El esclavo. Es indudable que todos somos diferentes

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Vivimos en una sociedad en la que catalogamos a todas las personas por su economía, por su apariencia, por su orientación sexual, por lo que deciden hacer de sus vidas y ese es el punto, son SUS VIDAS y pueden hacer de ella lo que quieran. Todo lo que yo veo, oigo, siento y vivo es verdad para mí misma, pero no para los demás porque como ya había mencionada antes, todos somos diferentes. Yo vivo todo lo que me pasa de manera diferente a la que lo van a hacer los demás, y citando una frase del libro “todos tenemos una forma distinta y única de ver la vida”. No puedo obligar o esperar a que las demás personas vean la vida de la misma forma en que lo hago yo, porque somos seres con diferentes razonamientos, pensamientos y sentimientos, podemos reaccionar de forma diferente de acuerdo a todo lo anterior y debemos de aceptar esos puntos de vista porque cada quien es distinto o tiene otras perspectivas que las nuestras y eso es lo que nos hace auténticos unos de otros.

Lo que puedo decir como conclusión de este libro y lo que me dejó como aprendizaje y me hizo reflexionar es que solo yo soy responsable de mí y de nadie más. No tengo que sentirme culpable o responsable por lo que otras personas sientan, piensen o hagan. Creer que mi felicidad depende de otra persona que no sea yo es estar en contra de mis creencias. Cada quien tiene la responsabilidad de su propia vida. Soy yo la única que puede romper las cadenas que me he impuesto y vivir mi vida como yo quiera vivirla, en mí está el poder de mejorarla y cambiarla como a mí me plazca, en mí está la solución y en mi están las respuestas a mis problemas, nadie más puede decirme que hacer para enfrentarme a ellos, yo soy la única que dirige mi futuro, mi destino.