Enseñame pero bonito.

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En estos movimientos se involucran personas de todo nivel social, creencia religiosa y política, lo cual potencia el sistema al tener mucha diversidad. Un movimiento que busca tratar al estudiante diferente, como a una persona más que a un estudiante, que se le respeta su forma de pensar, sus gustos, sus creencias y se le acompaña en su propio ritmo y requerimiento de aprendizaje.

El alumno es más protagonista del proceso, no un elemento a quien se busca limitar cuando ya empieza a definir sus preferencias, por el contrario, se busca potenciarles. No se separa el tiempo de aprender del tiempo normal de convivencia, tampoco se trata de dejarlos hacer lo que quieran sin control, el sistema también cuenta con normas de comportamiento.

El entorno se adapta para que el niño se sienta relajado y seguro, para que tenga la oportunidad de conocerse a sí mismo y pueda hacer aquello que siente mejor. En el centro educativo casi todos los lugares son de libre acceso para que puedan desarrollarse completamente.

En este tipo de educación el profesor lo que hace es acompañar al niño y facilitar su aprendizaje, todo el proceso se desarrolla con naturalidad de manera que el aprendizaje quede en el inconsciente, no se hace ningún llamado para que se quede en el plano consciente. Se fundamentan en que en la vida real todo está mezclado y no hay por qué separar materias.

Cuando nos enfrentamos a este tipo de propuestas surge un miedo natural, de algo muy diferente a lo que estamos acostumbrados, lo cual crea una barrera muy grande para uno como padre, aventurar a nuestros hijos en este tipo de corrientes. El miedo a que va a pasar, los resultados esperados no son tan claros, se cuestiona si realmente se va a aprender a leer, a sumar, si realmente se va a desarrollar bien. Parece difícil mirar de otra forma y visualizar el aprendizaje en otra dirección.

Definitivamente si esperamos como padres ver a nuestros hijos salir del sistema educativo con un concepto más integral, que disfruten del proceso, que no vean el aprendizaje como una carga, como un castigo. Que terminen su proceso y estén realmente dotados con herramientas que les permita enfrentarse a situaciones que sean capaces de resolver y siendo sumamente creativos, que hayan vivido experiencias de aprendizaje que le sirvan para toda su vida.

El solo hecho de que el padre de familia deba invertir tiempo para que el niño comprenda la materia vista en clase es una clara noción que algo no está bien, que hay alguna enfermedad en el sistema que no está permitiendo que los estudiantes se desarrollen completos, que les coartan sus capacidades y les hace caer en la desmotivación durante el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La creencia de que los niños están preparándose para la vida es una concepción muy futurista, muy para después, y realmente ellos están viviendo la vida hoy y ahora, así que lo que el sistema les imprima les impacta de inmediato y por supuesto también para su futuro.

Las autoridades de educación deben revisar a fondo que está sucediendo con nuestro sistema, deben revisar quién se está asegurando que las corrientes humanista, racionalista y constructivista en la que se fundamenta nuestra política se esté aplicando, qué resultados se ha tenido en todos estos años de estar rigiéndonos y mirar hacia otros sistemas para fortalecer los nuestros.

Referencia Bibliográfica

Moreno,S. (2015). ENSÉÑAME PERO BONITO_DOCUMENTAL (múltiples subtítulos) . 21 enero 2015, de Xudit Casas, montaje. Sitio web: https://www.youtube.com/watch?v=bYZJD-aUN0A