Investigación sobre la reglamentación de la prostitución en Colombia

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Hipótesis:

Colombia es un país que se sigue viendo influenciado por fundamentalistas que apoyados en lo que ellos llamas la moral, consideran la prostitución como impuro e inmoral y por ende no hemos llegado al punto de reconocerla como un trabajo como cualquier otro.

Variables:

-La “moralidad” de los colombianos frente a un empleo que atenta con sus principios

-la necesidad de los trabajadores sexuales de ganarse su sustento de alguna manera

-la obligación del estado de garantizar su igualdad y velar por sus derechos como con cualquier trabajador

Metodología:

Este trabajo tiene una metodología explicadora tomando como población base la sociedad colombiana y su órgano estatal entre los años 2000 y 2016, de la cual se obtienen los datos para la fundamentación de este trabajo tomados de fuentes confiables de segunda mano.

Recolección de datos:

Para comenzar, es necesario entrar en contexto con la población que ejerce la prostitución en Colombia y cabe señalar que en el área de Bogotá “hay 2.721 trabajadoras sexuales, según la caracterización realizada por la Secretaría de Integración Social del 2009 al 2012, y hay 3.753 trabajadoras en Medellín, Barranquilla, Cali y Bucaramanga, según el Ministerio de Salud” El espectador.com

Para el caso de la prostitución masculina, este todavía es un caso muy ignorado y no se tiene una clara consideración de cuantas personas del sexo masculino ejercen esta actividad.

La cifra presentada no da discriminación a las personas que la ejercen por necesidad o por gusto, pero se tiene en claro que es realizada legalmente ya que no contraviene con las prohibiciones establecidas para dicha actividad (menores de edad, abuso sexual, turismo sexual, etc.).

Siguiendo con la idea, encontramos diversos investigadores sociales que exponen sus ideas respecto del tema, tomando como ejemplo a el Dr Ignasi Pons, quien sostiene “si bien las opciones morales son legítimas, estas corresponden a un nivel diferente de la descripción, análisis e interpretación de la realidad”. vemos aquí claramente como propone que la idea de moralidad debe estar separada de la realidad, ya que su característica conservadora impide el ejercicio fluctuante de las sociedades al cambio.

También tenemos a Misael Tirado Acero, quien asegura que “en torno a las posibles acciones que se presentan en las sociedades algunas no se han podido desprender de las posturas moralistas y, por tanto, actúan como motivaciones propias y juicios de valor parcializados, sin tener en cuenta las voces de los actores que se encuentran en esta situación” (prostitutas/os). La falta de atención al grupo involucrado en el problema es una de las principales fallas que se tienen al momento de encontrar las motivaciones para implementar políticas públicas encaminadas a la regulación e implementación de garantías a las personas que ejercen el comercio sexual.

Un claro ejemplo del nivel normativo que puede tener este tipo de actividad es el caso de Finlandia, la cual asumió el tema de la prostitución desde el punto de vista normativista tratando de disminuir las consecuencias adversas que pueden generarse en torno a su ejercicio, comenzando con la salud pública, seguida de una aproximación de tipo sociopolítico con “la asistencia social y la resocialización frente a sea mal adaptación social, pero no se implementó castigo alguno” Tirado Acero, y otras más que tienen referencia al entorno de trabajo y la visión de dicha profesión en la sociedad, teniendo en consideración que “ el problema no es en si mismo la prostitución, sino las condiciones y las características de las personas que la ejercen” Tirado Acero.

Gracias a este modelo es que podemos tener una visión de la posibilidad realista del ejercicio de la regulación del comercio sexual en Colombia, de cual se podría pretender “…lograr dar respeto a quienes se dedican a esta actividad y dejar de verlo como un acto ilícito, para así poder reglamentarlo, pero también poder cerrarle el paso a la prostitución infantil” Juan Bustos (diputado mexicano).

Es por esto que la primera tarea a realizar, por parte del estado, es alejarse de su convicción moralista y reconocer a los trabajadores sexuales como sujetos de derecho, esto significa que:

“Hombres, mujeres, homosexuales, lesbianas bisexuales, travestis, transexuales que se dedican a la prostitución, sean valorados como trabajadores, con el propósito que le sean reconocido sus derechos como trabajadoras y trabajadores sexuales libres de connotaciones de juicio moral y emocional de los términos tradicionales. Este debe ser el eje fundamental de la política pública en perspectiva de derecho.”

Tirado Acero

En conclusión, el tema de la prostitución en Colombia a pesar de no ser ilegal, en pleno siglo XXI todavía se le considera a este como un acto inmoral y prohibido que debería ser castigado por el órgano estatal, ya que se ve una alta polarización de la religión cristiana en el país que trasciende a los ámbitos jurídicos, aunque desde su carta política este país se haya establecido bajo las bases de la libertad de culto y por consiguiente considerase un estado laico.

Todo esto nos lleva a que el estado adopte una posición de ineptitud frente a estos temas, donde debería intervenir para asegurar el cumplimiento de los derechos de las personas que ejercen estas labores de comercio y en consecuencia, disminuir las brechas de la desigualdad en el país.

Referencias y Bibliografía

Tirado Acero, M. (2013). Comercio sexual. (2nda ed.). Bogotá, Colombia. Instituto latinoamericano de altos estudios-ILAE- fundación FEFSA

Declaración del diputado Juan Bustos: citado en Alejandra Noguez “Buscan regular la prostitución en México”, 21 de junio de 2008, BBCMundo.com, disponible en: [www.bbc.co.uk/mundo]

Pons I.A. (2007) Mas allá de los moralismos. Barcelona, España. Osborne

“¿se podrá recular la prostitución en Colombia?”. 18 de agosto de 2016, Semana.com

Fernández López, A. “Prostitución masculina, una situación ignorada.”. 16 de enero de 2004. Eltiempo.com

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