Derechos Humanos y su desarrollo politico

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desde los más insignificantes (si es que realmente existen derechos insignificantes) hasta los más importantes, es permanente; nuestra cultura no nos permite respetar a los demás y encontrar soluciones reales como comunidad.

Cambiar una sociedad, una cultura, tarda siglos, milenios, transformar las costumbres y pensamientos arraigados de una comunidad es una tarea realmente larga, es ahí donde tanto el Estado y nosotros como comunidad, somos una pieza clave para dicho cambio, no podemos ser ajenos a nuestras falencias y por el contrario debemos buscar mejorarlas.

Como mencioné anteriormente el problema de la vulneración, del poco respeto existente en Colombia de los derechos humanos, radica principalmente en la educación, es por eso que se hace indispensable el papel permanente del Estado, es su deber velar por el respeto inmaculado de los derechos de cada persona, es su deber garantizar que ninguna persona sea amenazada ni que se vulneren sus derechos, y no solo hablando de los derechos fundamentales, todo tipo de derechos deben ser garantizados por nuestros gobernantes y por supuesto también la misma comunidad debe garantizar el respeto por los derechos de los demás.

La propuesta es entonces, que el Estado invierta principalmente en la educación, en una educación integral, educación no es solo aprender a leer y a escribir y sumar y restar, no; educación de calidad que culturice, que se enseñe a las personas la importancia de los Derechos humanos, la importancia de respetarlos y se les dé el lugar que realmente se merecen.

El Estado debe priorizar sus inversiones, dejar de invertir miles de millones en guerras y comenzar a invertirlos en lo único que realmente puede cambiar nuestro pensamiento y nuestras costumbres; la educación, la educación transforma, abre la mente, genera cultura. Crear un acceso REAL a la educación gratuita, fomentar cultura del respeto en toda la sociedad, para que llegue un momento donde la comunidad empiece a generar el cambio por sí sola.

Ahora bien, es cierto que el Estado tiene una responsabilidad bastante considerable con respecto a la violación constante de los derechos humanos en nuestro país, pero una comunidad no puede estar culpando de todos sus problemas y sus desgracias al Estado, esa es la principal muestra de incultura y subdesarrollo, por el contrario, una comunidad debe buscar también una solución desde la institución más importante de la sociedad, desde la familia, que finalmente es donde las personas aprenden a ser personas, por eso desde esa institución se debe enseñar y se debe comprender que cada persona es dueña y responsable de sus propios actos y por lo tanto depende de cada uno de ellos comenzar por respetar los derechos de los demás, comenzar por cambios pequeños y simples pueden lograr a futuro un cambio importante.

En conclusión, si el Estado centra sus esfuerzos en generar una educación INTEGRAL, de calidad, inculcando el respeto por los derechos de los demás, y adicional a eso, las personas los ciudadanos, comienzan a enseñar desde sus familias el respeto por los derechos, el respeto por las diferencias; se puede lograr un cambio verdadero en la sociedad.

Es una actuación en conjunto que bien canalizada podría lograr un verdadero cambio en la sociedad.