ENSAYO EDUCACIÓN INCLUSIVA.
Enviado por Rimma • 28 de Marzo de 2018 • 2.643 Palabras (11 Páginas) • 574 Visitas
...
Ahora bien, es por esto que se enfatiza que la cultura inclusiva crea condiciones para transformación de las prácticas educativas y al mismo tiempo se establecen las bases para impulsar el desarrollo de la comunidad en el ámbito cultural, social y actitudinal.
1.4 Cultura inclusiva, un reto en la sociedad del conocimiento.
La sociedad del conocimiento es una tendencia de la globalización que replantea nuevas formas de aprender, de comunicarse, de relacionarse con los demás, de acceder a la información y de transformarla, instala referentes distintos para construir una cultura en la que existan mayores posibilidades de participación de grupos sociales; pero estos cambios tan vertiginosos tienen un lado negativo ya que en el mundo hay cada vez más grupos sociales y pueblos enteros que quedan excluidos de los beneficios de los nuevos sistemas tecno científicos, y peor aún, quedan excluidos de la posibilidad de generar conocimiento, ya que no cuentan con los medios necesarios para adquirir las herramientas o equipos que les permitan alcanzar los niveles que la misma sociedad impone. Aquí cabe hacer mención a la frase de John Ruskin que dice “educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía” con la cual no estoy completamente de acuerdo, ya que todos los individuos, desde que nacemos, contamos con una identidad y no por el hecho de no tener los recursos necesarios para una buena educación, dejamos de existir, ahora bien, es cierto que esta situación, provoca una gran desigualdad social, es por ello que la educación resulta ser la alternativa más viable para emprender acciones que apuntalen la cultura de la participación y de la inclusión que deriva en asumir la corresponsabilidad de los cambios, de generar proyectos comunes, de aceptar, entender y asumir la diversidad como una oportunidad para enriquecer la visión del mundo. La inclusión significa participar en la comunidad de todos en términos que garanticen y respeten el derecho, no solo a estar o pertenecer, sino a participar de forma activa política y civilmente en la sociedad, en el aprendizaje de la escuela, etc.
La escuela se convierte entonces en el espacio idóneo para educar en la inclusión, pues ello implica llevar a cabo prácticas pedagógicas donde todos los actores educativos sean partícipes activos en el proceso de aprendizaje independientemente de sus diferencias cognitivas, motrices, sensoriales, sociales, económicas y religiosas.
La cultura inclusiva desde la escuela favorece la construcción de un proyecto común que establece las bases sociales para el trabajo colaborativo donde cada uno participa aportando para el bien común a partir de sus propias condiciones y características.
La inclusión supone también la entrada en escena de nuevos planteamientos que defienden la capacidad de la escuela y sus profesionales para generar respuestas novedosas y apropiadas para afrontar los retos de la diversidad. La construcción de una cultura inclusiva no es una tarea fácil por esta razón los docentes y directivos jugamos un papel fundamental en el proceso de formación que permita revalorar nuestro actuar y por consiguiente guiar el actuar de nuestros alumnos para asumir de manera conjunta la corresponsabilidad de un cambio de actitud, aceptando las diferencias, participar con otros, aprender de otros, colaborar con otros, lo cual implica ser conscientes de que cada uno tiene sus propias creencias, prejuicios, temores y limitaciones.
La cultura inclusiva implica “tener mundo” es decir, es la posibilidad de darse cuenta de la existencia de otros mundos posibles, y de esta manera generar condiciones propicias para alcanzar niveles de conciencia que favorezcan el desarrollo de actitudes inclusivas. Esta condiciones tiene que ver con desarrollar valores inclusivos, crear proyectos escolares donde los participantes se sientan involucrados, y se formulen objetivos que prioricen el trabajo colaborativo, el desarrollo de competencias para la vida, la diversificación curricular, la evaluación de los procesos educativos y la atención a la diversidad de manera innovadora, para que de esta forma todos los individuos tengan la oportunidad de participar y aprender de manera distinta.
1.5 La educación inclusiva, una alternativa para el desarrollo.
La educación inclusiva es considerada como la clave para impulsar el desarrollo desde la escuela, es por ello que la escuela inclusiva se puede definir en términos de tres aspectos fundamentales: su postura con respecto a las diferencias individuales, sus planteamientos con respecto a la calidad de la enseñanza y sus implicaciones en el desarrollo de mejoras sociales.
En lo que concierne al primer aspecto, cabe hacer mención a la desigualdad de capital cultural que poseen los alumnos, empezando por considerar que cada uno de ellos cuentan con distintas formas de adquirir el conocimiento, incorporando a su vida los aprendizajes que van adquiriendo a través del tiempo, pero hay que tomar en cuenta que no todos tienen las mismas oportunidades de incorporar dichos conocimientos, es por ello que la educación inclusiva juega un papel tan importante. Ahora bien, en el segundo aspecto mencionado, se toman en cuenta las desventajas educativas que enfrentan los individuos con menos recursos, lo que impide la participación igualitaria en la creación de la cultura, lo que genera un círculo vicioso de subordinación cultural y económica. En el tercer aspecto se toma en cuenta la calidad educativa, ya que esta se divide en múltiples subsistemas o circuitos escolares, entonces, se generan diferencias de aprendizajes lo que provoca que los individuos sean tratados, con razón o sin ella, como distintos respecto a su inteligencia o competencia, lo que da como resultado que vivan en desigualdad de hecho.
Es por todo esto, que la educación inclusiva quiere contribuir al cambio de actitudes de uno de los principales actores, que somos, los docentes. L educación inclusiva por su filosofía de enriquecimiento cultural y educativo, de enfatizar la igualdad por encima de la diferencia, de promover una nueva ética enriquece el capital social de los directivos, docentes, padres de familia y por supuesto de los alumnos, lo cual se traduce en poder mirarse como una ciudadanía distinta que impulsa cambios al interior de su familia pero también hacia su comunidad, superando las actitudes que mantienen el subdesarrollo. Cuando la escuela es para todos, se posibilita que las personas se dignifiquen, se sientan valiosas, capaces, inteligentes, productivas, desarrollen sus competencias, reconozcan y acepten las diferencias y sepan trabajar de forma colaborativa, solo
...