Cuento de Guerra
Enviado por Jerry • 27 de Octubre de 2018 • 1.020 Palabras (5 Páginas) • 342 Visitas
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Gary pidió con bastante determinación el puesto que hoy ocupaba, una misión bastante simple a su parecer pero de suma importancia personal; Paul estrenaría ese avión nuevo del que tanto se hablaba, un Grumman que tenía toda la pinta de ser mejor que cualquier otro de su calibre dentro de la base, y eso no podría perdérselo aunque su vida dependiese de ello, quería ver que todo fuera perfecto, y en caso de que Paul lo necesitara, lo libraría de algunos cazas japoneses, así tendría dos grandes satisfacciones el día de hoy; ayudar a su amigo derribando japoneses y teniendo un pretexto lo suficientemente grande como para poder pedirle a Paul que le regalara su licorera; sería increíble poder tomar de ese whiskey que Paul guardaba para él con tanto recelo. En ese momento levantó la cara y observó la pista frente a él; ahí se encontraba Paul elevando su nave justo un segundo antes de que recibiera la orden, era hora de despegar.
3
Ya habría pasado una hora desde que despegaron con dirección norte en busca de señales enemigas, -probablemente es el vuelo más aburrido que he hecho desde que me enliste en la fuerza- pensó Gary Pervier; una cosa era cierta, no podía recordar alguna otra ocasión en la que hubiese soltado un bostezo mientras piloteaba un caza, no era algo que se pudiese presumir con una guerra de por medio. De vez en cuando utilizaban el radio para contarse chistes o simplemente para repetirse una y otra vez la pregunta de ¿Qué vamos a hacer una vez terminada la guerra?; Podrían montar un negocio juntos; Paul estaba decidido a abrir una cafetería en kingsport, llevarse a su madre y comprar una cabaña con vista al mar. Gary no tenía predilección por un lugar en específico, pero sabía perfectamente que en cualquier lugar podría sobresalir como mecánico –si puedo reparar un motor de un Boeing puedo reparar cualquier maldito cacharro- repetía una y otra vez en voz baja cuando Paul le preguntaba -¿y tú que sabes de automóviles?- pero nada que pudiera decir Paul era suficiente para doblegar el ánimo de Gary. Siguieron discutiendo un rato hasta que llegaron a la conclusión de que, lo único que podrían hacer para no terminar peleados, era abrir una cafetería con un taller mecánico.
Paul no dejaba de reír pensando en el rostro enrojecido por la cólera de Gary, sabía que debía estar refunfuñando a pesar de que no pudiese oírle, lo conocía desde hace bastantes años. En esos momentos, un sonido extraño interrumpió su alegría; era un leve silbido, pero lo reconocería en cualquier parte, sus manos se aferraron al timón mientras un escalofrió recorría su espalda, giro su cabeza en todas direcciones mientras que trataba de activar el transmisor, pero la voz de Gary ya estaba gritando en el radio, y rectifico todos los temores de Paul en un pequeño pero atemorizante mensaje -¡Paul! ¡Es una batería anti-aérea!-.
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