La Invencion del Peronismo
Enviado por Jerry • 1 de Julio de 2018 • 2.361 Palabras (10 Páginas) • 343 Visitas
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En el análisis sobre la participación política generada por el peronismo, Di Tella sostuvo que en contraste con el modo ASOCIACIONISTA, la forma de la participación fue MOVILIZACIONISTA: masas movilizadas sin mucha experiencia organizativa, vinculadas por relaciones jerárquicas y verticales. La participación es tan amplia como controlada. En consonancia con este tipo de participación, el carisma de Peron habría operado como instancia de relación entre el líder y sus seguidores.
Carlos Waisman, en su tesis doctoral presentada en 1976 en Harvard, intento explicar el fenómeno peronista a través de un análisis comparativo, referenciando tres casos de estudios: la Inglaterra victoriana, la Alemania Imperial y la Argentina Peronista. Lo que atravesaba los 3 casos era la incorporación de la clase obrera al sistema político. En todas ellas hubo estrategias de elites destinadas a cuidar sus intereses. Inglaterra utilizo la inclusión de este sector social; la Alemania Imperial a través de la persecución y censura los excluyo y en la Argentina Peronista lo Coopto. Este ultimo mencionado, alude al fenómeno por el cual los trabadores son incluidos en el sistema político, pero como un actor heterónomo (no autónomo) y controlado organizativamente desde el Estado.
El sistema político tuvo que afrontar el reto de integrar a esos sectores y la respuesta la proporciono el movimiento peronista merced a una combinación de sanciones negativas (restricciones a la libertades públicas) y positivas (protección legislativa de los trabajadores: sistema jubilatorio, seguridad social, etc; y redistribución de la renta: aumento del salario)
INTERPRETACIONES HETERODOXAS
Miguel Murmis[3] y J. Carlos Portantiero[4] son los grandes referentes sobre esta línea interpretativa.
Tiene como base destacar el papel de la vieja clase obrera y sus sindicatos en el proceso de génesis del peronismo. Los autores distinguen 3 tipos de sindicatos: Los viejos, fundados con anterioridad a 1930 (unión ferroviaria, empleados estatales); los nuevos, constituidos al calor de la industrialización (eléctrica, química, etc); y los paralelos, organizaciones impulsadas por Perón desde el aparato estatal, táctica empleada contra las direcciones socialistas y comunistas.
En este contexto, destacan la importancia de los viejos sindicatos y sus dirigentes tradicionales en la configuración de la alianza entre la clase obrera y la elite de la política que dio lugar al peronismo. Esta importancia se relaciona con un dato previo: la existencia de una tradición reformista en el movimiento obrero argentino que hacia factible la posibilidad de negociaciones y acuerdos con el Estado. Así, se podría pensar que la relación entre la practica reformista de la clase obrera y las soluciones implementadas desde el gobierno (salarios, legislación laboral) tornaba viable una alianza en la medida que podía obtener satisfacción a antiguos reclamos, dotando así la relación del movimiento obrero y Perón como calculada y racional, atravesada por intereses en común. En sí, la configuración inicial del peronismo con el movimiento obrero no fue la heteronimia y la manipulación presentada por los Ortodoxos sino la autonomía y racionalidad, básicamente un pacto acordado en términos de acuerdo de intereses.
Juan Carlos Torres[5] ha señalado que el margen de maniobra de los dirigentes sindicales para elegir los términos de la colaboración era más amplio que lo que suponía los enfoques ortodoxos. ¿Por qué? Por el rechazo militante a Perón de amplios sectores de las clase media. La renuncia del dirigente radical Sabattini a negociar con Perón permitiría ilustrar este fenómeno, en consecuencia, el campo sindical era el único en el que Perón podría reclutar adhesiones masivas.
El peronismo término configurando un Estado, un movimiento y una ideología marcada por el lugar sobresaliente ocupado por los trabajadores, lo que demando a Perón revalidar su liderazgo a través de renegociaciones constates de su autoridad sobre las masas obreras.
Si en Germani o Di Tella lo que primaba era una relación altamente personalizada y carismática entre Perón y las masas, en M. Murmis, J.C. Portantiero y JC Torre la participación de éstas es medida de modo decisivo por los canales de las organizaciones sindicales.
Las nuevas interpretaciones hacían foco sobre la unidad de la clase obrera en la constitución del peronismo y la racionalidad de su acercamiento a Peron, desplazando el eje de la manipulación de la clase obrera a una relación de cierta autonomía relativa.
INTERPRETACIONES EXTRA-CENTRICAS.
El peronismo ha sido objeto de estudio de manera asidua pero se lo analizó generalmente a partir de los acontecimientos ocurridos en Buenos Aires, dándole a los resultados obtenidos una dimensión nacional, sin atender a las situaciones de este proceso histórico en las distintas regiones y/o provincias argentinas. Una tendencia que en los últimos años se intenta modificar para dar cuenta de los fenómenos regionales a partir de la conformación de equipos de trabajo que se constituyen en las distintas universidades estatales.
Los estudios originados en la Historia tomaran la posta para complejizar y profundizar lo que se conoce y estudia del peronismo, entendiendo que el proceso industrial –gran articulador del pensamiento Ortodoxo y Heterodoxo- es escaso a nulo en gran parte de la Argentina, lo que lleva a pensar en otro tipo de estrategias montadas desde el Peronismo para hacerse de ese gran y diverso electorado nacional. Los estudios referenciados permitirán omitir generalizaciones. De sus lecturas ya no se puede asociar el peronismo solamente a los obreros, peones rurales, trabajadores, porque sectores que podrían parece impensables en el imaginario dieron nacimiento al peronismo y ello explica en parte la existencia de rupturas pero también de continuidades. Asimismo brindan algunas claves para comprender las contradicciones entre discurso y práctica que se dieron en el hacer y el decir de Perón durante su gobierno.
Dicho esto, comentaremos algunos casos tomados por los autores de este texto[6] para visualizar lo complejo de las tramas montadas para posicionar el Peronismo en el interior del país.
Tomaremos el caso del NOA (Jujuy, Salta y Tucumán) donde encontramos a los Ingenios Azucareros como grandes contenedores, agrupadores y dinamizadores sociales, políticos y económicos de la región. Este fue un bastión que sirvió en su momento al peronismo para cohesionar a este gran y diverso grupo de personas. En el caso de Jujuy, tal electorado
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