Inseguridad.

...

de gobierno. El declive de la economía, haciendo estragos en la familia venezolana, la escasez, la falta de incentivo en la educación, el desempleo…, llevando a la desesperación, la violencia armada y no armada, el hambre no sólo de alimentos sino también de estabilidad social, emocional y económica, el constante ingreso de delincuentes a las prisiones; y por supuesto, todo esto traducido en la ineficiencia de un gobierno inexperto, que no ha sido capaz de atacar la profundidad del caos en el que vivimos. De hecho, creo que estamos siendo dirigidos por un estado superficial, populista y más consumista –incluso- de lo que él mismo critica de sistemas políticos opuestos al socialismo.

Entonces, por un lado y sumado a que el sistema productivo venezolano es casi inexistente, la sobrepoblación incrementa la demanda del consumo social, lo que –en contexto con otras causas- genera escasez e inflación. Y ¿qué tiene que ver esto con la inseguridad? Pues al final se obtiene de eso, el poco poder adquisitivo y por ende la pobreza, que conlleva a la delincuencia para obtener lo que no se tiene.

Por otro lado, el desempleo y la falta de incentivo en la educación. Nuevamente el déficit productivo hace presencia, causando el aumento de una población desempleada que no consigue manera de sobrevivir a las necesidades y que busca salidas tanto buenas como malas. Y la educación que es el pilar del desarrollo de un país, pasó a ser en Venezuela, una prioridad populista que no busca pensamientos independientes, sino por el contrario, mentes que dependan de un discurso e ideología únicos. Por lo que se ha incrementado la marginalidad y el deterioro del sistema educativo.

En consecuencia: una población desesperada, con hambre y sin educación buscando con violencia y delincuencia, la sobrevivencia propia y de los suyos. Esa es la situación de inseguridad que atraviesa nuestro país, representada en un desorden social donde perece que sólo se respetan los derechos humanos de los homicidas, ladrones o delincuentes, y por detrás se esconde una cifra de homicidios aberrante de personas que –quizá- salen de sus casas a trabajar, estudiar, etc. Sin olvidar el detalle final de la lista: la poca o inexistente calidad de oficiales o agentes de seguridad e instituciones que deberían resguardar la vida de todos los ciudadanos de la nación. Incluso, los cuerpos de seguridad también sufren directamente los actos de delincuencia.

¿Qué expectativa de vida tiene un venezolano, si los mismos cuerpos de seguridad son asesinados y desarmados por delincuentes?

¿Qué expectativa de vida tiene un venezolano cuando hoy día no puede contestar una llamada con su teléfono móvil en la puerta de su casa a las 10pm, por una emergencia o porque simplemente así lo desea, por el hecho de que puede ser asesinado para robarle un dispositivo electrónico?

Inseguridad emocional, alimenticia, social, política, y por sobretodas las cosas, millones de familias sufriendo por la pérdida de algún familiar en manos de la delincuencia y un gobierno que patrocina planes sociales fantasmas que no funcionan, porque –según mi perspectiva- no es esa precisamente su finalidad. En más de quince años de gobierno revolucionario, el mismo estado venezolano es quien ha fecundado la violencia y la delincuencia con discursos basados en división, odio y marginalidad. ¿Cuánto más nos queda por soportar?