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Ensayo Un día llegando al hotel donde se hospedaba recibió una llamada de un antiguo piloto de las fuerzas armadas de norteamericanas donde lo citaba en Villahermosa en el parque de la venta,

Enviado por   •  13 de Junio de 2018  •  6.989 Palabras (28 Páginas)  •  400 Visitas

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«El centinela que vela ante la tumba te revelara el ritual de Arlington.»

«Llave y ritual conducen a Benjamín.»

«Abre tus ojos ante John FitzGerald Kennedy.»

«El hermano duerme en 44 – W. La sombra del níspero le cubre al atardecer.»

«Pasado y futuro son mi legado.»

Benítez pensaba que le mayor estaba jugando, pues para que tantos rodeos. Su amigo le hubiera facilitado la búsqueda sin necesidad de complicaciones. Paso muchas horas pensando que es lo que el mayor quería dar entender con esas frases. Estuvo a punto de pedir ayuda a sus amigos, sin embargo pensó en que tenía que revelar los antecedentes de dichas cartas, por tanto mejor decidió seguir haciéndolo solo, pues le gustan los retos.

Después de analizar frase por frase, palabra por palabra durante unas semanas, cambiaba las frases para ver si tenían más sentido, pero fue inútil. Se memorizo las frases de tanto estar buceándolas, en ese mes estuvo muy centrado en el mensaje oculto. Los hijos y la esposa fueron testigos de los cambios de humor que Benítez tenía.

Empezó a relacionar algunas frases con algunos lugares que en ellas se mencionaban, poco a poco iba descifrando las frases, después de analizarlas llego a la conclusión de que tenía que ir a Estados Unidos y enfrentarse a la situación.

Durante el vuelo desde España hacia Washington Benítez iba analizando las frases para en cuanto llegara al cementerio de Arlington pusiera en práctica el plan que tenía previsto. Mientras Benítez viajaba hacia su investigación recibió una llamada sobre un misterio que la NASA había descubierto en los ojos de la virgen de Guadalupe, este hecho podría hacer que el periodista viajara a México, sin embargo no fue así pues se dirigió primeramente a E.U, para después pasar a la república mexicana. Una vez que llego a E.U. pospuso para el siguiente día la visita hacia el cementerio debido a que lo cerraban a las 5 de la tarde, pero no seguía de pensar en el plan que tenía.

12 de octubre de 1981 a las 9 de la mañana y con cámaras en mano se dirigía al centro de visitantes donde una funcionaria le señalaba el camino rumbo a la tumba del soldado desconocido. Una vez que llego al lugar se quedó por dos horas observando, después de eso saco una libreta y empezó a hacer notas, descifrando cada movimiento del centinela para descifrar la primera frase. Haciendo anotaciones del más mínimo detalle se decía que eran muy tontas pero que no podía dejar escapar detalle alguno, por un momento pensó en preguntarle al centinela sobre el dichoso ritual.

Empezó a contar los pasos que el centinela daba hasta detenerse, a contar el tiempo en el que los daba, a cronometrar todo movimiento. Después de hacer todo el cálculo de movimientos se dio cuenta que todo radicaba en el número 21, es decir 21 segundos en dar 21 pasos y 21 segundos al hacer sus movimientos. Cada soldado hacia los mismos tiempos y movimientos. Estuvo a punto de quedarse en el cementerio para descifrar pero regreso al hotel.

A la mañana siguiente se unió a los demás periodistas que se encontraban en la casa blanca, donde se dio cuenta de lo que era el ritual, trataba de 21 salvas. Llamo al cementerio donde le confirmaban que el 21 era un saludo a los más altos mandatarios, y ese es el ritual. La primera frase ya había sido descifrada mientras que pensaba en la segunda frase, donde no tenía la menor idea de quien era “Benjamín”, podría ser algún amigo o familiar del mayor.

A pesar de todo lo que había estado sucediendo Benítez no olvidaba el misterio en los ojos de la virgen de Guadalupe, insistió en llamar a México para ver si Tosnman un experto investigador se encontraba allá y ahorrarse la ida de en balde, pues sus recursos económicos eran muy pocos. Además de que era una parte muy importante en esta su segunda investigación y no podía desaprovechar su estancia en México. Antes de arrepentirse tomo sus maletas y emprendió el viaje.

Durante el viaje estuvo encajando el número 21 con las ultimas 3 frases. Empezó a sumar las letras del nombre y apellido del fallecido presidente norteamericano, sumaban 21. Todo apuntaba a ese número.

En su estancia en México lo hizo pensar en suspender sus investigaciones sobre la virgen de Guadalupe y viajar hacia Yucatán a visitar a su amigo Laurencio, pero su presentación sobre su libro del misterio de la Virgen de Guadalupe lo detuvo. Estuvo bien que eso lo detuviera pues su ida hacia Yucatán había sido de en balde pues Laurencio y su esposa habían dejado la ciudad en cuanto murió el mayor.

Al pisar de nuevo Washington su preocupación no fue «Benjamín», si no la economía pues ya le quedaba muy poco dinero, entonces empezó a disminuir el gasto para su comida.

Durante su estancia en Washington antes de irse de regreso a España quería resolver el misterio del mayor, de no hacerlo suspendería la investigación por un largo tiempo. La frase «llave y ritual conducen a Benjamín» atormentó a Benítez por cuatro días. Empezó a revisar las enciclopédicas guías telefónicas de la capital federal y en los correos, de igual manera comenzó a revisar los bancos, entre otros lugares pero no daba con la pista o referencia de «Benjamín». Benítez se puso a pensar en que si el mayor había encerrado los documentos en una caja de cualquier banco tenía que tener papeles donde se viera que el fuera dueño de tal caja, incluso que por seguridad hubiera una segunda llave.

En la U.S Postal Service, es decir el cerebro central del servicio de correos de todo el país, un funcionario le dio a Benítez una larga lista de las sucursales. En la primera lista aparecía una sección donde mencionaba a Benjamín Franklin, después de revisar todas las secciones descubrió que se repetía tres, pero no podía comprender porque cuatro servicios de correo a Benjamín Franklin, cada uno tenía una numeración al no poder saber que significa pidió ayuda al funcionario para que le explicara, después de entender se retiró.

Ahora Benítez empezaba a ver claro, pues solo una de las oficinas de correo llevaba el nombre benjamín y solo en esa se hallaba el apartado número 21. A medio trayecto recordó que la llave la había dejado en el hotel, se fijó en la hora se dio cuenta que no alcanzaría a ir por ella y regresar a la sucursal de correos. Benítez no se podía regresar al hotel sin antes echar un vistazo, con excusa de escribir unas tarjetas postales se puso merodear en las salas, en la primera planta se dio cuenta

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