EL NUEVO OCIO Y TIEMPO LIBRE

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En ámbito educativo el tiempo libre es tan importante como el tiempo en que el estudiante dedica al estudio. Sin embargo, también presentan ciertas inquietudes acerca del fomentar este tiempo libre a los ocios del alumnado. Martínez y Sánchez (1985) manifiestan: “Para el educador, el problema radica en saber si los alumnos se hallan preparados para utilizar de forma adecuada ese progresivo aumento del tiempo de ocio” (p.225). Con esto me refiero, a que actualmente las instituciones no deben mandar tareas a los estudiantes, esto con el fin de que estos puedan fortalecer sus relaciones sociales y familiares, y más que todo, que hagan un buen uso de su tiempo libre para buscar ocios que sean de su disfrute pero que también aporten algo significativo a su desarrollo integral. Y es a esto mismo, a lo que le temen las instituciones, pues temen que los adolescentes se dediquen solamente a la ociosidad y no al ocio en sí, que como vimos son totalmente opuestos.

Por lo tanto, el ocio y tiempo libre empleados por las personas deben estar siempre dirigidas con un objetivo, más que todo formativo-personal, ya que como se mencionó, estos términos tratan de satisfacer al individuo de acuerdo a las actividades que este decida elegir con libertad, por eso hay que hacer un uso positivo de los mismos para no recaer en la ociosidad, pues esto no beneficia a la sociedad ni al individuo mismo y más bien trae consigo el desgaste de tiempo y de vida. Además cabe decir que este tiempo libre y ocio deberían ser trabajadas por el ambiente familiar desde edades tempranas insertando así al infante a un ambiente que le guste y en el que realice ciertas actividades de acuerdo a sus preferencias pero que también lo ayuden a formarse como un ser integral.