El elefante invisible

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Citando a Janin: “Ginette Michaud plantea que el repudio de los antiguos ideales y el vacío de ideales que deberían reemplazar a aquellos induce al adolescente a construir ‘neonecesidades’ y una ‘neorrealidad’. Y dice que los adolescentes a los que todo se les satisface inmediatamente dejan de desear y quedan en un estado de desazón.”[6] Es decir, cuando el adolescente se ve excluido del mundo crea una nueva realidad. Y en esa creación juegan un papel importante las nuevas tecnologías. “Elephant” en su totalidad, es la imitación de un videojuego, con sus cambios de cuadros y perspectivas, que permite conocer una pequeña realidad de sus jugadores. Somos espectadores pasivos de un videojuego violento llevado a cabo por adolescentes, con la salvedad, de ser verídico. Al igual que el padre de John o aquellos que este joven fue capaz de advertir sobre lo que sucedía dentro de la escuela. Otra vez, el adolescente no es escuchado, todos miran pero nadie hace nada. No podemos afirmar que Eric y Alex fueron directamente influenciados por esta realidad porque sería banalizar al adolescente para convertirlo, como establece la teoría sociológica, un reflejo de condiciones exteriores (problema simple y reduccionista). Pero, por otro lado, tampoco podemos advertir cuánta responsabilidad tienen los medios para definir estos adolescentes, sobre todo considerando que el mundo adulto desaparece. Pero, sin duda alguna, aquellas fallas en el orden simbólico llevan al joven al acto violento. Violencia que primero se manifiesta en el otro y luego, en el adolescente mismo. Y esta acción es también un modo de diferenciarse.

El adolescente, al encontrar modelos de identificación negativos y la ignorancia por parte del adulto, se convierte en un elefante enorme y fuerte, que pide a gritos ser advertido, guiado, escuchado. La pregunta que la película siembra no es por qué, sino qué no hicieron para evitar la exclusión del adolescente del mundo. Quizás, para prevenir, sea necesario darle al adolescente un lugar de protagonismo sin intentar relativizar que es una época pasajera. Quizás como sociedad, debamos dejar de homogeneizar a los jóvenes y romper con el mito de Pandora para que puedan desplegar toda su subjetividad en la construcción de su propia identidad.

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