ENSAYO: Y NO SABÍA LO QUE ME ESPERABA

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Nos fuimos un poco por algo que me gusta llamar un “funk jazz” algo para bailar pero que no necesariamente tenía que recaer en lo “pop” de una canción, ni buscaba lo pesado del “rock”, no, era algo para bailar en pareja, después de una comida a la luz de las velas, en un espacio pequeño, acompañados de una luz tenue, algo como un regulador de luz, o la luz de tres velas en una habitación. Era algo para la intimidad.

Bastante interesante lo que salió de ese concepto, un foxtrot[3] con cortes intermedios, más que nada para llenar un espacio de conversación, pero que era más enérgico que un swing jazz. Usted comprende no?

Seguimos nuestra explosión de ideas con algo más fino, una pieza con un deje de la mal llamada “música clásica”, la cual lleva por nombre originalmente como música docta o música instruida o estudiada, ya que la gran diferencia está en que la música clásica es propiamente tal del periodo del arte llamado clásico, que se ubica temporalmente entre los años 1450 y 1600, vale decir que ya no se debería nombrar así, el punto es que nos desenvolvimos en el ambiente más docto, más estudiado, agregando conceptos más finos a la partitura. Hicimos dos obras de 48 minutos cada una, y que llevaban ambos conceptos unidos, vale decir que si escuchas una, tienes la obligación de oír la otra.

Una de ellas lleva por nombre “El anochecer de Berlín”, porque cuando la compusimos era de noche, y Fernando había llegado recientemente de Berlín, lógico ¿no?

Y la otra, el foxtrot, una pieza muy entretenida, para bailar, le pusimos: “La alfombra abrasada”, ya que hace alusión a algo caliente que quema los pies, que te obliga a bailar, y también el otro concepto, que te obliga también a “abrazar” a tu pareja de baile, muy original nombre por lo demás.

Y así creando y creando y creando nos dimos los gustos que quisimos en nuestros temas, buscando y puliendo partituras de tiempos pasados, sin salirnos de contexto, un poco emborrachados por el vino, y buscando salidas de cada canción.

Así y todo decidimos dejar ideas para una próxima oportunidad. Él tomó su guitarra y fue a su respectivo departamento. Yo necesitaba pensar.

Habiéndose ido mi compañero artístico, me dediqué a pensar, a reflexionar sobre lo que debía hacer mañana, y me di cuenta que todos los día se habían convertido en lo mismo.

Me hacías falta.

Capitulo 2

Pasaba el tiempo fumándo, leyendo a Nietzche, escuchando Tchaikovki, me sentía nazi-judío-soviético-imperialista, y ya no sabía que hacer conmigo. Era como hablar de homosexualidad

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