Cuanto vale el placer.

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El placer que nos brinda un porro de marihuana o un analgésico es equivalente a una oración, es similar al placer obtenido a un orgasmo, y en esencia es lo que buscamos, y si es tan bueno ¿Por qué estamos preguntándonos si es malo o bueno que nosotros lleguemos con una grapa de coca a la escuela? Como lo mencionamos antes, lo que nos debe mover a buscar una respuesta ética a este problema es si estamos dispuestos a pagar el precio por el placer. ¿Estamos dispuestos a ver a nuestros hermanos morir en una lucha que parece interminable contra el narco tráfico? ¿Estamos listos para ver como tu mejor amigo pierde la libertad y se la entrega a la heroína? ¿Estás listo para controlar la bebida cuando tengas una familia que alimentar? Preguntas difíciles, preguntas que llevamos más de un siglo en occidente tratando de contestar y que nos han llevado a hacer ilegales un numero casi similar a las sustancias que hemos puesto control por el daño que causan al consumidor y la sociedad.

En un salón de clases no encontraremos la respuesta a la forma correcta de llenar el vacío que nos está llevando a cometer actos que arruinan nuestro hogar, nuestro cuerpo, nuestra familia, que ha arruinado la esencia que nos convierte en humanos, pero si podemos lograr algo tan pequeño pero significativo como lograr que la próxima vez q pensemos en si lo q hare o hago está bien o mal nos preguntemos, ¿vale la pena el precio que pagare?