Ensayo sobre Megaland: Más que un concierto
Enviado por Sara • 19 de Octubre de 2018 • 939 Palabras (4 Páginas) • 368 Visitas
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Los grupos también se unen cuando alguien hace algo que al parecer es socialmente molesto en esos eventos. Como fumar o levantar a alguien en los hombros. Gritan a los de logística para que se detenga la acción, aunque los autores de estos actos molestos logran confundir al cuerpo de logística haciéndose pasar por los que reclaman también. Y para aquellos que se suben a los hombros, cuando logran bajarlos ya sea por gritos o empujones, se les aplaude.
Algunos no soportan ver como su burbuja intima es violada sin ningún recato. Los pisotones, la falta de aire y la sensación de claustrofobia traen como consecuencia un episodio de desmayos en serie. Se repite el mismo código: la persona se desmaya o entra en pánico y algunos los acusan de estar mintiendo para poder acercarse a la tarima; otros (la gran mayoría) grita para que el cuerpo de primeros auxilios acuda a ayudar a la persona y no solo gritan sino entre varios levantan a estas personas para que sean fácilmente identificadas o se abren para permitir que esta persona tenga aire. Está clara la cooperación de algunos y la intolerancia e ignorancia de otros.
Se presenta una extraña pero evidente relación entre la clase de música y el comportamiento del público. Sorprendentemente cuando pasaban cantantes como Diego Torres, Cabas o Andrés Cepeda, cuyas canciones son baladas, las personas dejaban de empujar y enloquecerse. Todos cantan como si se les desgarrara el alma y en un acuerdo tácito, se mecen de un lado a otro al mismo ritmo y con una sincronización excelente, mientras levantan los brazos.
A pesar de las prolongadas requisas, muchos jóvenes lograron ingresar mariguana. En los dos ambientes había chicos fumándola, aunque este fenómeno se presentaba más en el “Mundo Electro”. La diferencia entre los dos ambientes era grande. Muchos tenían la errónea concepción de que la electrónica era una música que incitaba al desorden, los pogos y las drogas. Pero no fue así, las personas que asistieron a este eran mucho más calmadas y relajadas. Cada uno en su grupo bailaba y saltaba en el puesto, sin empujar ni insultar a nadie. La gente que asistió a este ambiente compartía las mismas creencias y el mismo sentido de pertenencia.
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