Ensayo sobre Ifigenia en Áulide.

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La tensión en los sentimientos de Agamenón continúa desarrollándose, influyendo también para su creciente inestabilidad el tener que esconder lo que sentía de Ifigenia. la expresión más clara de esto es cuando Agamenón, en su primera conversación con su hija desde que llegó le dice: "Míralo, ya estoy contento, como puedo estar contento de verte, hija." A lo que Ifigenia responde: "¿Y sin embargo de tus ojos derramas una lágrima?" Queda muy claro que el líder aqueo siente una tristeza tremenda al saber que llego a áulide y a pesar de esp, antepone su decisión de mantener el secreto y ocntinuar con el sacrificio. Pero progresivamente se ve como empieza a aceptar su tristeza, y prefiere velar por el bien mayor que es la movilizacion de la flota, dotándo a Agamenón cada vez de un humor mas estable.

Cada vez más cerca del sacrificio, Agamenón muestra que a pesar de estar triste, se encuentra más seguro de su decisión, es decir, su tristeza y remordimiento dejaron de hacer que él sienta esa tensión e inseguridad emocional. Hasta que sucede, cuando Artemis se lleva a Ifigenia, la escena final de la obra es un diálogo entre Agamenón y Clitemestra que se encuentra desconsolada por su hija, y el rey aqueo le dice confiadamente: "Mujer, podemos ser dichosos por nuestra hija, pues es cierto que disfruta la compañía de los dioses". No muestra arrepentimiento alguno, el viento ya soplaba por lo que iba a partir para Troya. Al final, Agamenón consiguió un balance dentro de sí mismo favoreciendo sus responsabilidades como líder.

Cabe destacar que el coro en ésta obra juega un papel importante pues en sus múltiples intervenciones es utilizado para explicar ideas que quedan inconclusas en los diálogos, es decir, el coro recibe la función de desarrollar el contexto en el que se desarrolla la obra.

En conclusión, Agamenón fue el personaje que más conflictos dentro de sí sufrió a lo largo de la obra y estos cambios emocionales se reflejaron en un cambio de actitud, lo cual expone claramente la innovación de Eurípides en su época, haciendo a sus personajes no completamente rígidos, sino afectados por las distintas fuerzas que mueven los hilos del comportamiento.