LA CIRCULACIÓN ABIERTA

...

La ventaja de la circulación abierta es que la hemolinfa hace contacto directo con las células de los tejidos. La desventaja es la lentitud con que se realiza. En los insectos como la mosca, el saltamontes y la abeja, entre otros, el sistema circulatorio es aún más abierto que el de los crustáceos, ya que la circulación de oxígeno y dióxido de carbono se efectúa por un sistema diferente al circulatorio.

El fluido de los insectos contiene, además de las sustancias nutritivas, células sanguíneas incoloras, cuya función es defender al organismo de cuerpos extraños.

CIRCULACIÓN CERRADA

La circulación cerrada consiste en que la sangre siga su curso por una serie de vasos sanguíneos sin que salga de esta, llegando así a los tejidos. Este tipo de circulación es propia de los anélidos (lombrices de tierra, gusanos de agua dulce, gusanos de arena, gusanos de tubo y sanguijuelas) y de los moluscos cefalópodos (pulpos, calamares, sepias y nautilos).

Sistema circulatorio de los anélidos: El sistema circulatorio de las lombrices, los gusanos y las sanguijuelas es cerrado e independiente de la cavidad celomática. Comprende dos vasos sanguíneos grandes, uno dorsal y otro ventral; el vaso sanguíneo dorsal Impulsa la sangre hacia adelante, y el vaso I sanguíneo ventral lo hace hacia atrás. Estos recorren el cuerpo y están unidos por vasos metaméricos

laterales, de los cuales la mayoría se dirige al tubo digestivo, mientras que los más anteriores son contráctiles y tienen válvulas, por lo que podrían considerárseles como corazones.

Los vasos laterales llevan la sangre hacia y desde los capilares en la piel y los órganos. Los capilares son vasos sanguíneos de paredes finas. Los nutrientes y el oxígeno pasan desde la sangre hacia las células a través de las paredes de los capilares. Después de haber dejado los nutrientes y realizado el intercambio gaseoso, la sangre regresa nuevamente al corazón, siempre dentro de los capilares.

Los desechos y el dióxido de carbono se mueven en dirección opuesta. Los cinco pares de vasos laterales en la parte anterior de la lombriz de tierra están expandidos para formar unos tubos musculares llamados arcos aórticos (también llamados corazones), que ayudan a bombear la sangre. La circulación en los anélidos es de sentido inverso a la de los vertebrados.

El sistema circulatorio de la lombriz de tierra también incluye una red de capilares cerca de la superficie del cuerpo. Estos capilares permiten el intercambio de gases con el ambiente, ya que no presentan sistema circulatorio.