El general Enrique Peñaranda, al llegar a fortín Muñoz el 14 de diciembre y ser enfrentado con la sorpresiva noticia de que había sido designado General en Jefe del Ejército, opuso reparos.
Enviado por Eric • 1 de Marzo de 2018 • 4.270 Palabras (18 Páginas) • 383 Visitas
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El Comando Superior boliviano resolvió hacer el primer esfuerzo de contención serio a la altura de los fortines Magariños y La china. El Primer Cuerpo defendería Magariños apoyando su ala derecha en el río Pilcomayo. El Segundo Cuerpo cubriría La China. Entre ambos quedaba un extenso claro desguarnecido. Pronto se hizo evidente que la táctica paraguaya consistiría en distraer las tropas del Primer cuerpo, amarrándolas a sus posiciones, mientras se buscaba el envolvimiento del Segundo Cuerpo. Se dictó una orden perentoria con fecha 10 de enero: "Cualquier retroceso del Segundo cuerpo compromete la situación de conjunto... El Primer cuerpo correrá grave peligro de ser cortado y estrechado contra el río a medida que avance el enemigo en el sector del Segundo Cuerpo".
Toro se sentía intelectual y profesionalmente más capaz que todos los demás jefes del ejército, incluyendo los que trataban de darle órdenes desde el Comando superior. Su condición de subordinado con relación a éstos era apenas aparente. Peñaranda, Moscoso y Rodríguez iban a aprender con el tiempo que por mucho que sus decisiones estuviesen sopesadas con las circunstancias de cada caso, nada podían ordenar que fuese contrario a las ideas personales de Toro. En última instancia, era siempre la voluntad de Toro la que primaba. Esta situación, que se repetiría hasta el fin de la campaña, se planteó por primera vez el 3 de febrero de 1934.
Lo ocurrido en el sector del Segundo cuerpo era lo siguiente: En circunstancias en que el mayor Dámaso Arenas, jefe del grupo de artillería que apoyaba a la Octava División en su defensa de La china, viajaba en camión a Tezén, fue sorprendido y hecho prisionero por patrullas paraguayas que habían salido a la retaguardia de la división boliviana. Cundió la alarma. El comando del cuerpo destacó al regimiento Ingavi a despejar el camino cortado y dio la orden de que la división Arrieta destruyese su material pesado y saliese de inmediato. El coronel Arrieta y su jefe de Estado Mayor, mayor Emilio Medina, resolvieron salir con todo su personal y material. Dispusieron el repliegue en dos columnas. El zafé pudo lograrse con el mejor éxito, salvándose la artillería y los camiones que transportaron a los heridos, insolados y el bagaje. Una pieza de artillería tuvo que ser retirada a pulso, con varas de limonero, en una extensión de tres kilómetros, bajo un sol implacable, en terreno arenoso, hasta poder ser embarcada en un camión.
La pérdida de La China, determinó el retroceso de los dos Cuerpos de Ejército a posiciones preparadas de antemano a la altura de Campo Jurado, en un frente de 100 kilómetros, que se extendía desde el río Pilcomayo hasta Cañada Esperanza.
V. NUEVOS REPLIEGUES DEL EJERCITO BOLIVIANO
El 21 de febrero directivas minuciosas del Comando superior determinaron: "La forma sistemática que el enemigo viene empleando en sus ataques consiste en el amarramiento frontal con grupos de combate y activas exploraciones de fuego, para buscar el envolvimiento con su masa de una o ambas alas y la salida de fracciones sucesivas sobre los caminos de retaguardia... Como toda defensa pasiva en líneas rígidas está condenada fatalmente al copamiento o al repliegue, la organización defensiva de ambos cuerpos debe responder a la idea de anular las maniobras ya conocidas del enemigo mediante la defensa activa...".
Los dos cuerpos fueron reforzados con los destacamentos llegados del interior. Los regimientos aumentaron sus efectivos a 1.200 y 1.400 plazas. El Primer Cuerpo alcanzó un total de 7.900 hombres y el Segundo de 7.300. El sistema defensivo de cada unidad se determinó detalladamente: "Sector de cada batallón 3.000 metros divididos en 20 parte de 150 metros cada una. Al centro de cada parte un nido de resistencia para 16 hombres con una ametralladora liviana. En segunda línea y al centro del intervalo entre grupo y grupo, una escuadra de ametralladoras livianas con sendas laterales de límite de su fuego que pasen 5 metros delante de las alas de los grupos. En la misma segunda línea, detrás de cada grupo se construirán posiciones para ametralladoras pesadas con tiros cruzados por los intervalos de grupos". La vigilancia de los flancos quedó encomendad a las unidades de reserva. El claro de 20 kilómetros existentes entre uno y otro cuerpo, quedó bajo la vigilancia del regimiento Chichas.
Todo el mes de marzo, la línea defensiva de Campo Jurado resistió los sondeos paraguayos. El 20, la aviación descubrió que los paraguayos estaban abriendo un camino desde Camacho con rumbo a Cururenda, preparando una gran maniobra de copamiento de los dos cuerpos del ejército boliviano. El camino tenía ya una extensión de 160 kilómetros. El regimiento Lanza fue enviado a vigilar Cañada Esperanza y el Abaroa a Cañada Strongest. Al mismo tiempo, se procedió a otro repliegue general de los dos cuerpos a una línea más próxima a fortín Ballivián. Los trabajos defensivos de Campo Jurado quedaron abandonados.
El coronel Toro propuso que el Segundo Cuerpo cubriese todo el frente y que él operaría con el Primer Cuerpo saliendo detrás del enemigo. El coronel Bilbao se opuso al plan, aduciendo que no tenía elementos suficientes para cubrir los 100 kilómetros de trincheras. Las discusiones se prolongaron varios días. Toro propuso entonces que él defendería el frente, mientras el Segundo Cuerpo hacía la maniobra. El Segundo cuerpo abandonó sus posiciones y el Primer Cuerpo extendió su cobertura. El resto de la operación quedó desbaratado por el contraste de Cañada Tarija, en la región Norte. Se hizo necesario un tercer repliegue hasta los aledaños de Ballivián.
VI. BATALLA DE CONCHITAS
El 15 de abril, las poblaciones del interior leyeron la primera noticia halagueña en lo que iba del año: "En el sector Conchitas, el enemigo llevó sucesivos ataques contra nuestras posiciones, habiendo sido rechazado en forma violenta. El campo hállase cubierto de cadáveres, entre los que se encontraron dos oficiales. Continúa el combate. Las fuerzas aéreas merecieron citación honorífica en la Orden del Día del Ejército". El Comando superior dio mayor resonancia de la que correspondía a la llamada batalla de Conchitas, para contrarrestar la impresión causada por lo ocurrido en Cañada Tarija. Lo evidente era que en el repliegue del Primer cuerpo, que se hacía dejando "velos" de contención, un destacamento a cargo del teniente coronel René Pantoja, constituído por el regimiento colorados, un escuadrón del Aroma y la batería Seleme, resistió varios ataques de las fuerzas paraguayas, causándoles numerosas bajas y perdiendo
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