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IMAGINA PRÓLOGO DE LA HISTORIA

Enviado por   •  14 de Enero de 2019  •  5.415 Palabras (22 Páginas)  •  357 Visitas

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- ¿Dónde estoy?, no me siento asustado, ni nervioso, al contrario, se siente una inmensa paz, una tranquilidad inexplicable, si yo he muerto dime que estoy en el paraíso, que morí creyendo en aquel hombre que me envió a la tierra, que fallecí sin haber sido maldecido, que ya no existe ni un rastro de mí en el planeta y que no hice sufrir a nadie. Todo fue totalmente repentino y simplemente me perdí entre mis sueños y ahora estoy en este lugar completamente desconocido.

- Te equivocas, te mostrare que sigues en tu pueblo y que no te has ido, que tú serás quien intentara traer la paz a este sitio en un futuro no muy lejano, reconocido como aquel caballero de cabello negro y de ojos color escarlata, así mismo aquel hombre de buen porte, con una piel blanca y con una altura bastante alta. – Respondió aquella persona con tono de amabilidad.

- ¿Quién eres?, ¿Por qué me has traído aquí?, ¿A que te refieres con caballero? – Protesto el joven perdido.

- Querido muchacho, tú serás culpado de cometer el pecado de la lujuria y tendrás que ser juzgado y encarcelado injustamente. No solamente eso, tu corazón estallara por el rencor y por la injusticia, condenándote a ti mismo a portar dicha maldad. Como también, tú serás el encargado de escoger que hacer con aquel resentimiento, ¿Podrás liberar aquella condena?, ¿cambiaras ese pueblo sumergido en el pecado?, ¿Qué decisión tomaras? – Alego aquel desconocido.

- No comprendo, ¿por qué seré castigado de esa forma?, ¿Y usted quién es? – Replico el muchacho confundido.

- Debes volver, antes de que eso ocurra, dime, ¿Quién eres?, ¿De dónde vienes?, es de muy mala educación preguntar el nombre sin presentarse. – Contesto el hombre misterioso.

- Es cierto, me disculpo, mi nombre es Julien Wispetcaf nací y crecí en ese humilde pueblo llamado Lecrisnê a las afueras de Francia, no sólo eso, vengo de una familia sumamente pobre de un barrio donde abunda la pobreza, donde hay calamidades, donde nadie cree en Dios, donde la gente siempre es incitada por el pecado. Por suerte mi familia siempre me inculco la palabra de Dios y lo que él quería decir a través de su escritura, siempre creí en la salvación y en el perdón de los pecados. Ahora dígame, ¿Quién es usted? – Argumento Julien sin pensarlo.

- Se me ha acabado el tiempo jovencito, debes volver, deseo saber que decisión tomaras y como te premiara el tiempo. Nos volveremos a encontrar, tal vez no mañana, ni pasado, pero más pronto de lo que imaginas. – Respondió aquella voz misteriosa que empezaba a sonar a lo lejos.

Fue así como volví nuevamente al Lecrisnê abandonado, sin ninguna explicación y prácticamente con una advertencia, aparentemente no había muerto, ni estaba en el paraíso. Simplemente fui arrastrado a un mundo paralelo, pero ¿Con quién estuve conversando?, ¿Qué paso con la chica que vi antes de ir allí? Esas eran las preguntas que me hacía camino a casa cuando de repente, vi a mi padre en la carretera dirigiéndose a nuestro hogar, se notaba muy cansado, mi viejo es un hombre trabajador que se dedica a la plomería desde muy joven, ya que mi difunto abuelo fue quien le enseño todo lo que ahora sabe, su nombre es Mateo Wispetcaf. Aparentemente ya ha culminado su trabajo por el día de hoy, a si que rápidamente me acerque a él.

- ¿Qué tal papá?, ¿Quieres que lleve tus implementos? Te ves muy cansado, déjame ayudarte. – Anuncio Julien.

- Hijo, no te había visto, sí por favor ten, échame una mano, dime, ¿Cómo estuvo tu día? – Manifestó el padre del joven.

- ¿Realmente quieres saberlo? Me ha ocurrido algo muy extraño, cuando venía directo a nuestra morada, vi el reflejo de una hermosa mujer parada enfrente de mí, después paso algo mucho más extraño, me dormí y aparecí en un mundo paralelo, de hecho, llegué a entablar una conversación con una persona. - Declaró el muchacho.

- Espera, espera, espera, ¿Qué clase de locura es esa? Vamos Julien, deberías dormir más, últimamente te has acostado muy tarde por tus estudios, sé que son necesarios, pero mírate, ahora imaginas cosas, te creo lo de la joven, pero ir a un mundo paralelo y llegar a tener una plática con alguien desconocido, cualquiera podría decir que te has vuelto loco. – Opino el padre con un tono burlón.

- Hombre, no te rías que es verdad, es más aquel hombre dijo que yo intentaría traer la paz a este pueblo y que supuestamente iba a ser culpado de cometer el pecado de la lujuria. – Conto el joven algo molesto.

- ¿Qué? Vamos a ver chaval, ¿Tú convertirte en un caballero?, y a pesar de eso ¿Serás convicto de cometer un acto como la lujuria?, te recomiendo dormir mejor y no quedarte hasta tan altas horas de la noche. Es más, ya hemos llegado a casa, ¿Qué tal si le dices el disparate ese a tu madre?, vamos entra, que empieza a oscurecer. – Expreso Mateo mientras entraba a su hogar soltando carcajadas.

Al llegar a nuestra vivienda y haber saludado a mi madre, fui directo a mi habitación, cerré la puerta y me acosté en mi cama, comencé a pensar en lo que había dicho aquel hombre, ¿Cómo podría yo, salvar a una humanidad de ese sentimiento que habita en ellos? Es imposible, soy muy joven y no tengo la capacidad suficiente, es más, ya no quiero seguir pensando en el acontecimiento de hoy. De igual manera, debe ser alguna alucinación desarrollada por el cansancio y el estrés producido por la universidad y el trabajo, como resultado a eso, empecé a imaginar cosas, mejor me iré a dormir hoy más temprano y haré que mi cerebro descanse un poco más.

Luego de pensar un poco, decidí despejar mi mente y me dirigí a cenar con mi familia, pero mi padre empezó a charlar con mi madre sobre lo que le había contado de regreso a casa, mientras lo hacía, surgió una risa espontanea de mi papá, por lo que mi mamá le miro y le dijo.

- Mateo no te rías, ¿Qué pasa si es cierto? O ¿Si Julien realmente va a prisión injustamente?, yo no quiero que eso ocurra. – Expreso la madre preocupada.

- Juliette, mi vida, eso no va a suceder, ¿Sabes por qué? Julien no es un muchacho malo, ni se mete en problemas, él es un hombre y sabe defenderse muy bien ante la sociedad, jamás nos ha dado guerra ¿Por qué de hacerlo ahora? – Replico el padre.

- De igual forma no me parece. Hijo, evita toda clase de sucesos que puedan culparlo de algo que no sea cierto, la gente es muy mala en este pueblo, si son capaces de tener lo que quieren con tal de hacer daño, no les importa el resto. Aquí no existe la bondad, ni el amor al prójimo, ni el compañerismo, como tu madre, te pido que

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