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EL TAMAL NO ESTA MAL.

Enviado por   •  1 de Febrero de 2018  •  2.157 Palabras (9 Páginas)  •  421 Visitas

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“La buena comida se anuncia a la nariz desde la cocina.”

Esta frase es cierta, ya que desde el primer momento que se comienza a preparar algo dentro de una cocina, los aromas de cada uno de los ingredientes surgen y se expande por el espacio y llegan hasta nuestras narices. Y es que no solo de la vista nace el amor, en este caso también del olfato, ya que no se puede negar que si algo huele bien, es más fácil que nos lo comamos.

Otra manera de comer tamales es en torta, se le conoce como guajolota y no es otra cosa más que un pan partido a la mitad con un tamal en medio y se acompaña con atole para hacer frente al frío de la mañana.

Las hojas de tamal se llaman totomostles, es recomendable lavarlas una a una y después remojarlas en agua caliente y escurrirlas. Primeramente, se coloca y se extiende la masa en el centro del interior de la hoja, después añadimos el relleno en el centro de la masa, se cierran hacia el centro los bordes de la hoja y se dobla la parte de la punta hacia arriba y sobre ella la parte más gruesa.

“Quien comparte su comida, no pasa sola la vida.”

Es por eso, que la época en donde se acostumbra comer estas delicias es en diciembre, en navidad, ya que el clima y la convivencia se prestan para que se disfruten, además en algunas otros países por ejemplo, es tanto su amor por respetar estas costumbres que dicen que no simplemente es el tamal en sí, sino que también es la convivencia que tienen cuando los preparan, y que cuando comen un pedazo de tamal no solo es la masa o los ingredientes que tiene sino que es un símbolo.

Otro momento específico es el 2 de febrero, que se festeja el día de la Candelaria; según la tradición, a aquellas personas que el día de la Rosca de Reyes les tocó muñeco, tienen que dar tamales a quienes estuvieron con ellos ese día.

También el día de muertos se acostumbra poner tamales en los altares, para que aquellos que vienen del más allá coman algo.

Existen varios mitos acerca de los tamales, por ejemplo: que cuando los preparas, si no estas de buen humor no se cocen.

Fray Bernardino de Sahagún decía que algunos se pegaban en la olla, y quienes se comían esos tamales, si eran hombres no podrían triunfar en la guerra y que sus mujeres nunca parirían bien y que el niño se les quedaría pegado. Otro mito es que se tiene que poner una moneda de cobre en el fondo de la olla para que se escuche cuando se están cociendo, si se deja de escuchar que se mueve es porque les falta agua. También hay quienes incluso llegan a hacer cualquier clase de ritual o cosas por el estilo, por ejemplo: les bailan porque sino no saben igual. Pero yo pienso que esto más que ser cierto, es parte de la cultura y de las tradiciones de cada lugar y de cada persona; algunos otros dicen que los alimentos son simbólicos. También que es como la música porque nos puede hacer recordar momentos que vivimos años atrás.

Hoy en día, un grupo de personas con capacidades diferentes fueron entrenados para que pudieran preparar tamales el día de la Candelaria; esto con el fin de que puedan socializar con sus compañeros, aprendan a valorar sus capacidades y muestren lo que son capaces de hacer, por eso es que ellos solos realizan todo el proceso: desde recibir los insumos, clasificar los ingredientes, deshebrar la carne, preparar las hojas de maíz, mezclar la harina, entre otros. Hacen de diferentes tipos de tamales, entre los que destacan: rojos, verdes, rajas, fresa, piña y chocolate. A mi me parece que esta muy bien que hagan eso, porque así pueden desarrollarse, y sentirse útiles; además de que lo hacen con un platillo mexicano.

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Como dato curioso, el Libro de Records Guinness consigna al tamal más grande del mundo, preparado en la Ciudad de México en 1990, por iniciativa del desaparecido Cronista de las Tradiciones Mexicanas, Sebastián Verti. Este tamal, medía 30 centímetros de ancho por 12 metros de largo y fue elaborado por el ingeniero Juan Martín Chanez y un numeroso equipo de su empresa, Tamales Azteca, ofreciendo una combinación de diferentes ingredientes tradicionales de toda la República Mexicana.

A continuación voy a compartir una receta de mis tamales preferidos que son los tamales verdes, los ingredientes son: un kilo de masa, 400 gr. de manteca, sal al gusto, una o dos tazas de caldo de pollo, kilo y medio de pollo, un kilo de tomates verdes, seis chiles serranos, una cucharadita de aceite, una pizca de cominos, tres dientes de ajo, una cebolla grande y hojas para tamal.

El modo de elaboración es el siguiente: se cuece el pollo en agua con media cebolla y dos dientes de ajo, cuando este suave se deja enfriar y se deshebra. Se hierven los chiles y los tomates, se retira del fuego y muele en la licuadora junto con un diente de ajo, la otra mitad de la cebolla, los cominos y sal. En seguida se calienta el aceite y se vierte la salsa, cuando hierva añade el pollo, tapa y deja cocina cinco minutos. Retira del fuego y deja enfriar. Las hojas las pones a hervir para que se suavicen. Se mezcla la masa con la manteca y sal y se bate hasta que todo se incorpore, se añade el caldo poco a poco según vaya necesitando. Se tiene que obtener una masa ligera y esponjada, pero con consistencia. Después, coloca en el centro de la hoja una cucharada de masa y una cucharada de relleno. Cierra los tamales doblando las orillas de las hojas y la punta. Coloca en una vaporera y cocina a fuego medio una hora o hasta que los tamales se desprendan fácilmente de las hojas.

“Derroche de sabor, pero mejor aún de amor.” (Portella, 2009: 55). Ya que independientemente del momento en que se disfruten, de cómo estén elaborados, y de todo lo que haya detrás de ellos, no se puede dudar que son algo delicioso y si son parte de nuestra cultura como mexicanos, no simplemente es comerlos, sino que sería excelente que cada uno se interesara por conocer que es lo que hay detrás de…; y no solo lo digo por los tamales, sino por cualquier otra cosa, el punto es interesarse por la cultura de donde vives para poder decir con orgullo que eres mexicano, y sentir ese cariño y amor que llegan a sentir en otros lados.

En lo particular, no creo saber todo, al contrario pienso que me falta muchísimo que aprender y conocer de cada uno de los aspectos de mi país, pero por ahora comenzare con un buen tamal, después habrá tiempo

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