EJERCICIO DE LA MEDICINA Medicina Egipcia
Enviado por Sandra75 • 14 de Agosto de 2018 • 2.696 Palabras (11 Páginas) • 401 Visitas
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más de una especialización. Sin embargo, nunca se menciona un cirujano o un ginecólogo, aunque se ha afirmado con frecuencia que los sacerdotes de Sekhmet eran cirujanos: parece cierto que estaban relacionados con la medicina. Otros sacerdotes desarrollaron actividades asociadas comúnmente con la medicina, como la circuncisión, operación que no se describe en ningún papiro médico, posiblemente debido a su carácter religioso.
MEDICINA SACERDOTAL
No había un dios único de la medicina. El p. Ebers se sitúa bajo la égida de Thot y de la madre de los dioses, Neith, sólo en su calidad de señores del universo. Thot era dios de todo el saber, autor de los 42 libros herméticos. Señor de las palabras, era tan poderoso y versado en magia como /sis. Una diosa, Sekhmet la leona, se convirtió con el tiempo en diosa de misericordia; a ella se rogaba por la salud después de haberla aplacado para ahorrar al mundo las calamidades que podía acarrearle. Sus sacerdotes, llegaron a adquirir con el tiempo algunos conocimientos de medicina y la ejercieron con los enfermos de mentalidad más mística. /mhotep no tuvo acceso al Olimpo egipcio hasta que los persas primero y después los griegos lo entronizaron en el Panteón médico.
Algunos dioses llegaron a estar permanentemente relacionados con enfermedades específicas. Los oculistas apelaron a la protección de Thot, o de Amon, pero, sobre todo, de Dwaw. La fortuna de Dwaw duró poco tiempo, ya que pronto le desplazó Horus cuando cruzó el río hasta Letópolis, donde dio dos ojos, el uno el sol y el otro la luna, al dios local Mekhenty quien, desde entonces, fue llamado Mekhenty-irty (el de los dos ojos). Atum era quien restituyó a Seth sus órganos genitales y a Horus sus ojos después de sus luchas legendarias, y Min, el «médico bondadoso para quienes le entregaban sus corazones».
Ta-urt el hipopótamo, Heqet la rana y, en épocas tardías, Neith protegían el parto, mientras que Meskhenet personificaba el asiento de ladrillo donde daban a luz las mujeres y Meret-Seger la serpiente, podía curar, como la serpiente de bronce de Moisés (Números, 21, 7-9), a aquellos a quienes había mordido.
De estos sentimientos profundamente religiosos que impregnaban todas las actividades de los egipcios, se originaron los métodos sacerdotales que posteriormente se extenderían por la Grecia asiática y todo el Mediterráneo. En la terraza superior de Deir El Bahari dos sabios cuyo recuerdo alimentaba el pueblo, Imhotep y Amenothes hijo de Hapu, eran objeto de un culto del que han quedado restos en los numerosos grafitos que atestiguan y expresan la gratitud que el pueblo les tributaba. En Denderah, los enfermos se bañaban en agua bendita por el contacto con las estatuas sagradas y las escrituras.
AUXILIARES MÉDICOS
El cuerpo médico estaba asistido por todo un ejército de ayudantes especializados, los wt, de quienes conocemos a los que hacían vendajes, que recibían enseñanza práctica tal como probablemente se detallaba en el hoy perdido Tratado relativo a los wt, al que hace referencia expresa el p. Smith. En las tumbas de Ankh-ma-Hor y Ptah-hetep en Saqqarah pueden observarse ayudantes masajistas y manicuros; muchos de éstos eran practicantes acaudalados
MATERIA MÉDICA
Si resulta cierto que la palabra «química» está etimológicamente relacionada con «Kemi», el antiguo nombre de Egipto, los conocimientos químicos de los egipcios debieron ser impresionantes para su tiempo. Otra dudosa etimología hace derivar «farmacia» del egipcio, aunque no hay acuerdo sobre si procede de pharmaki, o de una supuesta forma phrnkaw, compuesta de phrt, medicamento, y Haki, el dios de la magia.
Los datos siguientes hacen ver que se incluían en la farmacopea muchos brebajes y materias alimenticias. Estas, sin embargo, se recetaban como agentes farmacodinámicos, sin ninguna alusión al uso de la dieta como ayuda terapéutica.
Al tratar de estas drogas, deben hacerse algunas observaciones. No todos los autores están de acuerdo con las traducciones hechas. Algunos nombres son meros «seudónimos», esto es, nombres populares de carácter descriptivo que no deben tomarse literalmente, como ocurre con nuestra digital, o nombres secretos, como los que empleaban los alquimistas de la Edad Media. Esto explicaría ciertas medicaciones, por otra parte imposibles. Grapow (vol. VI) cita como nombres de plantas: ojo del cielo, cabeza, oreja y falo de burro, pluma de Thot, cola de ratón, oreja de hdrt (posiblemente «hiena»), cráneo luchador, protección de Isis y «mi mano sostiene, mi mano empaqueta». Podríamos añadir que «sangre de mosca» es literalmente imposible y que «excremento de mosca» puede ser parecido a la expresión árabe popular «neshashet el debban», excremento de mosca, para designar la Silene rubella.
Ciertos medicamentos aparecen citados sin aclarar su composición. Grapow y von Deines en su Wörterbuch der Drogennamen estudiaron los setecientos nombres de drogas mencionados en todos los papiros. De éstos dan como ciertas cuatrocientas ochenta y dos traducciones. El papiro Ebers sólo contiene cuatrocientas sesenta, de las cuales Ebbell dio solamente doscientas cuarenta y cuatro traducciones, algunas meras tentativas, como confesó abiertamente. En esas traducciones se mencionan bilis, sangre, cerebro, excrementos, carne, orina.... de especies animales indeterminadas, también productos de especies determinadas, como asnos, murciélagos, gatos, cocodrilos, patos, peces, etc.
El uso de algunos de estos productos es razonable, como el de la miel, cera, grasa y leche como demulgentes o excipientes. El hígado de buey podía ser efectivo contra la ceguera nocturna y la carne como hemostático. Pero la mayoría se utilizaban en atención a alguna de las siguientes consideraciones:
a) La posibilidad de transmitir las cualidades de un animal por medio de sus productos, por ejemplo evitar la calvicie aplicando un gusano suave sobre el cuero cabelludo (Eb. 474).
b) Las propiedades místicas atribuidas a las secreciones del cuerpo, saliva, esperma, placenta y sangre; esta última, especialmente, si se obtenía del dedo anular izquierdo.
c) El papel desempeñado por ciertas substancias en las viejas leyendas: la leche de una mujer que hubiese dado a luz a un niño varón, recuerdo de la leche con la que Isis curó las quemaduras de Horus (L. 14).
d El repelente efecto de substancias repugnantes sobre los espíritus del mal, lo que explica el abundante uso de excreciones de cualquier clase en toda la medicina mágica y en las farmacopeas populares. Uno de los mayores temores del muerto era el de que le faltaran agua y alimento y se
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