La química en la Guerra.

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No fue hasta 1960 donde se volvió a desarrollar un arma química, un agente nervioso que causaba daños al sistema central, varios métodos se usaron, pero todos tenían en común que se utilizaba el ácido fosfórico, que bloqueaba una encima reguladora, lo cual hace que se produzcan grandes cantidades de acetilcolina, lo que genera espasmos bruscos que pueden causar la muerte.

También se utilizó el Fosgeno, un gas de cloro, oxígeno y carbono, es altamente tóxico y si es presurizado puede volverse un líquido, también es un gas asfixiante, ya que causa daños en el sistema pulmonar, lo que causa acumulación de líquidos y después la muerte, de nuevo, por asfixia agónica.

En menor cantidad es la Ricina, un agente coagulante e interruptor de la síntesis de proteínas, por lo cual también se considera una toxina, esta se extrae de las semillas del Ricino, la muerte por envenenamiento con ricina es agónica, desencadenando una serie de hemorragias del sistema digestivo y fallas del sistema circulatorio y sanguíneo, también causa deshidratación e hipotensión, la muerte por ricina es fatídica, lenta y dolorosa, culminando en 4 o 5 días.

Finalmente, en la Guerra Fría se utilizaron los isotopos de Polonio-210 ó P-210, los cuales son altamente radioactivos, un caso de esto fue de un exespia ruso que trabajaba para la unión soviética, se le rastreó y se mandó un sicario para matarlo de “la manera más sigilosa posible”, después, este se disfrazó de vendedor de café, cuando Aleksandr fue a pedir su café, el encubierto le coló alrededor de 0.250 mg de P-210 en la bebida, tiempo después, Aleksandr murió de un envenenamiento por radiación, otras versiones señalan que estaba investigando a la mafia, que estos estaban relacionados con alguna potencia, que Aleksandr descubrió algo que no debía saberse, o que la bebida era té y fue en una reunión de antiguos compañeros de los servicios de seguridad donde su bebida fue envenenada.

En conclusión, las armas químicas han tenido un fuerte impacto en los cursos de la guerra, por lo cuales fueron clasificadas, junto con las armas biológicas, como armas de destrucción masiva que deben ser eliminadas si se desea mantener a la especie humana con una población estable, el polvo del bacilo Anthracis no entra en este informe, ya que, aunque sea un producto químico derivado del bacilo, sigue considerándose como un arma biológica.

Bibliografía:

-Armas químicas: la ciencia en manos del mal- Libro de René de Pita- Síntesis de la primera guerra mundial y tabla de armas conforme el tiempo

-Química, estructura y dinámica – Libro de Farmacobiología por editorial CECSA – Capítulo de los cloratos

-Los hornos de Hitler – Libro por Olga Lengyel – Uso del fosgeno y gases en campos de concentración

- Recherches sur les substances radioactives. (Archivo en PDF) – Marie Sktodowska Curie -Propiedades del Polonio, Telurio y Bismuto

-1914 1918 – Libro por David Stevenson (Archivo en PDF)– Historias de soldados sobrevivientes, víctimas de armas químicas

-Guerra química y bacteriológica – Libro por el Dr. Morata Canton – Conclusión