El lenguaje de la arquitectura sostenible

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Comprender aquello que sucede en el sitio a intervenir constituye la primera acción dentro del proyectar-diseñar. Es inevitable, si se tiene como meta un proyecto que logre una relación efectiva con el ambiente, que el proyecto forme parte integral de los sistemas a los que se va a incorporar, y con los que necesariamente debe dialogar. Debido a esto el arquitecto debe poder identificar y comprender las características del lugar (situación geografía, clima, recursos, ecosistemas, situación cultural, social aspectos económicos, políticos).

El arquitecto Kean Yeang establece una relación entre el sistema proyectado y su entorno y deduce que, si el proyectista plantea, al inicio del proyecto, hipótesis erróneas sobre esta relación, el resultado será una cierta disonancia en el contacto entre el sistema proyectado y su ambiente

De esta deducción podemos entender que sin una comprensión real y sistemática de los elementos que conforman el entorno, se vuelve difícil poder diseñar un elemento relacional, en el sentido que se integra a un entorno (natural o urbano) que lo precede y que ha sido concebido para relacionarse con dicho entorno en una manera positiva, es decir, como elementó conformante del sistema y no como objeto aislado.

Las estrategias de climatización pasiva: una aproximación cero esfuerzo a la sostenibilidad arquitectónica.

La sostenibilidad en la arquitectura solo se puede lograr con el uso de un conjunto de estrategias, y técnicas constructivas que reduzcan al mínimo su impacto ambiental.

Dentro de la gama de los recursos aplicables por la arquitectura sostenible se encuentran los sistemas de climatización pasiva para las edificaciones, que son un conjunto de técnicas y estrategias utilizados en arquitectura para lograr el acondicionamiento ambiental de las edificaciones mediante procedimientos naturales, aprovechando las características propias del sitio de emplazamiento ya sea urbano o rural.

Una parte de estas estrategias aplicables son las siguientes:

- Baja relación entre superficie y volumen.

- Reducción de la superficie orientada al sur.

- Creación de aleros, soportales, contraventanas, y marquesinas para sombrear los cerramientos.

- Aislamiento de cerramientos sobre la cubierta

- Control de la ventilación y la infiltración cuando las temperaturas interiores son altas;

- Creación de chimeneas de ventilación cuando las temperaturas interiores sean lo suficientemente frescas;

- Situación de vanos en la fachada sombreada del edificio, o de forma que se aprovechen los vientos dominantes;

- Utilización de “zonas amortiguadoras térmicas” en las fachadas del sur;

- Utilización de la inercia térmica para almacenar el calor producido por la ganancia solar y así reducir el sobrecalentamiento de los espacios interiores;

- Utilización de patios para crear bolsas de aire frio cerca del edificio y proporcionar luz natural a plantas profundas;

- Utilización de agua para proporcionar refrigeración por evaporación.”

El lenguaje arquitectónico: Un acercamiento a un nuevo lenguaje formal fundamentado en los principios de la arquitectura sostenible

La arquitectura es una profesión que a lo largo de su evolución en el tiempo ha tenido la necesidad de expresar ideas que no se pueden expresar simplemente dentro de los cánones establecidos por la mayoría de sistemas de lenguajes existentes. Debido a esto siempre ha existido la necesidad de desarrollar formas nuevas de lenguaje dentro de ésta que expresen las necesidades e ideales que le dan sentido al quehacer arquitectónico.

El lenguaje arquitectónico no está formado solo por símbolos, formas y sonidos, no solo se articula mediante reglas de composición como sucede en algunos sistemas de lenguaje artístico. Este lenguaje es mucho más complejo y está ligado a las necesidades humanas que debe satisfacer la arquitectura y la manera en las que busca satisfacerlas.

Como los padres del “movimiento moderno” establecieron los fundamentos y teorías básicas de un nuevo lenguaje arquitectónico, con un conjunto de nuevos elementos formales y constructivos además de una nueva sintaxis arquitectónica con el fin de dar respuestas a las condicionantes de una nueva sociedad, la nueva arquitectura que debía ser: más simple, más luminosa, más funcional, mas internacional, en contra de las anteriores respuestas obsoletas.

En ese momento histórico casi todas las condicionantes de esa nueva arquitectura eran sociales y culturales y desde luego no había apenas condicionantes económicas y mucho menos medioambientales, por ello pretender, que este mismo lenguaje arquitectónico (O sus variantes evolutivas) pretenda dar respuestas a problemas sociales, económicos, culturales y ambientales -que nadie imaginaba hace 80 años- Es sencillamente descabellado.

Este nuevo lenguaje arquitectónico no solo debe ser consecuencia de las influencias sociales y culturales de la una nueva sociedad sino también de la aplicación de las estrategias de climatización pasiva y los principios de la sostenibilidad. En base a estas premisas se producirá un lenguaje, un nuevo sistema de expresión particular, con nuevas reglas sintácticas que proporcionaran las diferentes maneras de articular los elementos constructivos y programáticos de la edificación para crear nuevas formas arquitectónicas.

ESBOZO REFERENCIAL.

Corrientes de pensamiento arquitectónico.

Regionalismo critico.

“Si bien el fenómeno de la universalización es un avance de la humanidad, al mismo tiempo constituye una especie de destrucción sutil, no sólo de las culturas tradicionales, lo cual quizás no fuera una pérdida irreparable, sino también de lo que llamaré en lo sucesivo el núcleo creativo de las grandes culturas, ese núcleo sobre cuya base interpretamos la vida, lo que llamaré por anticipado el núcleo ético y mítico de la humanidad. De ahí brota el conflicto.” (Ricoeur: 1965)[3].

De este modo cita Kenneth Frampton a Paul Ricoeur en su artículo para la revista Perspecta: The Yale Architectural Journal 20 (1983) buscando hacer referencia a los procesos contraproducentes