Cooperación regional en la preservación de los intereses marítimos nacionales.
Enviado por monto2435 • 26 de Abril de 2018 • 4.609 Palabras (19 Páginas) • 342 Visitas
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En cuanto a los usos, la nación puede usufructuar un variado abanico de actividades asociadas a los distintos usos que el mar y ríos permiten. Las más significativas son:
- Transporte marítimo y fluvial: más del 80% del comercio exterior de nuestro país es realizado por vía marítima y fluvial. Asimismo, el transporte de personas, asociado al crecimiento del turismo, ha tenido un repunte considerable en los últimos años, luego de que dicha tarea ha sido tomada en los años 50 por la actividad aerocomercial.
- Actividades portuarias e industriales: surgen como consecuencia propia de las necesidades del comercio marítimo y fluvial, y de la navegación en general. Puertos y astilleros constituyen dos núcleos del quehacer marítimo, independientes entre sí, pero relacionados en la potencialidad económica que representan para el país.
- Investigación científica y tecnológica: apuntada al conocimiento del medio marino y a los complejos procesos que allí se desarrollan, así como a la búsqueda de soluciones prácticas para el aprovechamiento de los usos y recursos disponibles. Constituye una actividad básica y esencial, para garantizar que los bienes disponibles, se exploten en forma armónica, sostenibles y económicamente viable.
- Turismo y Recreación: el ámbito marítimo ofrece un marco particularmente propicio para el desarrollo de estas actividades, en constante crecimiento, y con indudables beneficios tanto por su influencia en el bienestar personal, como por su positivo impacto en la economía.
- Defensa y seguridad: responsabilidades indelegables y esenciales del Estado, la defensa y la seguridad requieren – en el escenario particular del ambiente marítimo – de organizaciones, medios y capacidades específicas, de singular complejidad[2].
Amenazas a los intereses marítimos nacionales
Habiendo señalado los intereses marítimos en términos de recursos naturales y usos del mar y ríos, es necesario ahora, identificar las amenazas que pueden comprometer su control, gestión y usufructo. Para ello es necesario plantear los desafíos que presentará el escenario marítimo del futuro. La complejidad y el cambio serán las únicas constantes y la incertidumbre la consecuencia inevitable.
Los escenarios del futuro son configurados por una serie de tendencias de la realidad que impulsan el devenir de los tiempos. Las más relevantes y universalmente aceptadas en el campo de la prospectiva son la presión demográfica creciente, la globalización, la revolución tecnológica y el cambio climático.
Frente a tales tendencias, los actores de la realidad maniobran para conseguir sus fines con los medios disponibles. Tales maniobras provocan una dinámica compleja y cambiante de factores políticos, geopolíticos, económicos, medioambientales, científicos, tecnológicos y militares.
Combinaciones diversas de tales factores determinan desafíos de la defensa que le son propios a cada estado y condicionarán el diseño y empleo de sus fuerzas navales.
En el campo de lo político, el Estado-Nación se mantiene como el actor preponderante en la política internacional. Los conflictos interestatales tienden a mantenerse como desafío de la defensa, pero con mayores limitaciones entre naciones con gobiernos democráticos, sistemas políticos sólidos, economías estables y sociedades empoderadas.
Actores no estatales radicalizados continuarían transformando a los estados fallidos en plataformas de proyección de desafíos a la seguridad regional y global. El crimen organizado que incluye entre otros males el narcotráfico, la proliferación de armas menores y la piratería, constituye una amenaza a la vida y la libertad de las personas y la soberanía de los estados. Por su carácter transnacional constituye una amenaza global, lo cual genera la necesidad del uso cooperativo de las fuerzas navales donde sea idóneo su empleo. Diversos instrumentos internacionales que más adelante abordaremos, construyen un marco normativo y de acuerdos creciente para enfrentar estas amenazas.
En el plano de los factores económicos, la presión demográfica y la globalización impondrán, por efecto del consumo, demandas crecientes sobre los recursos naturales. Ante la importancia del mar como fuente de alimentos, energía, minerales y biodiversidad, los estados incrementarán su presencia en tareas de investigación, exploración y explotación, llevando a una situación crítica la sustentabilidad del mar como ecosistema. Frente a disponibilidades decrecientes, cada país procurará defender sus recursos naturales, lo cual en casos de jurisdicciones no resueltas, puede dar lugar al aumento de conflictos.
El transporte marítimo continuará siendo un eje vital para el desarrollo global. Ello implica la responsabilidad de protección para los estados ribereños y para la comunidad internacional en la alta mar.
La Armada enfrenta una exigencia urgente para garantizar el acceso presente y futuro a los recursos naturales. En tal sentido, la vigilancia y alerta estratégica en los espacios jurisdiccionales y de interés constituyen un requisito indispensable. Para tal fin, hay dos conceptos que cobran relevancia a nivel global y que son materia de cooperación internacional para el intercambio de información: la Conciencia del Dominio Marítimo, entendiéndose como la “efectiva comprensión de todo lo que está asociado con dicho ambiente, que puede causar impacto en la protección, en la seguridad y en la economía de un país” y, el Conocimiento Anticipado de la Situación del Ambiente Marítimo, que es realizado por medio de la detección, identificación y análisis de las anomalías en los patrones de comportamiento de la actividad marítima.
Desde el punto de vista de la geopolítica, nos orienta el enfoque sobre aspectos regionales y, consecuentemente, plantea desafíos propios del estado o de marcos de cooperación. Una mirada sobre el mapa mundial, observado desde el Polo Sur, permite identificar la existencia de una superficie oceánica global, que aparece como una amplia banda que rodea al continente antártico, con tres grandes cuencas proyectadas hacia el Norte (Océanos Pacífico, Atlántico e Índico). Entre los dos primeros se desarrolla, como una cuña, el subcontinente sudamericano en cuyo extremo sur nos encontramos, con un extenso litoral sobre el Atlántico Sur.
En el año 1986 fue establecida por las Naciones Unidas la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZOPACAS), reconociendo el interés especial y la responsabilidad de los estados de la región de promover la cooperación regional para el desarrollo económico y la paz. El Atlántico Sur tiene tres
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