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Depresión en la adolescencia.

Enviado por   •  5 de Abril de 2018  •  2.879 Palabras (12 Páginas)  •  273 Visitas

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De esta manera las emociones y la conducta son típicas de a depresión, están determinados en la que el “depresivo” ve la realidad.

La depresión en la adolescencia ha sido un tema de mayor interés en los últimos años, el trastorno de la depresión se ha asociado con una serie de factores.

- Psicológicamente: la depresión está relacionada con los patrones de pensamientos negativos. Los adolescentes que están deprimidos tienden a sentirse devaluados, desesperados, ineficaces, incomprendidos y solos. A su vez, sentirse así puede hacer que los demás respondan a ellos de una manera más negativa, complicando así más el problema. Las personas pueden responder con críticas, rechazo o distanciamiento a lo que parece ser un adolescente malhumorado.

- Socialmente: aquellos adolescentes que tienen poca interacción social suelen deprimirse aún más. Por ejemplo, contar con pocos amigos, sentirse excluido en la escuela, y sentirse aislados de la familia puede llevar a que los adolescentes se depriman más severamente y que su depresión sea por más tiempo. Aquellos jóvenes adolescentes que cuentan con un fuerte apoyo social, cuentan con un factor positivo que los protege y ayuda a no recaer en un nuevo episodio de depresión, por el contrario, se ha demostrado que factores negativos como conflictos familiares y maritales, padres estresados y deprimidos contribuyen a la depresión del adolescente. Además, aquellos adolescentes que tienen un bajo rendimiento social y son menos competitivos son más propensos a caer en la depresión.

Podemos encontrar una serie de síntomas para así poder identificar sí un adolescente está sufriendo depresión.

Estos síntomas son unos de los más comunes que nos indican si la salud mental de un adolescente está en peligro:

- Desorden del sueño: Un adolescente que apenas duerme o que pasa en la cama más horas de lo normal.

- Cambios de alimentación: Un adolescente pierde completamente el apetito, o el comer en exceso también puede ser una mala señal.

- Perdida de interés en actividades: Un adolescente deje de disfrutar de sus “hobbies” es una preocupante señal de que algo va mal. En muchas ocasiones, el afectado se mostrará aburrido y querrá estar solo con frecuencia.

- Los amigos de lado: La depresión también suele apartar de sus amigos al adolescente, que muestra desinterés por ellos y en muchas ocasiones prefiere estar solo.

- Enfados y sollozos espontáneos: La irritabilidad y la tristeza son dos características comunes en los pacientes que sufren depresión. En los jóvenes, los arranques de ira y llorar pueden surgir sin causa aparente y deben ser motivo de preocupación si se hacen frecuentes.

- Falta de concentración y bajada del rendimiento escolar: Un adolescente deprimido suele sufrir una baja concentración, además de una dificultad para recordar cosas y tomar decisiones. Es común que estos síntomas se plasmen en peores resultados académicos.

- Comentarios despectivos hacia uno mismo: La falta de autoestima es un rasgo típico entre los adolescentes que se están desarrollando, pero que se convierta en un problema crónico que genera comentarios que podrían ser signos de depresión. La culpa exagerada.

- Peleas con otros compañeros y comportamientos criminales o de riesgo: Si el adolescente comienza actuar violentamente, a hacer “bullying” o a pelearse con otros compañeros, puede estar sufriendo un trastorno depresivo.

- Huidas: Escaparse de casa puede ser un síntoma de depresión que debería alertar a los padres u otros familiares.

- Pensamientos suicidas: Es frecuente que estos pensamientos, centrados en la muerte o el sinsentido de la vida, se acaben verbalizando en frases como “Me quiero morir” o que, desgraciadamente, se vean reflejados en intentos de suicidio o de auto-castigo como los cortes.

Estos principales síntomas, como muchos otros nos pueden alertar en cuanto un adolescente este sufriendo depresión.

Así como síntomas, también hay como poder evitarla:

- Sentarse a hablar: El primer paso para conocer a qué responden los comportamientos del adolescente es intentar indagar en las causas. Algunos de estos síntomas pueden aparecer durante una etapa y desaparecer después como consecuencia de la propia adolescencia. Pero es importante dialogar para saber si el adolescente es consciente de su problema y si puede manejarlo sin ayuda externa. Si hay pensamientos de suicidio evidentes, es importante no abordarlos como un tabú y afrontarlos directamente. El apoyo de la familia y el reforzamiento de los lazos entre sus miembros será un pilar esencial en su recuperación.

- No tener miedo al médico: Si los síntomas parecen difíciles de manejar, lo ideal es acudir a un especialista en la materia. Un psiquiatra y un psicólogo podrán determinar si el adolescente sufre un trastorno depresivo y asignar un tratamiento para él si es necesario.

- La terapia, lo más curativo: Aunque la administración de antidepresivos es una práctica común que puede ayudar a los adolescentes, la curación completa no llegará si éste no aprende a manejar sus sentimientos. En el caso de depresiones leves no hará falta asignar un tratamiento farmacológico: sólo encontrar una vía de expresión y canalización de los sentimientos a través de los médicos de atención primaria y los psicoterapeutas.

Los psicólogos escolares y los grupos de terapia también pueden ser muy útiles para que el adolescente se haga cargo de su situación y empiece a recorrer el camino para salir de la depresión. El papel de los colegios será muy relevante para echar una mano a aquellos jóvenes que se sientan apáticos y evitar que comportamientos abusivos o violentos se extiendan entre las aulas.

- Planificar y construir rutinas: Un adolescente deprimido probablemente tendrá un horario de sueño caótico y un desinterés general por las actividades del día a día. Por eso es recomendable ayudarle con un horario que no sea demasiado exigente pero en el que se excluyan siestas, se establezca una hora para acostarse e incluya una serie de actividades que el joven quiera realizar cada día. Compartir los progresos con otras personas ayudará a animarle.

- El ejercicio físico, una buena medicina: Realizar una actividad física que se adecue al joven y que le ayude a canalizar el estrés puede ser una manera de combatir sus sentimientos de tristeza. Si se realiza al aire libre

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