo su triste soledad, pues el alcohol intoxica su cerebro por lo que no tiene noción de lo que hace y siente, convirtiéndolo en esclavo de un hábito dañino que puede producir su muerte.

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