La Planta Purificadora Y Embotelladora Dieck

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El primer nivel denominado Pre- Convencional, característicos de niños pequeños, algunos adolescentes y muchos delincuentes (en este caso nos centraremos en la construcción de juicios morales en jóvenes). En este primer nivel los juicios se basan en criterios externos, es decir, en el castigo o la recompensa que recibe el autor de la acción. Constituye a lo establecido por la autoridad de los padres. En este nivel el individuo no ha alcanzado a entender y mantener las normas sociales convencionales. Estadio I: castigo y orientación a la obediencia; las consecuencias físicas determinan si la acción es buena o mala. Estadio II: la orientación instrumental relativista: satisfacer los propios deseos y el de las personas agradables o queridas por él. Lo correcto es seguir las reglas cuando es para el interés inmediato de sí mismo, es decir actúan para satisfacer sus propios intereses.

En el segundo nivel denominado por Kohlberg como Convencional es el típico en la mayoría de los adolescentes. Aquí el castigo, la recompensa, lo agradable y desagradable pierden importancia. Los juicios se basan en normas y expectativas de grupo. Lo que el grupo señala es correcto. En este nivel encontramos la importancia que tiene los criterios de la familia. Estadio I: la orientación de la concordia interpersonal: es en esta etapa donde se ve reflejada la construcción de los propios juicios morales del adolescente, su comportamiento va a estar condicionado por lo que le agrade a los demás, a su familia, a su grupo. Se busca la aprobación de los otros. Ser bueno para ellos significa también mantener mutuas relaciones de gratitud, lealtad y confianza. Tiene conciencia de acuerdos, sentimientos y expectativas compartidas que toma primacía sobre los intereses individuales, aun no considera la perspectiva del sistema social más amplio. Estadio II: orientación de la ley y el orden: la importancia se desplaza a la sociedad, cumplimiento de normas y leyes establecidas. Por último el tercer nivel Postconvencional involucra un razonamiento en principios éticos universales.

En relación al desarrollo moral Piaget propone la existencia de dos grandes etapas: la etapa heterónoma o de realismo moral, y la etapa autónoma o independencia moral. Aquí los jóvenes se percatan de que las reglas son acuerdos arbitrarios que pueden ser impugnados y modificados con el consentimiento de las personas a las que rigen. Creen que las reglas pueden ser violadas para atender las necesidades humanas y tienen en cuenta la intencionalidad del actor más que las consecuencias del acto. Han aprendido que algunos crímenes pasan desapercibidos y no son castigados. De los doce años en adelante los adolescentes sufren cambios biológicos y psicológicos radicales. Se produce la maduración sexual, pero también una maduración biológica general que potencia el desarrollo intelectual y moral. En esta etapa surgen sentimientos morales personalizados, como la compasión o el altruismo, que exigen la consideración de la situación concreta del otro como un caso particular de la aplicación de las normas. Piaget plantea que el progreso en el juicio moral está estrechamente vinculado con la maduración cognitiva alcanzada por la persona, en directa relación con las interacciones sociales entre iguales, en donde el surgimiento de “conflictos” de opinión o discusión conducen al individuo a la revisión de sus ideas, a la reflexión para resolver un problema, o tomar decisiones, en donde la importancia no radica en qué o cuáles decisiones u opiniones se adoptaron, sino más bien en los argumentos que manifiesta para justificar su decisión.

La contribución especial de Kohlberg a la psicología moral ha sido aplicar el esquema de desarrollado en estadios que elaboró Piaget para estudiar el pensamiento, al estudio de cómo evoluciona el juicio moral en el individuo. Es entonces el juicio moral un proceso que permite reflexionar sobre los propios valores y ordenarlos en una jerarquía lógica, especialmente cuando se enfrenta un dilema moral " el ejercicio de la moral no se limita a raros momentos en la vida; es integrante del proceso de pensamiento que empleamos para extraer sentido de los conflictos morales que surgen en la vida diaria" (Hersh, Reimer y Paolitto, 1984). Para finalizar no existe un patrón de moral absoluto o inmodificable, sino que el individuo puede formular sus propios códigos de lo que es correcto o incorrecto; además, los juicios morales inmaduros se centran solamente en el grado de la falta, mientras los juicios más maduros consideran la intención. Dadas las modificaciones que existen hoy en día en la familia y, por ende, en la sociedad por la acelerada transformación social producto de cambios vertiginosos en los distintos aspectos, han transformado los principios y valores fundamentales que tiene el adolescente respecto de la vida y la familia.

Angie Puello Pardo cód. 2013241111