El paro impulsado por los camioneros en Colombia provocó durante su estancia un serio problema de abastecimiento a nivel nacional,

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También, los transportadores pedían reducir los precios de los combustibles y peajes, así como no incluir nuevos peajes en las autopistas de cuarta generación. Y esta fue una propuesta rechazada por el Gobierno, debido a que los combustibles generaban un importante ingreso al Estado, y a que la construcción de vías se ha visto financiada mediante la construcción de peajes nuevos.

En los últimos 15 años, los transportadores se han ido en promedio una vez al año a las vías para protestar. Según los camioneros, el Gobierno no cumple con los acuerdos como el descenso de precios de combustibles o los aumentos de chatarrización.

Cabe resaltar, que algunos hechos registrados en Boyacá no han sido los únicos de violencia. Varias veces los transportadores acusaron a la Policía de excesos en su contra, y al mismo tiempo el Gobierno suspendió diálogos por las agresiones contra vehículos que no hacían parte de la protesta.

Mientras tanto, la falta de alimentos y combustibles en regiones como Boyacá, zonas rurales de Antioquia y Nariño se convirtió en un tema crítico, al que se sumaba la posibilidad de que otras regiones empezaran a sufrir el desabastecimiento y el sobrecosto, especialmente, en alimentos.

Los camioneros están reunidos en Bogotá con el Ministerio de Transporte en la mesa de diálogos, y se espera que en las próximas horas haya avances para esperar que la situación se normalice y se acabe la protesta.

Y para concluir, aún siguen demasiados interrogantes acerca de este problema nacional que afecta por igual a casi todas las regiones de nuestro país.

¿Por qué después de más de 500 mesas de negociación en el gobierno Santos no se habían logrado las soluciones esperadas o no se han ha atendido las demandas? ¿Será que como ocurre con otros asuntos de confrontación o cuando no hay claridades suficientes o hay cartas ocultas o calculado interés es mejor no buscar soluciones reales y al contrario forzar sentimientos de desencuentro, de desesperanza, de distracción o de hacer creer que todo es caos y descontrol total, alimentado por la desinformación y la ideología autoritaria que aprovecha para pedir orden, mano dura y más controles y vigilancias, en cambio de acrecentar la democracia de escuchar y ser escuchados y dar explicaciones sobre sentido profundo de lo que ocurre?.

¿Quién y qué ganaba social, política y económicamente con este paro que estuvo sostenido por tanto tiempo? En todo caso hubo unas demandas que debían ser atendidas por el gobierno y a la vez tenían que ofrecer protección a los derechos de quienes adelantaron la protesta, pero también había que forzar a hacer claridad en lo que ocurrió para que los gritos no se ahogaran, ni dispersaran el sentido de las luchas profundas y estructurantes que están en camino en la construcción de paz.