Contingencia y determinismo: filosofia biologica

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Un aparente contraargumento de esta numerología es decir que al principio de la vida no eran necesarias cadenas largas, siendo suficientes péptidos más cortos (u oligonucleótidos) para iniciar el negocio. Estos oligómeros cortos podrían haberse alargado posteriormente en cadenas más largas por condensación de fragmentos. Sin embargo, el cálculo del número final de cadenas no cambia (una vez que se toman en consideración todos los decapéptidos posibles) si se parte de, digamos, decapéptidos. Y si se quiere partir de sólo unos pocos oligómeros que son particularmente estables termodinámicamente, ¿cómo se quiere llegar a macromoléculas completas sin invocar las estadísticas de crecimiento de la cadena o la aleatoriedad de la condensación de fragmentos? La hipótesis de un conjunto inicial de polipéptidos termodinámicamente más estables seguidos de condensación de fragmentos es realmente una buena explicación del origen de muchas copias idénticas de macromoléculas largas en el marco de la continuidad. En este caso, el escenario sería el siguiente: la condensación de fragmentos progresivos tiene lugar más o menos aleatoriamente dentro de una gran biblioteca de cadenas polipeptídicas más cortas y termodinámicamente estables, por lo que la elección de los socios de reacción es impulsada por la contingencia de las condiciones de condensación , Temperatura, salinidad, solubilidad resultante, etc., un proyecto experimental en este sentido está en marcha en nuestro grupo).

No sabemos si la condensación del fragmento fue de hecho el mecanismo prebiótico de la formación de la secuencia macromolecular (también porque no conocemos ningún método confiable de condensación de fragmentos prebióticos). Sin embargo, como ya se dijo, lo que sabemos es suficiente para afirmar que las macromoléculas existentes en la Tierra no son los productos de la selección termodinámica determinista. Generalmente, entonces, la idea de que las proteínas existentes (o ácidos nucleicos) están aquí porque tienen algo especial desde el punto de vista termodinámico no es sostenible. ¿Existen reglas de selección desconocidas que funcionaron durante la evolución molecular prebiótica, eligiendo la secuencia de lisozima sobre todas las demás por criterios desconocidos de control cinético? Esto no puede ser excluido. Alguien en este punto podría querer proponer la magia de la arcilla como matrices para determinadas secuencias macromoleculares, y de nuevo, esta y muchas otras cosas son imaginables pero, siendo desconocidas, todavía están fuera del ámbito de los hechos científicos actuales. En la etapa actual, se debe aceptar la opinión de que estas pocas proteínas de la vida están con nosotros como los productos de las extrañas leyes de contingencia, seguidos por procesos de evolución química. ¿Significa esto que la formación de macromoléculas en la Tierra es un proceso fuera de las leyes de la química y la física? Por supuesto no. Los procesos estadísticos pertenecen a la ciencia, y sólo tienen el problema de dar un resultado impredecible en los detalles. La química de la formación de macromoléculas es sólo uno de los muchos ejemplos químicos de contingencia que puede darse en el campo del origen de la vida. La selección de la homoquiralidad, la selección de un tipo particular de mononucleótido que contiene ribosa y fosfato, el proceso de formación del código genético; El establecimiento de un metabolismo particular en lugar de otro; Y el ensamblaje de una célula genómica de pleno derecho, todos aparecen procesos en los que la contingencia, guiada y asistida por la evolución molecular, jugó muy probablemente el papel creativo fundamental. Y después de la aparición de las primeras células por una vía química, la evolución biológica hizo su camino hacia arriba sobre todo por las erráticas leyes de la contingencia (véase la cita anterior de Gould). La consecuencia más extrema de este punto de vista es la afirmación de Monod (Gould, 1989), según la cual la especie humana, producto de la contingencia, podría no haber nacido, de ahí la famosa noción de "estar solo en el Universo" .

El gran campo de la contingencia en la evolución biológica está fuera del marco de este breve artículo. Sin embargo, es importante para mí afirmar que "estar solo en el universo" no debe llevar a deducir que los valores humanistas y éticos están privados de significado, que la "sacralidad" de la vida, si se quiere poner De esta manera, se empobrece. Creo lo contrario, a saber, que los valores de la conciencia y la ética pueden ser alcanzados desde dentro de la construcción humana, sin necesidad de ser importados de fuentes trascendentales. Volviendo al marco más modesto de la química macromolecular, la declaración sobre la importancia de la contingencia puede parecer a muchos muy trivial. Por otra parte, como hemos visto, hay un número significativo de la comunidad científica que cree más bien en la inevitabilidad de la vida fuera de un camino determinista. El objetivo de este ensayo es señalar esta contradicción en la presente generación de ciencias de la vida. Y en realidad, además de los autores en el campo que estudian el origen de la vida, hay otros movimientos culturales que, mutatis mutandi, hacen eco de esta visión anti-contingencia.

Uno es el principio antrópico, según el cual las cosas del Universo son el modo en que son para que la vida y la evolución se desarrollen (Barrow y Tripler, 1988). Este principio equivale a decir que Dios creó las cosas en el Universo para que la humanidad pudiera evolucionar. Los adherentes al principio antrópico operan dentro del marco de la ciencia. Sin embargo, se podría afirmar que el principio antrópico no se quita de la idea de creación divina, ya que ambos movimientos se basan en un acto de fe: las "demostraciones" del principio antrópico son generalmente observaciones a posteriori de las cosas que son como son son. Ahora, el mayor respeto debe ser pagado a todos aquellos que creen en Dios como un acto de fe. El punto está más bien en la definición de la ciencia. Dijimos en la apertura de este artículo que los creacionistas no pueden ser definidos como científicos, ya que creen en una creación divina milagrosa. ¿Lo es también para el principio antrópico? Obviamente, la respuesta no es fácil, y en este punto es justo plantear la cuestión sin emitir ningún juicio.

3. ¿Inteligencia extraterrestre?

Consideremos ahora otro movimiento científico que, al parecer, opera fuera del marco de la contingencia. Este es el campo de SETI (Search for Extra-Terrestrial Intelligence). Esos son los científicos que están tratando de captar señales del cosmos, creyendo que hay una probabilidad finita