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Las ciudades Invisibles” de Italo Calvino

Enviado por   •  25 de Septiembre de 2017  •  2.855 Palabras (12 Páginas)  •  952 Visitas

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Las ciudades sutiles 1

Isaura Urge sobre un profundo lago subterráneo. Hasta allí y no mas lejos se ha extendido la ciudad: su perímetro verdaderamente repite el de la orillas oscuras del lago sepultado. Religiones de dos especies se dan en Isaura algunos habitante el las profundidades, según los dioses habitan en los cubos que suben colgando ciudad que se vuelve todo hacia lo alto.

Mensajero y los recaudadores de impuestos del emperador regresaban, escuchando sus largas relaciones. Los embajadores eran persas, sirio; el emperador el extranjero para cada uno de sus súbditos. En lenguas incomprensibles para el emperador los mensajeros referían noticias escuchadas en lenguas incomprensibles.

Recién llegado Marco Polo no podía expresarse sino en gestos y con objetos. El emperador descifraba los signos pero el nexo entre estos y los lugares visitados eran inciertos. En la mente del emperador el imperio se reflejaba en un desierto de datos frágiles e intercambiables.

Con el susceder de las estaciones y de las embajadas, Marco se familiarizo con el lenguaje tartara y con muchos idiomas y naciones y dialectos de tribus. Toda noticia sobre un lugar permitia la mente del emperador aquel primer gesto u objeto en el que Marco lo había designado.

CAPITULO 2

Mas entendía las ciudades que, había atravesado para llegar hasta allí y recorrer las etapas de su viaje y aprendía a conocer el puente del cual había zarpado y los sitios familiares de su juventud, y los alrededores de su casa y una placita de Venecia donde corria de pequeño.

Explicarse asi mismo que aquello que buscaba era siempre algo que estaba pendiente delante de el y aunque se trataba del pasado era un pasadp que cambiaba a medida quel el avanzaba en su viaje.

Pasados suyo verdadero e hipotético, el está excluido; no puede detenerse; debe continuar hasta otra ciudad. Los futuros no realizados son solo ramas del pasado: ramas secas

Las ciudades y la memoria 5

Maurilia Visitar la ciudad y al mismo tiempo observar viejas tarjetas postales que las representan como era. Las misma que atravez de lo que ha llegado a ser se puede evocar con nostalgia lo que era.

Hay que cuidarse de decir que a veces ciudades diferentes se suceden sobre el mismo suelo y bajo el mismo nombre, nacen y mueren sin haberse conocido, incomunicables entre si. Es inútil preguntarse si estos son mejores o peores que los antiguos, dado que no existen entre ellos alguna relación, asi como las viejas postales no representa a Maurilia como era, sino como otra ciudad que se llamaba igual como esta.

Las ciudades y el deseo 4

Fedora Dentro de cada esfera se ve una ciudad azul que es modelo de otra Fedora. Son las formas que la ciudad habría podido adoptar si, por una u otra razón, no hubiese llegado a ser como hoy lo vemos. Había imaginado el modo de convertirlo en la ciudad ideal pero mientras construía su modelo en miniatura, Fedora dejaba de ser la misma de antes y aquello que hasta ayer habría sido una de sus posibles futuros, ahora solo es un juguete en una esfera de vidrio.

Una encierra aquello que se acepta como necesario mientras todavía no lo es; la otra, aquella que se imaginaba como posible y un minuto después dejo de serlo.

Las ciudades y los signos 3

Se confirma la hipótesis de que cada hombre lleva en la mente una ciudad hecha solo de diferencias, una ciudad sin figuras y sin forma y las ciudades particulares la rellenan.

Así no en Zoe. En cada lugar de esta ciudad se podría sucesivamente dormir. Cualquier techo piramidal podría cubrir.

Las ciudades sutiles 2

Zenobia No se recuerda que necesidad u orden o deseo impulso al los fundadores de la ciudad a dar esta forma, y por eso no se sabe si quedaron satisfechos con la ciudad con la ciudad tal como la vemos totalmente distinta, pero siempre combinando elementos de aquel primer modelo.

Es inútil decidir si se ha clasificado la ciudad entre las ciudades felices e ciudad infelices. Los que atraves de los años y las mutaciones sigue dando su forma a los deseo y aquellas en los que los deseo o bien logran borrar a la ciudad y son borradas por ella.

La ciudad y los intercambios 1

Eufemia lo que impulsa a remontar ríos y atravesar desiertos para ver, ir hasta aquí solo el trueque de mercancías que encuentra siempre en todos los basares. No solo a vender o a comprar se viene a Eufemia sino también porque de noche, junto a las hogueras que rodean los mercados acada palabra que uno dice los otros cuentan cada una de sus historias.

La ciudad donde se cambia la memoria en cada solsticio y en cada equinoccio.

Recién llegado y sin saber nada de las lenguas Marco Polo no podría expresarse sino extrayendo un objeto de su maleta.

No siempre la conexión entre un elemento y otro del relato eran evidentes para el emperador los objetos podrían querer decir cosas deferentes. Marco Polo tenía esta virtud: que se podía dar vueltas en el pensamiento en medio de ellas como perderse, detenerse o escapar corriendo.

Con el paso del tiempo en los relatos de Marco las palabras fueron sustituyendo a los objetos. Pero e hubiera dicho que la comunicación era menos feliz que antes.

Una nueva especie de dialogo se establecio entre ambos: las manos del emperador cargadas de anillos, respondía con movimientos con puestas a aquellas agiles y nudosas del mercader.

CAPITULO 3

Yo describo las ciudades y tú verificas si existen.

No tiene nombre ni lugar, de número de ciudades imaginables hay que excluir aquellas en las cuales se suman elementos sin un hilo que os conecten, sin una regla interna. Ocurre con las ciudades como con los sueños: todo lo imaginable puede ser soñado pero hasta el sueño más inesperado es un acertijo que esconde un deseo o bien su inversa, un miedo. Mis sueños están compuestos o por la mente o por la razón.

Las ciudades creen que son obras de la mente o de la razón o del azar, pero ni la una ni otra basta como para mantener en pie sus muros.

La ciudad y el deseo 5

Zobeida Ciudad blanca bien expuesta la luna, con

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