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LAS NORMAS MORALES COMO EXPRESIÓN DE LOS VALORES MORALES

Enviado por   •  10 de Octubre de 2018  •  13.234 Palabras (53 Páginas)  •  773 Visitas

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Para lograr comprender plenamente los valores morales debemos analizar la relación que éstos guardan con otro tipo de valores. Siendo el ser humano el punto de referencia para los valores, cabe ordenarlos de acuerdo con su capacidad para perfeccionar al hombre. Un valor cobrará mayor importancia en cuanto logre perfeccionar al hombre en un aspecto más íntimamente humano.

El hombre procura obrar con conciencia recta, ello supone autor reflexión y consulta a los demás, para ir adquiriendo una conciencia formada y madura. El problema se plantea cuando estamos en conciencia perpleja o en conciencia dudosa, como ya dijimos la conciencia perpleja supone un conflicto de deberes y tenemos que inclinarnos por el que nos parece más fuerte o imperioso, mientras que en la conciencia dudosa debemos descartar para salir de dudas y luego formar una conciencia moralmente cierta. La conciencia como norma subjetiva, se apoya en los principios morales o en el sentido moral. Los principios morales son expresiones de la ley moral natural.

Por otro lado; La Corrupción es un tema de investigación sumamente difícil de abordar. Es evidente que resulta sumamente complicado recoger datos fiables y de manera sistemática sobre actividades ilegales o producto de corrupción. Lo que conocemos de la corrupción suele provenir de los escándalos más o menos publicitados por los medios de comunicación, de la experiencia personal y de inferencias más o menos sustentadas en los dos primeros aspectos mencionados. Como sostiene Steven Reed, un escándalo nos permite lanzar una breve mirada bajo la superficie de la política a través de un incidente determinado que se convierte en público por su tinte "corrupto", pero no existe motivo para pensar que los datos proporcionados por los escándalos sean imparciales o estadísticamente representativos. Por ello, debe ser tratada a partir de sus implicaciones fenomenológicas.

La naturaleza de la crisis estructural se manifiesta en todas las ordenes de la vida nacional, principalmente en las estructuras económicas, sociales, políticas y culturales; asimismo, repercute en la dinámica interna de todos los organismos e instituciones y específicamente, a nivel de la conducta individual y colectiva de la población en general.

La corrupción es un fenómeno que día a día va invadiendo las diversas entidades del Estado, como el Congreso, los diversos Ministerios, la Policía Nacional, la Sunat y otros. Y es que la gente que rodea al Presidente de la República son personas inescrupulosas que solo buscan lucrarse y aprovechar al máximo su estadía durante el gobierno.

Todos debemos tomar conciencia y luchar contra la corrupción, ya que un país sin corrupción es un país con futuro, por ende debemos inculcar valores desde la infancia y fortalecer en el transcurso de la formación y solo así reduciremos el índice de la corrupción.

CHRIS M. ÑAUPARI A.

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CAPITULO I

LOS VALORES

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ANTECEDENTES HISTORICOS:

Basta una serena reflexión para comprender que las crisis sociales, políticas y económicas, como también los conflictos familiares y personales tienen una raíz común: el desajuste del obrar humano de lo que le corresponde ser. Ya los pensadores antiguos habían remarcado que mientras los animales actúan conforme a lo que son (el perro como perro, el águila como águila), el hombre, por ser libre, puede obrar de un modo irracional, traicionando lo que específicamente lo constituye como hombre, su razón.

Esta observación ha hecho que desde la más remota antigüedad las acciones humanas y consiguientemente las conductas y por ellas las personas, se consideren como correctas o incorrectas y se las califique como "buenas" o "malas". Las nociones de "bien" y de "mal" (como las de "bueno" y "malo"), aunque se expresan de distinto modo en las diversas lenguas, siempre señalan, en una primera instancia, acciones, conductas o personas. Si se agrega un especificativo, como "bueno como pintor", "bueno como mecánico" o "bueno como bailarín", se deriva el término a otro ámbito, el del hacer, íntimamente unido al del obrar pero formalmente distinto de él. Y en otra derivación, se aplica a cosas: "bueno para el resfrío", "buen lapicero"[1].Si a alguien se lo considera "bueno" sin aditivos, se entiende que es bueno simplemente como persona, cuya bondad se manifiesta por su conducta. Y como los hombres somos libres, quien merece el calificativo por su modo habitual de ser, puede alguna vez obrar mal y quien no lo merece, puede también obrar bien. Estas consideraciones fueron elaboradas filosóficamente en el siglo IV antes de Cristo por Aristóteles, quien fijó el ámbito del obrar humano bueno o malo como el dominio de la Ética. La noción clave de esta disciplina es la de "bien", que el Estagirita fundamenta metafísicamente en su "Ética nicomaquea"[2].

Esta concepción de la ética y de su noción central quedó firme a través de los siglos, hasta entrada la edad moderna. En el siglo XVIII se produjo un cambio radical. Para dar una fundamentación sólida a la ciencia, Immanuel Kant en su "Crítica de la Razón Pura" tomó como paradigma la física Newtoniana, saber empírico elaborado matemáticamente. Como la Metafísica no cumple esta condición, le negó un sitio entre las ciencias y con ella se desmoronaron sus nociones, entre ellas las de "bien" y de fin [3].

Hoy sabemos que la concepción clásica de "ciencia" no se aplica a las ciencias positivas y que la Metafísica no es ciencia sino filosofía. Pero Kant no lo sabía ni nadie en su época. Habrá que esperar hasta el siglo XX para visualizar la distinción entre filosofía y ciencia (en el sentido moderno del término: saber empiriológico).

El haber exorcizado la noción de "bueno" y de "bien" crea un serio problema, ya que es prácticamente imposible tratar de la rectitud o de la corrección del obrar humano sin calificarla como "buena" o como realizando un "bien". Aun en el planteamiento kantiano, el "cumplimiento del deber" y el responder al "imperativo categórico" parece merecer el calificativo clásico. Para evitarlo fue preciso buscar otra noción que lo reemplazase. Así surgió la noción de "valor".

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DEFINICION:

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