EL EXTRANJERO Albert Camus

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Por otro lado, hasta qué punto es bueno mostrarnos tal cual somos? Como podríamos mantener el orden dentro de un sistema de reglas, establecido y manejado por la necesidad de mantener precisamente ese control, de dejar de lado la parte lobo, la parte animal, y alimentar la parte humana, racional, consecuente con las exigencias del día que llega y el que se va. No estamos solos, vivimos en un mundo que pide a gritos sensibilización, valores, moral, principios, cualidades y virtudes, que ayuden en el crecimiento y la reestructuración social, donde tanta carencia hay, es esta misma deshumanización la que nos lleva a la desesperación y errónea búsqueda de respuestas, se debe hacer contrapeso a todo esto, buscando en vez de destruirnos y hacer de lado las necesidades de los demás, nos corresponde lograr una mayor empatía exigida en este siglo, la destrucción da paso a la construcción a la reinvención a ser pioneros en nuestro paso por la vida, los conflictos generan respuesta, generan solución y nos permiten entender los puntos de vista de los demás, sin necesidad de cambiar el nuestro.

Como se da a entender en su título, la obra el Extranjero, muestra como poco a poco Meursault fue dueño de nada, ni siquiera de sus pensamientos, la realidad del mundo difiere con la realidad de su propio mundo de ideas. La fuerza de nuestra propia realidad es tal, que llegamos a considerarla como única y verdad universal, es por esto que el sistema existe, bien o mal usado, fue diseñado para mantener un balance, que permitiera una adaptación en la sociedad fuera heterogéneo y sencillo.

En la obra evidenciamos como una serie de acontecimientos en la vida de Meursault son manejados por una persona carente de humanidad, con ausencia se sentido de la vida; la muerte de su madre, el abordar una relación nueva donde hay sentimientos de una persona expuestos y vulnerables, que deben ser cuidados, las relaciones con sus vecinos y las necesidades de los mismo, como el egoísmo conlleva al desinterés y olvidar totalmente el mundo que nos rodea.

Desde un punto de vista jurídico, podemos ver a Meursault como un sujeto condenado dentro de un sistema penal bárbaro, donde lo que se busca es el castigo como ejemplo de lo que le sucederá a los demás si cometen conductas socialmente inaceptables o reprochables. Personalmente, se ve a Meursault como una persona mentalmente enferma, desequilibrada, nada armónica y afectada por la dinámica de su vida, aunque así no lo reconozca, la conducta de Meursault requiere ser enderezada por medio de un castigo ejemplar propio de la aprensión general, también se enfrenta a una humanidad vendida, un gobierno inquisitivo de justicia, donde el proceso penal en realidad se convierte en un juicio donde el juez exige el remordimiento del indiciado como fin último del proceso.