EL PODER POLÍTICO EN LA REPÚBLICA DE LA ANTIGUA ROMA

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No obstante como ya lo comenté, en mi opinión y comparando la época actual con aquella época debo decir que lo más importante en éste caso para alcanzar un puesto político de mayor jerarquía y por ende de mayor poder, nunca ha sido importante que tan competente seas, cuan honesto demuestres ser o que tanta carrera política lleves; sino que lo más importante ha sido siempre la capacidad económica que tengas y tus buenas relaciones políticas y económicas o los amigos políticos o como ordinariamente los llamamos: los compadrazgos políticos.

Ésta aseveración la hago ya que como la historia nos revela los plebeyos formaron un grupo cada vez más numeroso y por ende más poderoso y próspero, el cual se dio cuenta de que los patricios los necesitaban más que ellos a los patricios ya que si examino por qué los plebeyos salieron de Roma en los inicios de la República me puedo dar cuenta que fue porque no soportaron más que los trataran como clientes o ciudadanos de segunda y rechazaron entonces ser parte del servicio militar e intimando a los patricios de crear un Estado paralelo al de Roma, pudieron presionar a los patricios para que se les reconocieran derechos que antes no les concedían. Logrando así primeramente que se creara el cargo de Tribuno de la plebe, en número de dos y que tenían como misión la defensa de los plebeyos.

Analizando éstos antecedentes puedo asegurar que los plebeyos pudieron entonces reclamar la igualdad de derechos frente a los patricios, la amenaza de que los plebeyos abandonaran Roma y que entonces, se perdiera éste aporte financiero y militar tan importante para Roma, obligó a los patricios al reconocimiento de sus derechos (concilium plebis) y a que pudieran acceder en un momento determinado al Senado, incluso a Pontifex Maximus. Cabe destacar que en ésta época tomó importancia el Derecho escrito para evitar que la norma se cambiara. Entiendo entonces, que el Derecho Romano dio origen a un cuerpo jurídico estable que fue evolucionando y que muchos de los principios de ese Derecho Romano se conservan hasta nuestros días. Así es pertinente que aluda la creación de la Ley de las Doce Tablas (leyes Duodecim Tabularum) que fue el primer Código de Leyes escrito, lo que trataba de evitar entonces, es que se manipulara la ley por los patricios.

En materia económica debo señalar que las grandes conquistas de territorio para Roma y su gran e importante intervención militar de los plebeyos permitió que éstos pudieran ser grandes comerciantes y dueños de empresas artesanas lo que sin duda alguna trajo consigo a los plebeyos ricos. En este sentido considero adecuado decir que desde esos tiempos más que de clases sociales por nacimiento o por división social arraigada (patricios y plebeyos); Roma y el mundo entero hasta nuestros días se dividiría en ricos (patricios y plebeyos ricos) y plebe o pueblo llano.

Es preciso que mencione también que ésta época se caracterizó por la expansión del poder de Roma y por supuesto por las guerras civiles en lucha por la igualdad cuya causa principal debo puntualizar era precisamente sus inmensos dominios, por lo que cabe el dicho popular “el que mucho abarca poco aprieta”; es decir el Estado Romano no podía ya controlar su inmenso poderío, no tenía la capacidad ni económica, ni política y mucho menos militar para hacerlo.

Por último debo decir que debido a ésta falta de poder, Roma volvió a dejar el poder en manos de un solo hombre; y esto se logró principalmente gracias a que primeramente se concentró el poder político en manos del Senado el cual confió el poder Ejecutivo en un solo hombre que obviamente debía según el Senado “ser fuerte, y con la capacidad de gobernar.” Puedo concluir entonces que si bien es cierto que siempre se ha luchado por tener derechos iguales, tal como lo hicieron los plebeyos, también lo es que, el dotar a una persona de poder sin límites aunado al desprestigio de todos los demás poderes, no deja otro camino que aceptarlo sin reservas, y que al contrario de lo que pudiéramos pensar, esa mezcla de admiración y de temor a esa persona que ofrece “orden, paz y justicia” siempre llevará a la sociedad a cederle “todo el poder”, quebrantando al Estado de Derecho.