EL ISLAM, EL OCCIDENTE Y EL MUNDO WALLERSTEIN

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- Represión: lucha muy ardua en la que los movimientos surgieron como una fuerza débil que lentamente adquirió vigor por medio de la movilización del apoyo popular. Estaba el recuerdo no solo de la lucha, sino de la represión.

- Cooptación: dividió históricamente a los movimientos entre quienes recibían los frutos de la cooptación y quienes no podían recibirlos. Estos últimos, cuando no se desalentaban, estallaban en cólera y buscaban portavoces cada vez más radicales.

- Logros: el recuerdo de lo logrado, medido en la fuerza creciente de los mismos movimientos en términos del número de gente que eran capaces de movilizar y en términos de su reconocimiento público. Se basaba en la sensación de profunda esperanza en el futuro, de seguridad de que habría más igualdad y más democracia.

Solo hubo algo negativo, un llamado justificado por la cuantificación de los logros medidos tanto local como mundialmente. Fue precisamente en ese momento de mayor logro visible de los movimientos antisistemicos cuando pareció llegar este momento final de cálculo general.

Los movimientos en los países árabes analizaron las opresiones que experimentaban como el resultado en parte del mundo exterior (imperialismo) y en parte del “tradicionalismo” interno. Pedían por tanto simultáneamente un rechazo del control del exterior y un cambio cultural interno. Los dos iban juntos y se fortalecían entre sí. De todos estos movimientos, el islam como religión solo desempeño un papel pequeño y para muchos de ellos un tanto negativo.

Estos movimientos fueron muy exitosos en la etapa posterior a 1945. Todos estos regímenes tendieron a asociarse con movimientos paralelos en otras partes de lo que entonces se empezó a llamar el Tercer Mundo.

La existencia de Israel ha planteado un problema para el nacionalismo árabe en tanto que agrego al mas distante mundo occidental un enemigo asentado localmente, un enemigo menos dispuesto a hacer concesiones que el Occidente colectivo.

El mundo árabe se las ha visto con un segundo problema especial, casi tan grande como el de Israel y que se imbrica con él. Es el hecho de que allí se encuentra una buena parte de la reserva petrolera del mundo. Una de las mayores preocupaciones de las grandes potencias ha sido la de mantener un continuo flujo de suministro petrolero y poner un límite razonable al gasto en petróleo.

Cuando observamos los llamados movimientos islámicos vamos grupos que dicen dos cosas. Primero que nada, que ninguno de los movimientos que han llegado al poder en los diversos países ha logrado remover o cancelar el papel de las potencias extranjeras en sus asuntos internos, aun cuando se trate de Estados técnicamente independientes. En segundo lugar, la situación la respaldan y en buena medida la vuelven posible los mismos regímenes que afirman oponerse a tal cosa: no solo los regímenes secularistas, sino también, nótese regímenes supuestamente con una base religiosa tales como Arabia Saudita.

Si se observan las formas en que estos grupos islámicos se han movilizado políticamente es posible apreciar que han dicho que estos regímenes modernistas han fracasado en la tarea elemental de los Estados modernos; ofrecer el bienestar y la seguridad mínimos a los ciudadanos. Es bien sabido que las organizaciones islámicas ofrecen un amplio servicio social a los necesitados y que con frecuencia colman serios vacios en las funciones del Estado. Otro rasgo sobresaliente de los movimientos islámicos en que realizan un reclutamiento amplio y exitoso entre los estudiantes en las ramas técnicas y científicas de las universidades y que luego emplean las habilidades de estos estudiantes para hacer avanzar su causa.

Estas dos características demuestran que los islámicos no son nostálgicos románticos de una sociedad agrícola desaparecida. Ofrecen una forma alternativa de modernidad, abierta al avance tecnológico pero que rechaza el secularismo y sus valores concomitantes. Insisten en la prioridad de un conjunto de valores espirituales. Esta prioridad crea problemas cuando los islámicos llegan al poder, como sucede hoy en Irán, por ejemplo, y tienen la fuerza para crear una tensión constante entre las autoridades estatales y las religiosas.

REFLEXIONES SOBRE LOS TEMAS DE PODER, DESIGUALDAD E INTERVENCION

ACHIN VANAIK

Las finanzas dominan la economía global de una forma absolutamente diferente a como lo hicieran durante los 300 años previos. La Organización Mundial del Comercio (OMC) pretende promover la libre circulación de bienes, servicios y capital, pero a la vez pretende prevenir el libre movimiento del conocimiento y del trabajo. Las compañías puramente financieras están más fuertes y siguen agrandándose. Ahora tenemos enormes y poderosos intereses creados que generan cantidades inmensas de dinero del sector financiero.

Otro fenómeno importante en el más increíble aumento de la inequidad. Existe un consenso general respecto a la tensión entre el capitalismo y un equilibrio ecológico. El punto de vista dominante es que pueden ser dos procesos compatibles. Esto se debe a que, la fuerza motriz del capitalismo, la fuente de sus fortalezas y debilidades, es la competencia y el principio de la ganancia. Vamos a abarcar el problema ecológico. La primera es basarse en las fuerzas del mercado: mecanismos de desarrollo limpio, el principio de “pagar cuando se contamina”, etc.; la segunda es tecnológica: fuentes limpias de energía, una futura economía social, autos de hidrogeno, etc.

Todo esto conduce a la cuestión de cómo lidiar con la OMC. Aquí surgen dos perspectivas: luchas por la reforma o por la caída del sistema. Existen simplemente demasiados intereses en este momento que parecen impedir que se haga algo al respecto. Esto nos lleva a la cuestión de los movimientos sociales. Lo que mueve a las grandes masas es la moralidad, entendiendo a esta como un sentido de injusticia. La cuestión clave es como hacer que esta presión social debe abajo sea más efectiva y capaz de generar transformaciones duraderas en una dirección progresista. Solo nos hemos encontrado con tres tipos de movimientos que de alguna forma ha logrado combinar las políticas de lo singular con las políticas de lo universal: el socialismo, el nacionalismo y la democracia.

El problema crucial es que ya no tenemos una visión suficientemente plausible de una alternativa. Lo que ha sucedido ahora es que a pesar de que las elites y clases medias de China y de India critiquen a Estados Unidos, la visión que las inspira en precisamente EEUU. Desde mi perspectiva la democracia en EEUU es muy inferior a la