Ensayo del principio de abstracción Dworkin

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Dworkin para esto crea su sistema con el que intenta determinar una media de recursos, y en esa basarse para establecer, que tanto puede sacrificarse algunas cosas, y algunas fortunas por el elevar la medida más baja, y bajar la más alta; redistribuir la riqueza. Entonces dice, en mis propias palabras, esto no es Rusia comunista, no vamos a tomar los índices más altos y bajarlos completamente a la media, para subir todos los más bajos a la media igual, lo que buscamos es igualdad y no igualitarismo. Sobre todo lo que menciona Dworkin es que no debe hacerse esto, ya sea en el concepto de Rusia comunista, o de Alemania social demócrata, o de la liberal América, mediante medidas legales que prohíban la libertad.

Dice el autor que la libertad es pareja de la igualdad de recursos. Si la igualdad como un programa funciona, como una medida tributaria correcta. No es necesario poner medidas como tales. El sistema no debe por aquello del principio de abstracción, poner por encima la igualdad de la libertad. A lo mismo que hago referencia al texto de Norberto Bobbio el cual he usado antes en mis textos, junto con la referencia histórica también usada entes, donde representa lo que son los valores primordiales de la política, libertad, igualdad y justicia. Mientras que también hago la referencia histórica de la revolución francesa y sus valores principales, igualdad, libertad y fraternidad.

No tiene sentido dice Dworkin, hacer una ley que prohíba que alguien tener un monopolio de algo, si en una igualdad de recursos no sería para alguien posible hacer un negocio tan grande. Tampoco se puede como estrategia política, creo yo que aplicaría más de esa forma ya que en otra no le veo tanto sentido, darle a un grupo la igualdad que requiere, conforme a la media para vivir bien, a cambio de quitarles su libertad de expresión. Esto se puede ejemplificar tristemente en México, donde no es tanto en sí, si bien lo es en parte, su libertad de expresión la que se reduce, sino su derecho civil a un voto libre y secreto, que ni siquiera es voluntario. Aunque esto constituye un delito, y un delito en la teoría es involuntario, en este caso realmente lo es, porque las personas que venden ese derecho no tienen idea en lo general, de lo que implica lo que están haciendo. Sobre todo por el hecho de que al momento de proyectarlo en nuestra individualidad no se ve como un gran acto, pero al proyectarlo en las masas constituye una verdadera aberración en contra de la democracia, de la libertad, y un insulto masivo a la igualdad. Me refiero a los problemas electorales de la venta de votos, donde en una manera insignificante, y realmente lo más cercana a la nada posible, temporal, y más que temporal efímera. Se eleva su índice de calidad de vida, con algo que les durará una semana de comer relativamente bien. A cambio se perjudica a todo el país.

No podemos culpar a la gente que lo hace, si el sistema no les asegura lo que por un derecho constitucional son acreedores. Que por lo menos es un empleo, y aun con un empleo es un salario justo. Con todo esto quiero ejemplificar que no es necesario un sacrificio de los derechos para una igualdad, es necesario un buen sistema y un gobierno coercitivo, porque podemos ver que un sacrificio de los derechos, nos puede llevar a una violación sistemática de los mismos, o absolutamente a nada.