KURDISTÁN: LA ÚLTIMA FRONTERA FRENTE AL EXTREMISMO ISLÁMICO.

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“La gente del PKK que venía teniendo rispideces históricas con el gobierno sirio terminó acordando con este la instalación de una zona de gobierno autónomo kurdo después de que empezaran a invadirlos mercenarios y terroristas de Al-Qaeda y otros grupos que quieren derrocar al gobierno de Basheer Al-Assad. El Estado Islámico quería avanzar e invadir Siria pero cuando llegaron se encontraron con los kurdos” relata Carlos Aznárez, histórico periodista de izquierda, compañero de Rodolfo Walsh en el semanario de la CGT de los Argentinos, en el diario Noticias, ANCLA y desde hace unos años titular de Resumen Latinoamericano, una agencia de prensa alternativa.

Es que el territorio en el que se asienta desde tiempos inmemoriales el pueblo kurdo es una zona montañosa de difícil acceso para desconocidos y que los campesinos del lugar conocen como nadie. Esto ha permitido que logren combatir de manera exitosa hasta hoy, tanto al ejército turco que cada tanto rompe el diálogo y los bombardea como a este misterioso grupo de fundamentalistas del EI.

“EI tomó Mosul, la segunda ciudad de Irak, en solo 6 horas pero hace 35 que no pueden tomar Kobane. Esto pasa porque los kurdos pelean por razones muy claras, por el socialismo y contra el fascismo que representa este invento de Estados Unidos, Turquía y las monarquías del Golfo Pérsico que financiaron mercenarios para derrocar al gobierno Sirio y al igual que los talibanes en su momento, se le dieron vuelta” continúa describiendo la situación Aznárez. Además asegura que el ejército turco, miembro de la OTAN, “no ataca al EI ni permite que los kurdos que viven en Turquía crucen a defender Kobane”.

“Este tipo de Islam está íntimamente relacionado con el neoliberalismo. Es un modelo petrolero y con control social que a Estados Unidos le conviene” analiza Leandro Albani. De musculosa roja, brazos tatuados y pelo rubio corto con cubanas, Albani es un periodista autor de “Kurdistán, crónicas insurgentes” un libro escrito luego de pasar una temporada en los campamentos del PKK.

Cierta o no la acusación del financiamiento del EI por parte de Turquía y las monarquías pro-norteamericanas del Golfo, la realidad es que existe en Medio Oriente un histórico conflicto entre Irán, Siria y Líbano, tres países con una frontal oposición a la OTAN y a Israel por un lado y al islamismo más conservador, muy popular en Arabia Saudita sobretodo, por el otro. Un conflicto exacerbado por la invasión estadounidense a Irak primero y por las llamadas “primaveras árabes” después, conflicto que en el Kurdistán podría inclinarse para un lado o para el otro, y que según los miembros del PPK se trataría de la última frontera “frente al fascismo en el Medio Oriente”.