]“La cultura de la responsabilidad de los ciudadanos y las instituciones, en los siguientes aspectos: Corrupción o Inseguridad”
Enviado por poland6525 • 7 de Febrero de 2018 • 3.565 Palabras (15 Páginas) • 592 Visitas
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México vive una regulación deficiente, con altos grados de corrupción que no le permiten mejorar y lograr un mayor crecimiento económico fue lo que reconoció el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Hay una enorme correlación entre las trabas legales innecesarias a las actividades productivas y la corrupción, explica en su informe económico semanal el organismo que preside Claudio X. González, por lo que urge a las autoridades a concretar acciones más integrales que permitan mejorar su competitividad para seguir atrayendo inversión y generar desarrollo social.
Refiere que, según Transparencia Mexicana, el costo de la corrupción en relación con el uso de servicios públicos o presentación de trámites ascendió a 19 mil millones de pesos en 2013. Esta suma derivó de más de 115 millones de actos de corrupción en el país. En ese sentido, comenta, la magnitud del problema exige concentrar más esfuerzos para lograr reducirlo.
Expone que Guerrero, Oaxaca, Tabasco y Durango tienen marcos regulatorios de baja calidad, tiempos largos de apertura y altos niveles de corrupción, los cuales requieren acciones más integrales para mejorar su competitividad y atraer inversión y generar desarrollo para sus habitantes. En cambio, resalta el trabajo hecho en entidades como Veracruz y la Ciudad de México, que han instrumentado programas de mejora regulatoria que han derivado en menores tiempos de tramitología y a pesar de tener todavía elevados niveles de corrupción, se han desalentado algunas de esas prácticas.
La Corrupción en México es un gran problema, a lo largo de su historia ha degradando de manera muy severa varios estratos y sectores de la sociedad, a nivel político y económico. A grandes rasgos, a dañado gravemente la legitimidad, transparencia y eficiencia en cuanto a rendición de cuentas del país hacia el interior y exterior de sí mismo.
La gran mayoría de estas prácticas corruptas han ido desarrollándose y sentando sus bases a lo largo de varios siglos de historia, fueron dejadas como herencia de la gran elite política para la consolidación de una oligarquía mediante un gobierno autoritario y represor. En mayor medida se fueron acrecentando y consolidando a lo largo del siglo XX con la llegada del primer partido político de México al poder, el PRI.
En el año 2014 durante la realización del Índice de Percepción de la Corrupción –una medida entre 0 (Muy Corrupto) y 100 (Muy Transparente) de los niveles de corrupción percibidos por el sector público en 175 países y territorios evaluados– México obtuvo una calificación de 35, y ha sido catalogado como uno de los 70 países más corruptos en el mundo, así como el país más corrupto de los 34 estados que conforman la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
Hoy en día, en la actual administración de Enrique Peña Nieto, sigue existiendo la corrupción, Durante su campaña como candidato a la presidencia, Enrique Peña Nieto se vendió a sí mismo como "El Salvador de México", argumentando que él representaba una fuerte figura de recambio en el "nuevo" Revolucionario Institucional, dando a entender que su partido había aprendido la lección y que ya había dejado atrás sus conductas corruptas, fraudulentas y autoritarias durante los doce años que estuvo exiliado de la presidencia. Según el mismo Peña Nieto, el "NUEVO" PRI estaba comprometido firmemente con la creación de un gobierno honrado, legítimo y eficiente. Sin embargo, para los muchos mexicanos que no se tragaron su cuento, las palabras de peña sonaban a un discurso vacío, carente de sustento moral y lleno de mentiras descaradas, pues alegaban que el retorno del "Viejo Gran Partido de México" era un mal augurio y representaba más bien el revivir una vez más la cultura de la corrupción imperante, los fraudes desmedidos, el cinismo desvergonzado y la impunidad extendida. Más tarde, al finalizar la administración del presidente Calderón y llegar las elecciones federales de 2012, el PRI, en coalición con el Partido Verde, logran derrotar a la oposición y asegurar de nuevo su ascenso al poder por medio de un tremendo fraude electoral, ya que se le acusó de una compra masiva de sufragios, tergiversación y coacción de la intención de voto de la ciudadanía y del uso de recursos de procedencia ilícita para el financiamiento de la campaña electoral de su candidato estrella, el ex-gobernador del Estado de México y ahora presidente electo Enrique Peña Nieto. Con el fraude cometido durante las elecciones se desmoronó la mentira que Peña Nieto tanto presumió en campaña, y se evidenciaron las auténticas y oscuras intenciones del PRI, el partido, sediento de poder, no estaba dispuesto a arriesgarse a perder ni un segundo más la silla presidencial, por lo que se aseguró de hacer lo que hiciera falta para imponer a toda costa a su candidato en la cabeza del ejecutivo federal. A día de hoy, la administración de Enrique Peña Nieto ha estado marcada profundamente por los anti-valores de la vieja escuela del PRI: Impunidad, Corrupción, Fraude, Devaluación, Despilfarro, Robo, Violencia, Represión y Censura en contra la libertad de expresión, además de una política sistemática de violaciones a los derechos humanos del pueblo de México. En lo que va de su gestión se han presentado numerosos y muy graves casos de corrupción desmedida y crimen de estado en los que se halla involucrado, directa o indirectamente, el mismo presidente de la república Enrique Peña Nieto. Casos que, estando en cualquier otro país donde si existiera el estado de derecho, el presidente ya habría sido removido de su cargo, juzgado y sentenciado a prisión. En cuanto a corrupción uno de los casos más recientes ocurrió en 2014, cuando un reportaje periodístico liderado por la periodista Carmen Aristegui denunció que el presidente Peña Nieto había incurrido en un grave conflicto de interés por la compra de una mansión de poco más de $7,000,000 millones de dólares por parte de Angélica Rivera, su esposa y Primera Dama de México, por mencionar otros casos de corrupción se ha visto también en numerosas ocasiones, fotografías publicadas por la prensa internacional donde se puede ver a la familia del presidente Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera dándose una vida de reyes, rodeados de lujos desmesuradamente ostentosos y desmedidos, los cuales serían muy difíciles de cubrir solamente con el sueldo y/o dinero ahorrado del presidente y su esposa, lo que pone en tela de juicio su legitimidad y honorabilidad de las que tanto presume y solo evidencian su cinismo y desvergüenza. Más grave aún lo es el caso de la desaparición forzada de los normalistas, ocurrida en el municipio
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