El lago de Xochimilco es uno de los cinco que forman la cuenca lacustre del Valle de México

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También se evaluó la eficacia de dos máquinas de tecnología japonesa cuya labor consiste en eliminar la materia fecal, algas y microorganismos del agua de los canales, así como facilitar su oxigenación.

Además se implementó el “Programa Emergente de Suelo de Conservación” que tiene como objetivo brindar sustentabilidad a la agroecología y restaurar el sistema hidrológico, así como proteger y vigilar los recursos naturales.

La UNAM, UAM y UACH se han encargado del diseño y evaluación de filtros biológicos mexicanos que permitan la oxigenación del agua de los canales de Xochimilco. Llevan a cabo mediciones constantes de la calidad del agua de los canales y generan estaciones de monitoreo permanente para contar con información constante de la dinámica del ecosistema y generar políticas acertadas en el manejo de recursos.

En teoría, los resultados de este proyecto se dieron a conocer en el Foro Mundial del Agua, que tuvo lugar ese mismo año en la Ciudad de México. Sin embargo, al realizar una búsqueda exhaustiva de los resultados obtenidos en el plan piloto tanto en internet como con las autoridades delegacionales, no es posible encontrar ningún dato acerca de la evaluación del funcionamiento de las máquinas.

Hoy en día no se encuentra funcionando ninguna clase de filtro japonés que mejore la calidad del agua de los canales de Xochimilco, por lo que probablemente no se obtuvieron resultados satisfactorios.

Las actuales autoridades delegacionales se negaron a proporcionar cualquier tipo de datos acerca de los resultados obtenidos en los proyectos pilotos realizados durante el periodo de gobierno delegacional 2006-2009.

Año 2012.- En poco más de un siglo, la superficie de las chinampas se ha reducido de 20 mil a mil hectáreas. Según estimaciones, a la zona le quedan 5 años de vida si no se toman acciones urgentes. Año tras año, la UNESCO advierte a México que el carácter de Patrimonio de la Humanidad le podría ser retirado a Xochimilco. Las razones son simples. El 90% de los canales sufren deterioro. El nivel de agua está bajando y la contaminación está acabando con especies únicas de la zona, en especial el ajolote.

En Xochimilco se han extinguido tres o cuatro especies de peces, y sólo queda una nativa: el charal amarillo (Girardinichthys viviparus). Las otras son exóticas, como –además de la carpa y la tilapia– el pez cola de espada y el charal blanco (Chirostoma jordani), que es muy parecido al pez blanco de Pátzcuaro, pero más pequeño.

En términos culturales y ecológicos, la especie más valiosa que habita es un anfibio que no se encuentra en ningún otro punto del planeta: el axolote (Ambystoma mexicanum).

“Evitar su desaparición es impedir que se extinga Xochimilco. En términos ecológicos, este anfibio es fundamental porque se trata de lo que nosotros llamamos depredador punta, que controla toda la cadena alimenticia de un ecosistema. Si hay muchos depredadores, pueden manejar la cantidad de presas, pero si son pocos, éstas pueden crecer y volverse plagas”, indicó.

En el momento que el investigador y sus colaboradores se dieron cuenta que el número de axolotes disminuía de manera alarmante, indagaron la causa, y una vez que la descubrieron, decidieron atacar el problema desde distintos frentes.

“Mucha gente opina que podemos introducir el axolote en otro lago. Sí se puede, pero eso no es lo que importa, sino conservarlo en su ecosistema original.”

Ultimos años: Investigadores que llevaron a cabo la primera parte de un censo de la población de ajolotes en los canales de Xochimilco en 2013 no encontraron ningún ejemplar de esta especie endémica de México, de acuerdo con un comunicado de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Los resultados del censo no significan, por ahora, que la especie se extinguió en su hábitat natural, aunque sí hablan de una situación “crítica”.

La segunda parte del censo se llevará a cabo entre febrero y marzo del 2014, época en que la especie se reproduce.